El Índice de Confianza Empresarial MYPE de El Salvador se contrajo. ¿Por qué debería importarnos?
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El sector de las micro y pequeñas empresas (MYPES) es la fuente de empleo o autoempleo más importante del país, representando alrededor del 70% del mercado laboral. Aunque gran parte de estos trabajos pueden considerarse precarios debido a la informalidad, inestabilidad y bajos salarios, su enorme tamaño y su papel como un pilar económico crucial para numerosas familias hacen que este sector desempeñe un rol fundamental en la economía nacional.
Los últimos resultados del Informe de Dinámica Empresarial 2T 2024 muestran una disminución en el Índice de Confianza Empresarial para el sector MYPE. Este índice, que se mide tomando como referencia el primer trimestre de 2021 con un valor base de 100, ahora se encuentra en 102.2 puntos. Esto representa una caída de 3.6 puntos comparado con el trimestre anterior y 0.9 puntos menos que el mismo periodo del año pasado. Un índice cercano a 100 indica que los empresarios sienten que la situación es más difícil que cuando salieron de la pandemia (primer trimestre de 2021). Esta disminución en la confianza podría llevar a menos inversiones, menos crecimiento e innovación, y menos contrataciones. En este contexto, se vuelve imperativo realizar un seguimiento continuo de los indicadores y adoptar medidas efectivas para mantener el desempeño positivo del sector MYPE en El Salvador. Esto será crucial para garantizar el bienestar de los asalariados y familias que dependen de este importante motor económico.
Desafíos y retrocesos en el desempeño empresarial MYPE
Para el segundo trimestre de 2024, el índice de situación empresarial se situó en 7.8 puntos, reflejando una situación desafiante (ver gráfico). Este índice comenzó el año en 24.8 puntos, mostrando fluctuaciones significativas debido a factores estacionales. Durante el último trimestre, el 31.4% de los empresarios MYPE entrevistados consideraron que el comportamiento de sus negocios fue favorable en comparación con el primer trimestre, mientras que el 23.6% opinaron que su situación fue desfavorable. Estos resultados indican que, a pesar de algunos momentos favorables, un porcentaje considerable de las MYPE enfrentan una realidad económica difícil.
A pesar de los desafíos económicos, el índice de expectativa empresarial alcanzó 57.4 puntos, mostrando una mejora gradual respecto al trimestre anterior (55.6 puntos). Eso indica que las MYPE esperan una mayor demanda de productos y servicios en el próximo trimestre, lo cual podría revertir los resultados adversos del segundo trimestre de 2024. Este optimismo debe interpretarse con cautela, dado el contexto inflacionario y las dificultades estructurales del sector.
Inflación: el enemigo silencioso de las MYPE
Entre los principales desafíos que enfrenta el sector se encuentran el aumento de la competencia (43%) y la disminución de la demanda (36%), que podrían ser señales de un mercado saturado y con baja capacidad de compra. También se destacan las dificultades para acceder a financiamiento (43%) y la escasez de mercadería (29%), lo cual podría limitar la capacidad de las MYPE para operar y crecer, creando un ciclo de estancamiento económico.
Sin embargo, el principal desafío que enfrenta el sector MYPE es el aumento de precios en mercadería y materia prima. Este problema afecta al 42% de empresarios y ha crecido tres puntos comparado con el trimestre anterior.
A nivel nacional, la inflación ha seguido una tendencia alcista por tercer mes consecutivo en este año. Según el Banco Central de Reserva (BCR), luego de 2021, se ha observado un notable aumento en el índice general de precios, especialmente en alimentos y bebidas no alcohólicas. Desde 2021, la inflación acumulada ha sido aproximadamente del 18.78% en precios generales y del 30% en alimentos y bebidas no alcohólicas (ver gráfico).
Como se observa en el gráfico, la tendencia inflacionaria ha mostrado un marcado aumento constante desde el año 2021. Esto afecta directamente los costos operativos de las MYPE y disminuye el poder adquisitivo de los consumidores, lo cual resulta particularmente desafiante para los asalariados que tienen menos flexibilidad para incrementar sus ingresos y, por lo tanto, se ven más vulnerables ante el incremento de los precios.
Panorama MYPE: un futuro desafiante, pero con potencial
Los resultados del informe del segundo trimestre de 2024 revelan un período adverso para los empresarios del sector MYPE. El Índice de Confianza Empresarial cerró en 102.2 puntos, representando una disminución de 3.6 puntos respecto al trimestre anterior. Este puntaje sugiere que la situación económica percibida por los empresarios no es muy favorable, y acercarse a los 100 puntos indicaría una situación muy mala.
La percepción negativa fue compartida por las diferentes MYPES, con todos los segmentos afectados, aunque algunos más que otros. El más afectado es la microempresa de acumulación simple que se encuentra por debajo de los 100 puntos y también la microempresa de acumulación ampliada que cayó siete puntos cerrando en 100.1. Esto es especialmente importante porque suelen ser los segmentos más pujantes del sector MYPE. Los otros segmentos redujeron su puntaje, pero aún no han tocado los 100 puntos o menos. Este panorama sugiere establecer mecanismos de coordinación y articulación entre los diferentes actores públicos y privados que intervienen en el ecosistema de las MYPE, con el objetivo de lograr un desempeño sostenible y asegurar el bienestar de los asalariados y familias que dependen del sector.
Al consultar la percepción de los empresarios sobre el ambiente empresarial para inversión y contratación, a través del índice de confianza empresarial, se registró una confianza de 31.5 puntos, lo que representa una disminución de 8.2 puntos respecto al trimestre anterior. Aunque ha disminuido, este nivel aún muestra cierto grado de optimismo entre las micro y pequeñas empresas. Sin embargo, la ciclicidad de corto plazo refleja patrones estacionales y expectativas cambiantes.
En general, el Índice de Confianza Empresarial de las MYPE en El Salvador refleja desafíos económicos significativos, especialmente, por la inflación y el acceso a financiamiento. A pesar de estos desafíos, persiste un nivel de optimismo ligero para el futuro. Los próximos dos trimestres, y el fin del año, darán sin duda una señal si este estancamiento relativo es temporal o más persistente.