Un nuevo financiamiento del BID impulsará la digitalización de las MYPES y mejores viviendas
Una inversión crítica para la transformación estructural del sector
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha aprobado un paquete financiero estratégico que podría redefinir el horizonte de las micro y pequeñas empresas (MYPE) en El Salvador. El programa, que contempla recursos por más de 110 millones de dólares, está orientado a impulsar la digitalización, la eficiencia energética y el acceso a vivienda digna, tres eslabones fundamentales en la estructura de resiliencia y productividad del sector.
El financiamiento será canalizado principalmente a través del Banco de Desarrollo de El Salvador (BANDESAL) y del Fondo Social para la Vivienda (FSV), quienes tendrán a su cargo la ejecución y distribución de los fondos hacia más de mil MYPE y familias de ingresos bajos.
Digitalización: la deuda pendiente
A pesar de representar el 70% del empleo del país, las MYPE salvadoreñas operan en un contexto de rezago tecnológico. Según el estudio El Estado de la MYPE 2023, elaborado por el Observatorio MYPE de FUSAI, un 76.4% de los empresarios utiliza únicamente su teléfono móvil para gestionar su negocio, mientras que un 20.6% no emplea ninguna tecnología digital.
Luis Castillo, director del Observatorio, alerta sobre las implicaciones de esta brecha: “El sector aún no logra integrar herramientas que optimicen procesos clave como la facturación, el control de inventario o la venta en línea. Esto les puede pasar la factura en un entorno cada vez más competitivo y digitalizado”.

El doctor William Pleitez, director del Informe Anual sobre la MYPE, producido en alianza entre FUSAI-Flacso y economista en jefe del Observatorio, agrega: “Es indispensable que este financiamiento se traduzca en soluciones concretas para digitalizar procesos productivos. De lo contrario, las MYPE quedarán al margen de los canales de comercialización más dinámicos”.
Vivienda digna: pilar de estabilidad empresarial
Una arista menos discutida, pero crucial, es el acceso a vivienda de calidad. Si bien el 83.5% de los empresarios MYPE son propietarios de la vivienda en que residen, el 42.6% de estos hogares presenta deficiencias estructurales. Entre las mujeres empresarias, esta proporción asciende al 48.1%, revelando una brecha de género persistente en las condiciones de habitabilidad.

“El acceso a vivienda digna es tan importante como el capital de trabajo. Un negocio fuerte necesita una base estable”, afirma Francisco Góchez. “Vincular desarrollo empresarial con estabilidad habitacional es una visión más holística y efectiva”.
Riesgos de implementación y necesidad de gobernanza efectiva
A pesar del potencial transformador del programa, su éxito dependerá de la capacidad institucional para garantizar una ejecución transparente, ágil e inclusiva. El sistema financiero enfrenta el reto de operar con criterios de bancarización diferenciada, adaptada a las realidades de un sector con bajo nivel de formalización y escasa experiencia crediticia.
Como señala el informe del Observatorio MYPE: “Invertir en las MYPE no es solo una decisión de política económica; es una inversión en cohesión social, resiliencia territorial y sostenibilidad a largo plazo”.
El BID ha puesto sobre la mesa una oportunidad capaz de romper las dinámicas de rezago. Ahora, el reto es que El Salvador la convierta en política efectiva.
