Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera.
El liderazgo que transforma: una mirada desde el MBA ACELERA y las MYPES
«Dicotone nació cuando decidí darle un giro a mi vida profesional y emprender un proyecto junto a los artesanos de San Sebastián, de donde soy originaria. Esta tradición artesanal ha pasado de generación en generación, incluyendo a mis padres y abuelos. Así surgió Dicotone, con el objetivo de preservar esta hermosa herencia cultural y asegurarnos de que el arte del tejido en telar de pedal no se pierda. Cada pieza que creamos es un homenaje a nuestras tradiciones y un esfuerzo por mantener viva una historia que merece perdurar y contribuye al sustento de nuestro equipo de artesanos y sus familias.». — Liliana Barquero, fundadora y propietaria de Dicotone.
Historias como la de Liliana muestran que en El Salvador miles de micro y pequeñas empresarias y empresarios se levantan cada día con un reto que va mucho más allá de vender, producir o pagar cuentas a fin de mes. La verdadera meta no es solo sobrevivir, sino crecer, dejar huella y convertirse en motores de transformación para sus comunidades.
Pero en un contexto tan exigente como el nuestro, lograrlo no depende solo de herramientas de gestión o recursos financieros. Depende, sobre todo, de algo más profundo: el liderazgo.
Más que gestionar: liderar para servir
Sin duda alguna, en el día a día de una MYPE la gestión es imprescindible: es necesario organizar recursos, cumplir con proveedores, responder a clientes y equilibrar costos. Sin embargo, cuando el negocio se queda solo en la gestión, termina siendo frágil: se vuelve vulnerable a la crisis, a la competencia desleal o a la falta de motivación de su propio equipo.
Aquí es donde entra en juego el liderazgo virtuoso, una pieza clave en el programa MBA ACELERA impulsado en El Salvador por la ONG ACTEC, de Bélgica, y la Fundación del Valle, de España, e implementado por la Escuela LID de FUSAI. Este liderazgo no se limita a dar órdenes ni a esperar resultados inmediatos. Es, ante todo, un liderazgo que pone a la persona en el centro, que inspira, que forma y que tiene pasión por servir.
Este enfoque se apoya en virtudes concretas: prudencia para tomar decisiones acertadas, justicia para dar a cada uno lo que le corresponde, fortaleza para resistir las dificultades, templanza para mantener la calma, humildad para reconocer límites y aprender de otros, y magnanimidad para aspirar a metas grandes que beneficien a toda la comunidad.
Un emprendimiento liderado con virtud se convierte, por pequeño que sea, en un motor de cambio local. Este liderazgo se refleja en decisiones diarias: pagar sueldos justos, capacitar al equipo, dar ejemplo de honestidad y solidaridad. Es un liderazgo que entiende que cada acción cuenta y que cada persona importa. Es un liderazgo que entiende que el trabajo bien hecho, el trabajo decente, dignifica.
De la supervivencia al propósito
Cuando se abraza este estilo de liderazgo, el emprendimiento deja de ser solo un medio de subsistencia. Se convierte en un proyecto con propósito. Cada tarea, por rutinaria que parezca, se conecta con algo más grande: dar oportunidades a otros, generar confianza, aportar al bien común.
Liliana no es un caso aislado. En el programa MBA ACELERA, decenas de empresarios descubren que su trabajo cotidiano puede transformar vidas más allá de su familia. Cada persona que recibe un trato justo, cada joven que aprende un oficio, cada proveedor que es pagado a tiempo, cada cliente que vuelve porque confía: todo suma para construir una red de impacto que crece desde lo pequeño.
Este cambio de mentalidad es uno de los mayores logros del programa: ayudar a los empresarios a pasar de una lógica de supervivencia —de apagar incendios cada día— a una lógica de propósito, donde la misión es tan importante como la utilidad.
El rol del MBA ACELERA: multiplicar impacto
¿Cómo se logra este cambio? No solo con clases o manuales. Se logra con acompañamiento real, y ahí entra el papel de los coaches del programa. Ellos no se limitan a repetir conceptos: escuchan, guían, motivan. Ayudan a cada empresario a poner en práctica el liderazgo virtuoso adaptado a su realidad.
El MBA ACELERA es, en ese sentido, un puente entre la teoría de las mejores escuelas de negocios y la realidad cotidiana de quienes muchas veces se ven solos para tomar decisiones clave. Los coaches y expertos traducen modelos complejos a la medida de negocios pequeños que, sin embargo, pueden tener un impacto enorme cuando están bien dirigidos.
Una pregunta para reflexionar
En un país donde tantas MYPES luchan por salir adelante, hablar de liderazgo virtuoso no es un lujo: es una necesidad real. Porque cada negocio, grande o pequeño, es también una escuela de valores y un espacio de oportunidades para muchos.
Por eso la pregunta clave es sencilla, pero desafiante: ¿Qué tipo de líder quiero ser? ¿Uno que apaga incendios cada día o uno que construye, con cada decisión, una catedral? ¿Uno que manda o uno que sirve para transformar?
La respuesta no depende de grandes recursos ni de un contexto ideal. Depende de la elección de cada persona que, como Liliana, decide dar un paso más: pasar de dirigir un negocio a liderar una comunidad.