Tomando el pulso al ánimo de las Mypes. Las microempresas parecen recuperar el ritmo de cara al cierre del año

Tomando el pulso al ánimo de las Mypes. Las microempresas parecen recuperar el ritmo de cara al cierre del año

Este año 2024 ha sido un año más volátil para el sector MYPE en comparación con el año anterior. El país atravesó un periodo electoral y sufrió tormentas; además, la inflación, que parecía haberse estabilizado, volvió a incrementarse. Todo esto ha tenido un impacto en las empresas y en las familias. Pese a este panorama, los microempresarios parecen haber retomado el ritmo.

Al iniciar el año, las microempresas contaban con un Índice de Confianza Empresarial de 105.8 puntos, continuando con una tendencia positiva que venía desde el año anterior.  En el segundo trimestre, sin embargo, este índice se contrajo a 102.2 puntos, reflejando una visión menos optimista de los empresarios sobre la situación económica del país en ese periodo. Esto pudo estar influenciado por la incertidumbre generada por el proceso electoral, así como por otros factores como la inflación, los fenómenos meteorológicos y las intensas lluvias que afectaron al país.

Índice de Confianza Empresarial Trimestre III
130

El panorama parece haber  mejorado para el tercer trimestre. El Índice de Confianza Empresarial cerró en 105.4 puntos, apenas 0.4 puntos por debajo de los valores con los que inició el año. Esto sugiere que el sector percibe un ambiente económico más favorable que en el segundo trimestre, posiblemente debido a la temporada del año, que tradicionalmente es más dinámica.

¿Qué opinan los empresarios hasta ahora?

El informe más reciente sobre la dinámica empresarial MYPE para el tercer trimestre de 2024, del Observatorio MYPE de LID, que recopila la opinión de los microempresarios de todo el país, muestra que el sector experimentó un buen desempeño en comparación con el trimestre anterior. Los datos revelan que el porcentaje de empresarios que reportaron una mejoría superó en 14% a aquellos que vivieron una situación desfavorable. Este indicador se mantiene cerca del promedio del sector, que es de 15.2%, lo que refleja un buen dinamismo en general, aunque ligeramente por debajo de los niveles promedio.

Esta mejora podría estar relacionada con varios factores. Al consultar la opinión del sector, por un lado, se observó una mejor administración financiera, reflejada en la reducción del porcentaje de empresarios que enfrentan dificultades financieras, de 42% a 37%. Además, la escasez de inventarios disminuyó del 29% al 21%, una caída significativa considerando que el trimestre anterior había tocado el punto más alto desde el año 2020.

No obstante, el dinamismo del sector sigue estando limitado por la fuerte competencia, un factor que ha permanecido constante durante el último año. Desde el tercer trimestre de 2023, cuatro de cada diez empresarios han señalado un aumento en la competencia dentro del sector. Esto podría estar relacionado con la mejora del clima de seguridad en el país, que ha facilitado la aparición de nuevos negocios y, en algunos casos, la entrada de medianas y grandes empresas en el mercado.

Además, los empresarios continúan sintiendo el impacto de los precios altos. El 80% de ellos reportó que los precios de la mercancía y las materias primas se mantuvieron estables o experimentaron aumentos (35% y 45.2%, respectivamente). 

¡Las expectativas para el cierre de año son muy positivas!

Aunque es habitual que los empresarios muestren entusiasmo por el último trimestre del año debido a festividades de Navidad y Año Nuevo, este 2024 las expectativas han alcanzado niveles muy altos. Al ser consultados sobre sus expectativas para el fin de año, siete de cada diez empresarios manifestaron que anticipan un cierre exitoso. Este porcentaje supera en un 66.3% a aquellos que tienen opiniones contrarias, logrando el puntaje más alto hasta la fecha en este indicador. La última vez que se registraron cifras similares fue hace dos años. Estos datos son alentadores, ya que los empresarios con expectativas positivas suelen incrementar sus operaciones a través de inversiones y contrataciones. 

Este escenario sugiere que las microempresas en El Salvador han retomado el optimismo propio del sector hacia el cierre de 2024. Con un 50% de los empresarios manteniendo su nivel de inversión y un 23% incrementándola, siete de cada diez empresarios están apostando por un crecimiento sólido en los próximos meses. Este optimismo también se refleja en la contratación del sector, donde el 55% de los empresarios ha mantenido su plantilla y un 20% la ha ampliado.

Empresarios manteniendo su nivel de inversión 50%
Empresarios que han mantenido su plantilla 55%

Todo esto se refleja en la Confianza Empresarial situada en 38.7 puntos que refuerza este panorama positivo, superando con creces los 20 puntos que marcan un crecimiento económico favorable. Con estos niveles de confianza y optimismo, el sector MYPE una vez más apuesta con todo al cierre del año.

Perdió su empleo en la pandemia y conoció la desesperación. Conozca cómo Dinora se reinventó con éxito para cumplir el sueño de toda su vida

Dinora Pérez. Empresaria.

Perdió su empleo en la pandemia y conoció la desesperación. Conozca cómo Dinora se reinventó con éxito para cumplir el sueño de toda su vida

La idea de dejarlo todo y aventurarse a empezar un negocio propio es algo que cruza por la mente de muchas personas en algún momento. No obstante, con el tiempo, la rutina y las obligaciones nos devuelven a la realidad y el deseo de emprender se desvanece.

Para algunos, emprender no es una elección, sino una necesidad. En El Salvador, año tras año, miles de jóvenes intentan incorporarse al mercado laboral, pero las oportunidades escasean. La llegada de la pandemia en 2020 solo empeoró la situación. De la noche a la mañana, los comercios cerraron, algunas empresas redujeron su personal y otras cesaron sus operaciones.

Dinora fue una de las personas que se quedó sin empleo. Las circunstancias y la necesidad la convirtieron en una emprendedora. Hoy en día, lidera un emprendimiento de cosmética artesanal reconocido por atraer tanto a turistas locales como internacionales, que le ha permitido disfrutar de la independencia que siempre anheló. Sin embargo, su camino estuvo lleno de obstáculos. Según sus propias palabras, su éxito fue el resultado de una lucha tanto interna como externa.

Dinora nos cuenta su historia mientras nos encontramos sentados en una pequeña oficina de FUSAI. El cielo amenaza con lluvia que nunca llega, como si el clima mismo reflejara la incertidumbre que vivió al inicio de su viaje. Sus manos juegan con la correa de una mochila que reposa a su lado. Más tarde, señalando el bulto, comenta: “Siempre llevo productos para mis clientes cuando salgo, especialmente si están cerca de donde me encuentro”. Esta declaración resume la dedicación que le ha puesto a su negocio.

productos naturales para la piel
Productos naturales elaborados por Dinora.

Ella es una empresaria, madre de dos hijos adultos que viven con ella en una casa ubicada en el cantón El Progreso, en las frescas y fértiles montañas del volcán de San Salvador, lejos del bullicio de la ciudad. En su pequeño terreno, además de cuidar perros rescatados, cultiva sábila, romero, rosas y otras plantas que utiliza para sus productos. “Después de la pandemia, todo se detuvo. No tenía trabajo y me preguntaba qué podía hacer”, recuerda. Siendo ella una persona activa que anhelaba su independencia económica, se vio abrumada por el desempleo. Decidió entonces inscribirse en varios cursos, siendo uno de ellos sobre cosmética artesanal, el que transformaría su vida.

Tiempo después, gracias al apoyo del dueño de la finca de café San Cristóbal, quien le ofreció un espacio en sus instalaciones, Dinora abrió un pequeño local en esta zona turística del Boquerón, aprovechando el constante flujo de visitantes nacionales e internacionales para vender sus productos.

“Me encantó la idea de hacer champú artesanal. Todos usan champú, pensé”. A pesar de su entusiasmo inicial, las dudas no tardaron en aparecer. “¿Cómo voy a vender esto? ¿La gente lo comprará? ¿Qué precio debo ponerle?”, se preguntaba. A pesar de que el temor a fracasar la acechaba, su anhelo de independencia era más poderoso.

Los primeros meses fueron duros. Dinora recuerda las largas horas que pasaba ajustando fórmulas y perfeccionando sus productos. “Hubo días en los que me pregunté si todo esto valdría la pena”, admite, pero con la ayuda de amigas y el acompañamiento de profesionales, siguió adelante produciendo su producto de lo que cultivaba en su terreno. Esta práctica, de producir lo que tiene demanda, es común entre empresarios que operan en zonas turísticas, donde alrededor del 60% venden productos elaborados por ellos mismos.

Mapa de El Salvador con zonas turísticas

Uno de los momentos clave en su trayectoria fue cuando una clienta extranjera, dudosa al principio, quedó sorprendida por la calidad de sus productos.

—“Le prometí que, si no le gustaba, le devolvería su dinero. La señora regresó quince días después, pero no para reclamar, sino para agradecerme”, dice con una sonrisa.

En este momento, Dinora supo que estaba en el camino correcto.

— “Me dije: ya llegué, ya estoy donde quiero estar”, afirma con genuino orgullo.

El negocio comenzó a crecer y vinieron nuevos clientes. En poco tiempo, para su sorpresa, sus champús artesanales estaban cruzando las fronteras salvadoreñas, rumbo a España, Estados Unidos y Australia, gracias a las recomendaciones de sus clientes y la calidad de sus productos.

Dinora sabe que el éxito no fue solo fruto de su trabajo artesanal.

“Lo que me ayudó fue capacitarme. Si no hubiera aprendido sobre administración, costos y planes de negocio… estaría andando a ciegas”, comenta.

La Escuela de Empresarios Líderes MYPE – LID – de FUSAI fue crucial en su crecimiento, tanto como emprendedora como persona. Antes de unirse al programa, su meta era vender localmente y mantenerse en el mercado nacional. Sin embargo, tras expresarle al coach su nuevo deseo de expandirse más allá de las fronteras, recuerda con emoción las palabras de su instructor: “Tu visión sigue intacta, lo que ha cambiado es tu misión”. ¡Un momento que nunca olvidará!

El éxito en su negocio también ha tenido un impacto en su comunidad. Ahora colabora en el rescate de animales callejeros y brinda su ayuda en donde puede. “En la vida, no solo es recibir, también es importante devolver”, reflexiona.

Al consultarle sobre qué consejo le daría a alguien que está comenzando a emprender, sin dudar, responde:

“Hay que capacitarse. Si no te preparas, no puedes crecer. Yo aprendí eso al entrar a la Escuela LID”. Y añade: “Eso te ayuda a abrir la mente, a crecer y tomar decisiones con la seguridad de que cada paso está respaldado por el conocimiento adquirido en la escuela”. En sus palabras, hay sabiduría y experiencia, pero también un recordatorio: el éxito no es solo una cuestión de trabajo duro, sino de preparación y apoyo. De acuerdo con el Informe 2024 del Observatorio MYPE de FUSAI, esta opinión la comparten 4 de cada 10 empresarios que operan en sitios turísticos.

Dinora ha alcanzado lo que muchos sueñan: independencia económica y laboral. Lo que queda claro en su historia, no es solo el éxito comercial que ha construido, sino el peso de todo lo que ha dejado atrás: la incertidumbre y la duda sobre sus capacidades.

Al llegar al final de la conversación, el cielo sigue gris. Pero a diferencia de ese primer día en que la pandemia cerró puertas y llenó su vida de incertidumbre, ese mismo cielo parece un testigo sereno del futuro que ha construido. Para Dinora, emprender no es solo un negocio; es una forma de vida, una declaración silenciosa de que, pase lo que pase, ella siempre encontrará la manera de seguir adelante. Con esa misma convicción, se despide, segura de que lo mejor está por venir.

Incremento del endeudamiento, la competencia y la inflación. Cómo afectan a los empresarios de las microempresas.

Incremento del endeudamiento, la competencia y la inflación.
Cómo afectan a los empresarios de las microempresas.

Luis Castillo, Director del Observatorio Mype de la ESCUELA LID de Fusai.

Las microempresas en El Salvador representan la columna vertebral de la economía y son el sustento principal de muchas familias. Sin embargo, en los últimos años, estas pequeñas unidades de negocio han enfrentado desafíos cada vez mayores, como el sobreendeudamiento, la inflación, y la creciente competencia derivada de la mejora en el clima de seguridad del país. Según el Observatorio Mype de Fusai, una de cada tres microempresas expresa problemas financieros, lo que afecta su acceso a financiamiento y, en algunos casos, a los negocios mismos.

¿Qué fue lo que sucedió, cómo llegamos a esta situación?

Aumento de la competencia en un entorno más seguro

El mejoramiento del clima de seguridad ha impulsado a más personas a emprender sus propios negocios. Si bien esto ha dinamizado la economía, también ha intensificado la competencia para las microempresas existentes, reduciendo sus márgenes de ganancia y dificultando su supervivencia. En muchas zonas donde antes solo las maras tenían acceso, ahora han surgido nuevos microempresarios que se enfrentan con la competencia, incluso de medianas y grandes empresas.

El aumento de la competencia significa que las microempresas necesitan invertir más en publicidad y diversificar y mejorar sus productos y servicios para retener clientes, lo que implica mayores gastos en un momento donde el incremento de la inflación ya está afectando sus costos operativos.

El impacto de la inflación en la canasta básica y en los negocios

Uno de los problemas más críticos que enfrentan las microempresas es la inflación. Desde 2021, el costo de la canasta básica en El Salvador ha aumentado casi un 30%, impactando de manera directa el poder adquisitivo de las familias. Esto tiene efectos negativos para las microempresas de la siguiente manera:

Menor poder de compra de los consumidores: las familias destinan una mayor parte de sus ingresos a cubrir sus necesidades básicas, reduciendo su capacidad para consumir productos y servicios de las microempresas, lo que afecta sus ventas e ingresos.

Aumento de costos operativos: la inflación incrementa los precios de los insumos y materiales que las microempresas necesitan para funcionar, reduciendo aún más sus ya estrechos márgenes de ganancia.

Dificultad para pagar deudas: al ver sus ingresos reducidos y sus costos operativos en aumento, las microempresas tienen cada vez más dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras, cayendo en un ciclo de sobreendeudamiento.

Creciente endeudamiento: la herencia de la pandemia y su efecto actual

La pandemia de 2020 dejó una estela de deudas en las microempresas salvadoreñas. La paralización de la economía obligó a muchas a endeudarse para poder reabrir y continuar operando. Sin embargo, la falta de ingresos durante ese período generó un problema de endeudamiento que aún persiste. Ello genera dos situaciones:

Soluciones y lecciones de otros países: un camino hacia adelante

El problema del endeudamiento, la competencia y el impacto de la inflación en las microempresas no es exclusivo de El Salvador. Otros países han implementado estrategias que pueden servir como ejemplo:

Programas de educación financiera: en Colombia, se han desarrollado programas de educación financiera que ayudan a las microempresarias a manejar sus finanzas, evitar el sobreendeudamiento y planificar para el futuro. Esta formación empodera a las mujeres y mejora la sostenibilidad de sus negocios.

Centros de soluciones para empresas con problemas: en Bolivia, las instituciones financieras trabajan en planes de reestructuración y refinanciación en condiciones flexibles, diseñados específicamente para microempresas, reduciendo así el riesgo de sobreendeudamiento.

Fondos de emergencia y ahorro: en Perú, se han implementado programas que fomentan la creación de fondos de emergencia, ofreciendo un colchón financiero a las microempresas para enfrentar crisis como el alza en los costos de la canasta básica.

Programas de asesoría y coaching: en México, existen programas que ofrecen financiamiento, asesoría y capacitación específicos para empresarias, ayudándole a mejorar su administración y decisiones financieras

Conclusión: es necesario dar mayor apoyo para las microempresas

El sobreendeudamiento y la inflación no son solo problemas financieros; son desafíos que afectan directamente la vida de miles de familias salvadoreñas. Las microempresas lideradas por mujeres, que también son responsables de gran parte de la economía del cuidado, enfrentan un panorama que pone en riesgo su capacidad de generar ingresos y ofrecer una vida digna a sus familias.

Es esencial que las instituciones financieras, los reguladores y el gobierno trabajen de manera conjunta para brindar apoyo a estas microempresas. Invertir en educación financiera y ampliar los programas de coaching, asesoría y capacitación es esencial para prevenir que este tipo de empresarios puedan tener problemas para mantener sus negocios.

Al proteger y fortalecer a las microempresas, no solo estamos apoyando la economía del país, sino también garantizando un futuro más equitativo y sostenible para las familias salvadoreñas que dependen de ellas. Ahora es el momento de actuar con empatía y responsabilidad, reconociendo que detrás de cada microempresa hay historias de esfuerzo, perseverancia y esperanza que merecen ser apoyadas y valoradas.

Emprender o migrar: el desafío de arraigar un futuro en El Salvador

Fotografía: IA.

Emprender o migrar: el desafío de arraigar un futuro en El Salvador

En El Salvador, la migración ha sido una realidad que se ha visto impulsada por múltiples factores como la inseguridad, la pobreza y la falta de desarrollo. Sin embargo, uno de los elementos más críticos es la escasez de oportunidades laborales, lo que lleva a muchos jóvenes y otros salvadoreños a emigrar de manera irregular. ¿Qué acciones podemos tomar para frenar esta fuga de talento que deja al país en busca de mejores oportunidades?

Hasta ahora, ninguna de las soluciones que se han intentado ha conseguido abordar el problema de raíz: la falta de oportunidades en el país. El informe de la MYPE 2024 examina la relación entre la migración forzada y el potencial dinamismo que pueden generar las microempresas en comunidades con menos oportunidades. Dos de las soluciones más efectivas que propone el informe son el fomento del emprendimiento y el fortalecimiento de las microempresas.  Estas soluciones van más allá de la mera apertura de negocios; buscan crear un ecosistema en el que los salvadoreños encuentren opciones reales para prosperar en su propio país, aprovechando las remesas de manera productiva.

Ecos del pasado que resuenan en nuestros días

A partir de los años 70, la creciente inestabilidad política y la violencia produjeron un aumento notable en el número de salvadoreños que buscaron refugio, especialmente en Estados Unidos, convirtiéndose en  un fenómeno central en la sociedad salvadoreña.

En nuestros días, decenas de miles de jóvenes que tienen expectativas de insertarse laboralmente se enfrentan a la realidad de un mercado laboral incapaz de brindarles un empleo digno. De los 85,000 jóvenes que cada año alcanzan la edad de trabajar, solo 15,000 logran acceder a un empleo formal. Ante esta situación, las alternativas se limitan a recurrir al autoempleo, la informalidad o la migración. 

jóvenes logran acceder a un empleo formal
85000

Sin embargo, la migración no solo representa un reto demográfico o social. Paradójicamente, también se ha convertido en un motor económico. El dinero que los migrantes envían a sus familias equivale a aproximadamente el 25% de la economía del país. Esta cifra es crucial porque nos permite ver cuán grande es el papel de las remesas en comparación con el Producto Interno Bruto (PIB), que mide todo lo que el país produce en un año. Al representar una cuarta parte de la economía, las remesas no solo mejoran la vida de muchas familias, sino que también son una fuente clave de ingresos para la nación, impulsando el consumo, los negocios y el bienestar general.

Si bien han sido un salvavidas para millones de familias, las remesas también representan un potencial de desarrollo no explotado: si se aprovecharan mejor, podrían utilizarse para promover la inclusión financiera, la educación, la salud y el emprendimiento, lo que contribuiría aún más al desarrollo económico de las comunidades receptoras.

Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2023, apenas el 1.3% de quienes reciben remesas las destinan a la inversión o creación de negocios. Este dato desvela que existe un porcentaje alto de remesas que podría ser utilizado de manera más productiva y volverse un herramienta para impulsar un cambio.

En contraste, como lo ha detallado el informe El estado de la MYPE, 2024. La otra cara de la economía, los microempresarios que reciben remesas destinan, en promedio, el 15.8% de estas a sus negocios.

Esta cifra demuestra que las remesas pueden ser una poderosa herramienta para fortalecer las microempresas y mitigar la migración forzada.

Además, el informe MYPE 2023 reveló que iniciar un negocio reduce en más del 60% la intención de emigrar entre los microempresarios, y este efecto es aún mayor en el sector agropecuario, donde alcanza el 80%. El emprendimiento, por tanto, no es solo una alternativa económica; es también una herramienta eficaz para arraigar oportunidades en el país.

¿Por dónde empezar?

La migración irregular no solo implica la pérdida de talento humano, sino también la separación familiar y el debilitamiento del tejido social. Fortalecer las oportunidades locales, especialmente apoyando a las microempresas rurales y juveniles, puede ayudar a retener el talento y preservar la cohesión familiar. Para lograrlo, es esencial un entorno con herramientas y apoyo adecuado que permita convertir los proyectos locales en realidades sostenibles.

Aquí es donde las políticas públicas juegan un papel fundamental. Según los propios microempresarios, las medidas más efectivas para frenar la migración incluyen:

Mayor acceso a financiamiento para expandir sus negocios 52%
Apoyo para formalizar las empresas 36.9%
Provisión de capital semilla a bajo costo 35%

Estos datos subrayan un camino claro para arraigar a la juventud en el país y frenar la fuga de talento que ha golpeado a El Salvador durante tantos años.

No obstante, la relación entre el emprendimiento, las remesas y la migración no es tan simple como parece. La violencia y las condiciones sociales también influyen en la decisión de emigrar. El informe revela que, aunque el estado de excepción ha reducido los índices de criminalidad en muchas zonas del país, los resultados no son uniformes. El 40.6% de los hogares de microempresarios reportó una disminución en la intención de emigrar debido a la mejora en la seguridad, pero un 34.1% indicó lo contrario, lo que muestra que aún quedan muchos desafíos por superar.

Microempresas prósperas, una clave para el crecimiento y bienestar de El Salvador

Fotografía: Achivo Observatorio MYPE.

Microempresas prósperas, una clave para el crecimiento y bienestar de El Salvador

La relevancia de las micro y pequeña empresas ha sido un hecho por muchos años en la economía del país y muchos ya intuían su importancia y rol protagónico que poseían, pero hasta hace poco no contábamos con estudios recientes que lo confirmaran. Con el Informe MYPE 2023 del año anterior, finalmente se logra apreciar mejor la composición y el peso de este sector. Este  informe revela  que las microempresas representan cerca del 94% de las unidades económicas y emplean a casi el 70% de la población en edad de trabajar. Además, destacó que el 60% de estas empresas son lideradas por mujeres, subrayando su rol clave en la generación de empleo y el empoderamiento económico de muchas familias salvadoreñas. También se encontró que emprender reduce la intención de emigrar, actuando como una barrera contra la migración forzada.

Sin embargo, tras la presentación del INMYPE 2023, aún quedaba una pregunta importante sin responder: ¿cuál es realmente el aporte que tiene el sector y cuál ha sido su evolución en los últimos años? Ante esta situación, el Observatorio MYPE asumió el reto de responder esta pregunta.

Comprender esto es fundamental para entender la verdadera realidad del país. Se quería poner en cifras el aporte de las miles de familias salvadoreñas que, día a día, trabajan en sus emprendimientos y empresas, un esfuerzo que hasta ahora no había sido reflejado suficientemente en las estadísticas nacionales. En este sentido, el informe logró su cometido, iluminando un poco más ese “otro lado de la luna” que no alcanzar a verse. 

El reto de medir el PIB de las microempresas

El Producto Interno Bruto (PIB) es el principal indicador para medir la salud económica de un país, al calcular el valor total de los bienes y servicios producidos en un periodo. Un PIB sólido y crecimiento indica una economía sana. Sin embargo, este indicador suele centrarse en las empresas formales, que en El Salvador representan menos del 5% del parque empresarial total lo que  no permite visibilizar el aporte de las microempresas que ocupan al 70% de la población en edad de trabajar.

El Observatorio Mype se propuso realizar un cálculo aproximado confiable, tarea que no fue fácil. En el pasado, aunque se realizaron algunos estudios, estos no diferenciaban entre la economía informal, la economía no observada y las microempresas, cuando esta distinción es crucial. Si bien algunas microempresas operan formalmente, muchas lo hacen de manera informal. Además, la economía no observada, que incluye actividades no registradas oficialmente, no siempre está vinculada al ámbito empresarial.

Sumado a lo anterior surgían otros factores, como la alta heterogeneidad del sector, la falta de estudios específicos sobre microempresas, diferencias en terminologías y, uno muy importante, la ausencia de datos fiables en las estadísticas nacionales.  

Para corregir esta omisión, el Observatorio MYPE desarrolló una metodología basada en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), utilizando datos directamente de los empresarios, lo que permitió medir el aporte real de las microempresas al PIB del país.

El lado oculto de la luna: la contribución de las microempresas al PIB

Los resultados del estudio revelan que entre 2016 y 2023, las microempresas aportaron un promedio del 42.9% al PIB de El Salvador, consolidando su papel como un motor clave de la economía nacional, algo que ya se intuía. Sin embargo, los resultados también señalan una tendencia que merece atención: en los últimos años, su contribución ha disminuido.

Los datos muestran que entre 2016 y 2019, las microempresas experimentaron un crecimiento estable, lo que ayudó a reducir la pobreza y la desigualdad en el país. Sin embargo, la pandemia por COVID-19 en 2020 y la subsiguiente ola inflacionaria alteró este panorama. Si bien en el 2021, las microempresas mostraron señales de recuperación, con un crecimiento del 10.3% en su contribución al PIB, impulsadas por la reactivación económica,  la inflación comenzó a afectar al país a mediados de ese año y deterioró el poder adquisitivo de las familias, que son los principales clientes de las microempresas. Esto redujo su capacidad de crecimiento. Ya para los años 2022 y 2023, la contribución al PIB cayó a un 36.3%, una disminución notable respecto a los años anteriores.

Estos resultados, aunque subrayan la importancia del sector, también revelan una realidad que antes no era tan evidente: cuando las microempresas enfrentan dificultades, la mayoría de los hogares salvadoreños también se ven afectados.

"La otra cara de la economía no es su lado oscuro, sino su lado oculto".
William Pleites.
Director del Informe

Retos y oportunidades para las microempresas

El declive observado en los resultados del estudio podría estar vinculado a varios desafíos estructurales, como la dificultad de ajustar precios y salarios en un entorno inflacionario, así como la limitada integración de las microempresas en cadenas de valor más dinámicas.

Al analizar estos resultados junto con otros capítulos del Informe MYPE 2024, se evidencia que las microempresas enfrentan múltiples obstáculos que frenan su crecimiento y sostenibilidad. En el capítulo 2, se destaca que factores como la inflación, el estancamiento salarial y la creciente competencia han mermado el dinamismo del sector en los últimos años, lo que ha afectado su desempeño reciente. Además, su baja integración en las cadenas de valor formales restringe su capacidad para aprovechar oportunidades de crecimiento.

En concreto, el informe sugiere que, para mejorar la situación de las microempresas, es fundamental implementar un plan que promueva su integración en las cadenas de valor más dinámicas de la economía salvadoreña. También recomienda simplificar los requisitos legales y mejorar sus capacidades productivas.

Desarrollo económico integral

La contribución de las microempresas al PIB de El Salvador entre 2016 y 2023 ha puesto en evidencia tanto su importancia como los desafíos que enfrentan. La disminución de su aporte en los últimos años subraya la urgencia de implementar políticas integrales que fortalezcan a este sector, promuevan su formalización gradual y les permitan acceder a mejores oportunidades de crecimiento. Al hacerlo, no solo se impulsará el crecimiento económico del país, sino que también se mejorará el bienestar de los miles de familias salvadoreñas que dependen de las microempresas para su sustento.

El inicio de un sueño en tiempos difíciles: cómo la persistencia y el apoyo familiar de María Eugenia impulsaron el éxito de Pizzería Nuova Vita

 María Eugenia Flores. Empresaria “Pizzería Nuova Vita”.

El inicio de un sueño en tiempos difíciles: cómo la persistencia y el apoyo familiar de María Eugenia impulsaron el éxito de Pizzería Nuova Vita

En la colonia San José, en Soyapango, se encuentra Pizzería Nuova Vita, un negocio que comenzó en el garaje de la casa de María Eugenia Flores durante los duros momentos de la pandemia. Aunque los inicios fueron difíciles, Eugenia nos cuenta cómo encontró la fuerza para mantener y hacer crecer su emprendimiento, logrando abrir dos locales después de empezar vendiendo desde su casa. 

Su trayectoria es un ejemplo de determinación y pasión, y demuestra cómo las microempresas, con el apoyo familiar, generan empleo y fortalecen la cohesión social ante los retos económicos y sociales del país.

El inicio de la aventura: un respuesta frente a la crisis

María Eugenia vivió en 2020 un revés que marcaría el inicio de su proyecto empresarial. La pandemia afectó gravemente a su familia, disminuyendo sus ingresos por la confección de ropa y también los de su esposo, quien trabajaba como payaso. En medio de esta crisis, cuando las opciones parecían agotarse, Eugenia decidió dar el salto que había postergado tantas veces.  

Un día, simplemente decidimos convertir algo que hacíamos en casa, cocinar pizzas para nuestros hijos, en una oportunidad para mantenernos,” recuerda María Eugenia. Este primer paso, sentó las bases de una historia de éxito, motivada por la necesidad y apoyada por  su familia.

El ascenso y la consolidación: la familia como pilar del éxito

En el garaje de su casa, con el apoyo de su esposo y sus hijos, María Eugenia inició su emprendimiento con la esperanza de mejorar la situación de aquel momento. Mi esposo siempre ha estado allí, él me animó  a empezar y me ayudó en la cocina y en la administración. Entre sus estudios y actividades, también mis hijos siempre encuentran tiempo para ayudar”.

María Eugenia y su esposo José Roberto Alas Palma.

En el sector de la microempresa, esta realidad es común. Según los resultados del informe MYPE 2024, cerca del 40.5% de los empleados en las microempresas salvadoreñas son familiares del propietario. Esta es una práctica que se produce especialmente en negocios liderados por mujeres como María Eugenia. 

Conscientes de la importancia de ofrecer un producto de calidad y un servicio excepcional, María Eugenia y su esposo se dedicaron a perfeccionar sus recetas. El entusiasmo y la lealtad de sus clientes les permitieron abrir su primer local en la colonia Los Ángeles, formalizando así Pizzería Nuova Vita, un nombre que en italiano significa ‘nueva vida’. Este nombre refleja las nuevas oportunidades que la familia de Eugenia logró forjar en medio de las difíciles circunstancias de la pandemia. 

Más adelante, para satisfacer la creciente demanda, Eugenia decidió rentar un local grande y contratar a cuatro empleados, mejorando el servicio y la eficiencia en la entrega de sus productos a su clientela. Un año después, abrió una segunda sucursal, replicando y adaptando la esencia de Nuova Vita a un nuevo espacio.

Primer local de Pizzería Nuova Vita. 

Desafíos y superación

Esta aventura no estuvo exenta de altibajos. A lo largo de su camino como emprendedora, Eugenia enfrentó numerosos desafíos, desde la incertidumbre provocada por la pandemia hasta las complejidades de gestionar un negocio en crecimiento. Sin embargo, su perseverancia, junto con el apoyo incondicional de su familia y su equipo, fueron claves para superar cada obstáculo. 

“Los inicios siempre son complicados. Al principio, el miedo a lo desconocido era grande y las ventas eran inciertas,” confiesa María Eugenia. “A veces sentía que estaba haciendo malabares con el tiempo, tratando de ser madre y empresaria al mismo tiempo, y muchas veces parecía que ninguno de los dos roles recibía la atención que merecía”,agrega.  

Frente a estos nuevos desafíos la joven empresaria inició su formación empresarial en el programa “Método de Activación Empresarial (MAE) Nivel Crea Tu Empresa” de FUSAI. Gracias a este programa, logró salir de su zona de confort, delegar actividades operativas y enfocarse en lo gerencial. Este cambio le permitió organizar mejor los controles de sus procesos internos, las finanzas y el registro de ingresos y egresos, estableciendo funciones y responsabilidades claras para su personal, y transformándose de una “todóloga” a una empresaria con pensamiento estratégico.

Escribiendo el próximo gran capítulo

Actualmente, Nuova Vita sigue innovando y diversificando su menú. Consciente de la necesidad de mantenerse a la vanguardia, Eugenia busca constantemente agregar nuevos platos y bebidas. Su historia es un testimonio del poder de la determinación, el apoyo familiar y el espíritu emprendedor, demostrando que hasta en los momentos más difíciles es posible crear algo extraordinario.

Debido al crecimiento y desarrollo empresarial de su empresa, María Eugenia fue seleccionada para participar en el programa MBA ACTEC de la escuela de negocios LID de FUSAI. Este programa desarrolla y fortalece las habilidades gerenciales a través del pensamiento estratégico que permita lograr un crecimiento acelerado en una empresa a través del diseño e implementación de un Proyecto de Transformación Empresarial.

Esta historia refleja la realidad de muchas microempresas en el país, que representan una parte significativa del sector informal y emplean a aproximadamente a 7 de cada 10 personas de la población ocupada. 

Este entorno familiar no solo es clave para el funcionamiento diario de las microempresas, sino que también ofrece condiciones laborales flexibles que benefician tanto a los propietarios como a los empleados, al tiempo que fortalece los lazos familiares. María, por ejemplo, nos comenta que su emprendimiento le permitió emplear a su hermana, madre de dos hijos, quien puede cuidar de ellos mientras trabaja, gracias a la flexibilidad que su puesto le ofrece. 

Este entorno flexible y familiar que caracteriza a las microempresas, brinda condiciones laborales que benefician tanto a propietarios como a empleados. 

Informe Estado de la MYPE 2024: las microempresas aportan el 42.9% al PIB de El Salvador

Mayra Valle Calero. Microempresaria “Jandet Organic”.

Informe Estado de la MYPE 2024: las microempresas aportan el 42.9% al PIB de El Salvador, por lo que siguen siendo pilar fundamental de la economía

El informe “Estado de la Mype 2024: La Otra Cara de la Economía”, presentado por el Observatorio MYPE, el 29 de agosto, ofrece una nueva perspectiva sobre la economía de El Salvador, actualiza las características del sector y analiza por primera vez la participación de las microempresas en el PIB, destacando sus fortalezas y desafíos a corto y mediano plazo.

Peso determinante en la economía, de las microempresas

Una de las principales novedades del informe es la medición de la contribución de las MYPES al Producto Interno Bruto (PIB), utilizando una metodología basada en el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN). Los resultados muestran que, entre 2016 y 2023, las MYPES aportaron un promedio del 42.9% al PIB, consolidándose como un pilar esencial de la economía salvadoreña. Este enfoque mejora notablemente los estudios anteriores, que no diferenciaban adecuadamente entre la economía informal y el sector MYPE.

El informe revela que, en los últimos tres años, las microempresas han enfrentado desafíos significativos, entre ellos el sobreendeudamiento y el impacto de la inflación, los cuales han limitado su capacidad para aprovechar las oportunidades de crecimiento económico que el país experimenta en diversos sectores.

Perspectivas empresariales en un entorno adverso

Para facilitar la comprensión de la realidad de las microempresas, el informe ofrece un análisis de la percepción de los empresarios sobre el entorno económico. Este análisis se desarrolla en el capítulo 2, utilizando como herramienta principal el Índice de Confianza MYPE.

Los resultados revelan un panorama complejo: al consultar a los empresarios sobre su situación económica en comparación con el año anterior, el 38.5% considera que ha mejorado (13.2% de manera significativa y 25% ligeramente), mientras que el 25.8% opina que ha empeorado (6.5% de forma significativa y 19.3% ligeramente).  

Considera que ha mejorado 38.8%
Considera que ha empeorado 25.8%

Este análisis, junto con otros indicadores de expectativas, inhibidores y confianza empresarial, proporciona una mejor comprensión de las dinámicas internas del sector en un periodo desafiante, que incluyó la crisis derivada de la pandemia por Covid 19. En él, se subraya la necesidad de intervenciones coordinadas entre el sector público y privado para fortalecer la confianza y mejorar el entorno de negocios del sector. 

Barreras invisibles: desafíos socioeconómicos y estructurales

El informe dedica un análisis detallado a los desafíos persistentes que enfrentan las microempresas en El Salvador, incluyendo la formalización. Aunque el documento señala que el 76% de las microempresas en el país operan en la informalidad, sin cumplir con sus obligaciones fiscales ni laborales, también destaca que las principales barreras para aquellos empresarios que desean formalizar sus negocios son los altos costos, la falta de información y la complejidad del proceso. Esto es especialmente cierto para las empresas de subsistencia y las más pequeñas. 

Se destaca la situación de las unidades económicas lideradas por mujeres, que constituyen aproximadamente el 60% de las microempresas en el país. El informe revela que el 57.1% de estas propietarias considera que les resulta difícil o muy difícil obtener un crédito, por el exceso de deuda y problemas en los burós de crédito.

Además, el 75% de las empresarias tiene un nivel educativo de noveno grado o menos, y el 35.3% señala que lidian con una sobrecarga de responsabilidades empresariales y familiares. Esta combinación de factores limita su potencial de crecimiento. Para abordar estos obstáculos, se están explorando programas de apoyo específicos para fomentar su desarrollo.

 

Migración y microempresas: un vínculo crucial

Otra aportación innovadora del informe es el análisis que hace de la relación entre las microempresas y la migración, un tema crucial en el contexto salvadoreño. Uno de los principales hallazgos del informe revela que iniciar un negocio reduce en más del 60% la intención de emigrar entre los empresarios MYPE que estaban considerando esa opción. Además, se encontró que este efecto es aún mayor, alcanzando más del 80%, entre los microempresarios de subsistencia y del sector agropecuario. 

En este nuevo informe, además de abordar nuevamente el tema de las migraciones y relación con las MYPES, se exploró el uso de las remesas. Según la investigación, las políticas más efectivas para fomentar el arraigo y disuadir a sus familiares de emigrar son mayor acceso a financiamiento para expandir el negocio (52%), apoyo para formalizar la empresa (36.9%), y capital semilla a bajo costo para que sus familiares inicien sus propios negocios. En este sentido, la publicación sugiere que el acceso a financiamiento de las microempresas y el apoyo a su formalización gradual pueden constituir políticas efectivas para mitigar la decisión de emigrar.

La expansión del turismo y su impacto en las microempresas

Finalmente, el informe explora las oportunidades y desafíos de las MYPES en las zonas turísticas, un sector en crecimiento en la economía salvadoreña. Aunque se ha observado una recuperación tras la pandemia, el informe revela que el 46.2% de las microempresas que operan en las zonas turísticas atienden a menos clientes que antes de la pandemia, y solo un 12.9% ha superado completamente las consecuencias de la crisis sanitaria. 

Ante este entorno, los microempresarios que operan en zonas turísticas expresaron que las principales limitaciones que enfrentan son:

Los apoyos más solicitados al sector público incluyen la organización de ferias para impulsar el turismo, mejoras en la infraestructura vial, capacitación empresarial, promoción de sus negocios en el extranjero y un mejor acceso a servicios de internet.

Necesidad de mayor comprensión de la importancia del sector

El informe enfatiza la relevancia de este sector a nivel nacional y la necesidad de asignar más recursos para fortalecer a las microempresas, que son el motor económico actual y desempeñan un papel crucial como estabilizadores sociales en el desarrollo del país. Los datos presentados revelan una dimensión de la realidad salvadoreña que había estado oculta en las estadísticas oficiales, permitiendo una mejor comprensión de la vida y los desafíos que enfrentan quienes sostienen la economía del país con su esfuerzo diario, a menudo invisibilizado.

El estado de la MYPE 2024: La otra cara de la economía

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    La realidad de las MYPES lideradas por mujeres en El Salvador. Entre la familia y  el negocio

    La realidad de las MYPES lideradas por mujeres en El Salvador: entre la familia y el negocio

    En El Salvador, las micro y pequeñas empresas (MYPES) desempeñan un papel crucial en la economía, especialmente en el empoderamiento de las mujeres. Sin embargo, el camino hacia un crecimiento sostenible para estas empresarias está lleno de desafíos considerables. Un estudio reciente del Observatorio MYPE, que forma parte del informe MYPE 2024 presentado en agosto, para muchas empresarias, el desafío más grande no es solo hacer crecer su negocio o financiamiento, sino equilibrarlo con las responsabilidades familiares.

    El desafío del doble rol: proveedoras y cabezas de familia

    El estudio señala que aproximadamente una tercera parte de las mujeres propietarias de microempresas no solo son las principales proveedoras de ingresos en sus hogares, sino que también asumen por completo la responsabilidad del cuidado familiar. Aunque el sector MYPE ofrece una flexibilidad de horarios valiosa, que difícilmente se encuentra en el sector formal, esta misma flexibilidad obliga a muchas empresarias a desempeñar un doble rol, ya que no siempre cuentan con el apoyo necesario para atender otras necesidades. 

    Esta situación refleja cómo la flexibilidad inherente al sector de las micro y pequeñas empresas (MYPE) se convierte en una doble carga para muchas empresarias que deben equilibrar sus responsabilidades empresariales y familiares, lo que las coloca en desventaja frente a los empresarios del sector y se convierte en una barrera que limita su capacidad de crecimiento. 

    Rosa Alvarado, además de administrar una tienda de productos de cuidado personal en San Julián, Sonsonate, debe cuidar a su madre mientras su hermano trabaja en el campo. 

    "Mi negocio me da la flexibilidad necesaria para cuidar a mi madre", comenta Rosa. "Sin embargo, eso también implica que a veces debo renunciar a oportunidades cuando mi madre me necesita".
    Rosa Alvarado
    Empresaria

     

    Ada Gonzáles, madre soltera y empresaria, enfrenta retos similares con Adaxi, su academia de costura en Sierra Morena, Soyapango. “Adaptarme al negocio y cuidar a mis hijos ha sido un reto constante, especialmente cuando debo organizar mi tiempo entre la confección, la academia y las responsabilidades familiares. Ser mamá soltera y empresaria no es fácil; implica hacer sacrificios significativos como dejar actividades que mis hijos disfrutaban para poder sostener el negocio y la familia”, explica Ada, quien con esfuerzo ha visto crecer su academia que comenzó como una pequeña operación en casa y ha llegado a tener  veinte alumnas en su cuarta promoción.

    Según el mencionado informe, la participación femenina disminuye considerablemente en los segmentos más grandes y económicamente más estables, como el de acumulación ampliada y pequeña empresa, donde predominan las unidades dirigidas por hombres.

    El estudio indica que, aunque la mayoría de las unidades económicas del sector son lideradas por mujeres y que ellas también emplean una mayor proporción de mujeres en comparación con las lideradas por hombres, esta predominancia femenina no se traduce en un crecimiento proporcional. De hecho, casi el 90% de las empresarias están concentradas en los segmentos de subsistencia o acumulación simple, que corresponden a los estratos más vulnerables del sector de las micro y pequeñas empresas (MYPE). Rosa reflexiona sobre esta realidad:

    "A veces, lo que necesitamos no es financiamiento, sino programas que entiendan la realidad que vive uno y nos ayuden según lo que uno necesita."
    Rosa Alvarado
    Empresaria

     

    En los segmentos más grandes y económicamente más estables, la representación femenina disminuye considerablemente, predominando las unidades dirigidas por hombres. Ada, quien inició sin el respaldo de su familia, reconoce la importancia de contar con apoyo externo, especialmente para aquellas que realmente quieren avanzar con su negocio. “Enseño a mis alumnas que el error no es un fracaso, sino una oportunidad para aprender y mejorar. Siempre les digo: ‘Tranquilas, no pasa nada si se equivocan; lo importante es volver a intentarlo y seguir adelante’. Aunque inicié sola, ahora veo cómo, con el apoyo adecuado, se pueden superar muchos obstáculos”. 

    Con frecuencia, en este doble rol las empresarias enfrentan desafíos adicionales como la falta de educación y financiamiento. Como sugieren los resultados del mencionado estudio, estas empresarias enfrentan una brecha de género que se amplía a medida que las empresas crecen. La concentración de las empresarias en los segmentos más pequeños del mercado las sitúa en una posición vulnerable. Estos segmentos a menudo se caracterizan por una menor capacidad de inversión y menores niveles de remuneración, lo que representa importantes desafíos que deben enfrentar las empresarias. Sin embargo, Rosa subraya la importancia de la independencia en este contexto: 

    Historias como las de Rosa y Ada subrayan la necesidad de implementar estrategias integrales que ayuden a crear un entorno más propicio para que las empresarias salvadoreñas lideren negocios sostenibles y prósperos, superando las brechas que obstaculizan su crecimiento y consolidación en el mercado. 

    Necesidad de programas de soporte

    Una respuesta efectiva en esta dirección podría ser la implementación de programas de cuidado infantil y apoyo a las responsabilidades familiares de las empresarias. Estos programas serían un primer paso esencial para facilitar la transición hacia la reducción de la brecha de género, promoviendo así un desarrollo empresarial más sostenible e inclusivo.  Para lograr un mayor impacto, estas iniciativas deben complementarse con políticas e inversiones que promuevan la educación, la mejora laboral, ofreciendo mejores oportunidades de financiamiento y acceso a tecnologías que optimicen sus negocios. 

    "Creo que invertir en personas que realmente quieren salir adelante es clave. Con el apoyo adecuado, las mujeres pueden superar muchos obstáculos y llevar sus negocios al siguiente nivel", destaca Ada, quien ha aprendido que empezar un negocio puede dar miedo, pero con esfuerzo y dedicación se puede alcanzar el éxito.
    Ada Gonzáles
    Empresaria

     

    El desafío de cerrar la brecha de género en las MYPES es tanto una cuestión de equidad como de eficiencia económica. Empoderar a las mujeres empresarias no solamente fortalece la economía, sino que también promueve un crecimiento más equitativo y sostenible entre hombres y mujeres . Como expresa Rosa Alvarado: “lo que nos impulsa, no es solo la necesidad de crecer, sino el deseo de cambiar nuestra vida, la de la familia y amigos.”

    La persistencia de esta brecha no debe ser vista como una fatalidad, sino como una oportunidad para redoblar esfuerzos en la promoción de la igualdad de género en el sector empresarial. Con el apoyo adecuado, las mujeres pueden convertirse en una fuerza aún más poderosa para el desarrollo económico y social de El Salvador. “Adaxi le da vida a su negocio”, dice Ada con orgullo, aludiendo al impacto que su academia ha tenido en la vida de sus alumnas y en su comunidad. De hecho, tres de sus alumnas han dado el paso de abrir sus propios pequeños negocios de costura, demostrando el tipo de transformación que es posible cuando las empresarias reciben el apoyo que necesitan

    Como lo advierte el Informe MYPE 2024, las empresas lideradas por mujeres tienden a tener un impacto positivo en las comunidades, generando empleos, innovando con productos y servicios, y fortaleciendo la resiliencia económica local. Además, las emprendedoras suelen reinvertir una mayor proporción de sus ganancias en el bienestar familiar y el desarrollo comunitario.

    Retos de las MYPE ante la fuerte competencia y menor demanda: ¿peligra la recuperación del sector?

    Archivo Observatorio MYPE. 

    Retos de las MYPE ante una fuerte competencia y menor demanda: ¿peligra la recuperación del sector?

    En los primeros seis meses de 2024, El Salvador ha enfrentado un panorama económico complejo y lleno de desafíos. La incertidumbre política generada por el proceso electoral, junto con los impactos de fenómenos naturales como tormentas y sequías, han afectado la estabilidad y previsibilidad que requieren los empresarios para tomar decisiones de inversión y crecimiento.

    Adicionalmente, la desaceleración económica global, los cuellos de botella en las cadenas de suministro y la alta inflación han reducido la demanda interna y aumentado los costos de operación para las empresas.

    No obstante, el más reciente Informe de Dinámica Empresarial del segundo trimestre revela que las micro y pequeñas empresas (MYPE) han demostrado una notable capacidad de resiliencia durante este periodo.

    Aunque el Índice de Confianza Empresarial (ICE), que mide el grado de optimismo de los empresarios sobre el estado general de la economía y sus propios negocios, experimentó una leve disminución de 3.6 puntos en comparación al trimestre previo, aún se mantiene por encima del umbral de 100 puntos establecido tras la pandemia en 2021. Esto sugiere que, pese a que las condiciones económicas actuales no son óptimas, tampoco pueden considerarse como insuperables para el sector empresarial. Por otro lado, el Índice de Expectativa Empresarial logró una mejora, alcanzando los 57.4 puntos. Este incremento indica un moderado optimismo entre las micro y pequeñas empresas (MYPE), que anticipan un repunte en la demanda de productos y servicios durante el próximo trimestre.

    Para asegurar un buen desempeño en los próximos trimestres y evitar una prolongada caída, es fundamental preguntarse: ¿Cuáles son los factores que afectaron al sector durante ese periodo?

    Al analizar el comportamiento del sector empresarial en los primeros seis meses de 2024, podemos identificar algunos desafíos persistentes que enfrentan las micro y pequeñas empresas (MYPE) en El Salvador. Uno de los retos más significativos ha sido la creciente competitividad del mercado. Las MYPE se han visto obligadas a competir en un entorno cada vez más saturado y exigente, lo cual representa un obstáculo importante para su desarrollo. La debilidad de la demanda ha sido otro factor que ha impactado negativamente en el desempeño de las MYPE. La reducción del poder adquisitivo de los consumidores, derivada del entorno inflacionario actual, también ha limitado el crecimiento y las perspectivas del sector.

    Marina del Carmen Cardona de Alvarenga, una empresaria que comenzó su negocio con una pequeña tienda en su casa en San José Villanueva, La Libertad, es un claro ejemplo de la lucha diaria que enfrentan muchas mujeres emprendedoras en un entorno competitivo. Aunque su vida no está exenta de desafíos, Marina está viviendo un momento de profunda felicidad, ya que recientemente se ha convertido en abuela. Su hija, quien la ayuda frecuentemente en el negocio, ha dado a luz a una hermosa bebé, llenando de alegría a toda la familia. Para Marina, su tienda no es solo un medio de subsistencia, sino un legado que espera dejar a su hija y a su nieta, combinando su lucha diaria con el deseo de asegurar un futuro mejor para las próximas generaciones.

    Navegando en un mercado saturado

    Según los datos recopilados durante el primer semestre de 2024, el 44% de los empresarios encuestados reportó un incremento en los niveles de competencia en comparación al periodo anterior. Si bien esta cifra ha experimentado una leve disminución de 5.5% respecto al mismo lapso del año previo, la percepción de una competencia intensa ha sido una constante desde el primer trimestre de 2021.Yo he visto varias personas que, tal vez por necesidad, han puesto sus pequeños negocios agrega Marina, subrayando la saturación del mercado. 

    En un sector tan dinámico como el de las micro y pequeñas empresas (MYPE), este aumento sostenido de la competencia representa un desafío significativo para los empresarios, que deben esforzarse constantemente por mantener sus operaciones y mantenerse en el mercado. Esto resulta particularmente adverso para los segmentos más vulnerables del sector MYPE, como la microempresa de subsistencia y las de acumulación simple. Estas empresas, que operan con recursos y márgenes limitados, enfrentan mayores dificultades para adaptarse y responder a las presiones de un mercado cada vez más saturado.

    El incremento de la percepción de una mayor competencia durante este primer semestre de 2024 podría estar relacionado con el hecho de que, en promedio, solo el 2% de los empresarios MYPE ha expresado que la delincuencia representa un obstáculo para las operaciones de sus negocios. Esto sugiere que los empresarios podrían estar percibiendo un ambiente empresarial más seguro y rentable en comparación a periodos anteriores. No obstante, aunque la teoría económica plantea que la competencia fomenta la innovación y mejora la calidad, beneficiando tanto a empresarios como a consumidores, la realidad para muchas micro y pequeñas empresas (MYPE) es bastante diferente.

    La fuerte competencia, sumada a otros factores políticos, económicos y meteorológicos, parece haber afectado negativamente las ventas del sector. Un promedio del 34% de los empresarios expresó percibir una menor demanda entre enero y junio de 2024. Además, el 39% reportó menores ventas durante el segundo trimestre, lo cual representa un incremento de 5.3% con respecto al primer trimestre y el porcentaje más alto registrado desde 2021. Esta disminución en la cantidad de clientes e ingresos afecta directamente los resultados de los empresarios, así como a los empleados y familiares que dependen de estos negocios.

    Carlos Acevedo, analista económico de FLACSO, sugiere que, aunque el número total de consumidores en el mercado se mantiene constante, la percepción de una menor demanda por parte de los empresarios puede estar influenciada por la intensa competencia, que distribuye a los clientes entre más opciones disponibles.

    Manteniéndose a flote

    Dentro de los segmentos que podrían resultar más afectados por esta situación se encuentran las microempresas de subsistencia y las de acumulación simple. Estos empresarios, que conforman alrededor del 82% del sector MYPE, tienen un patrón de generación de ingresos orientado al consumo inmediato o únicamente a lo necesario para mantener el negocio, sin posibilidad de ahorrar. Debido a sus márgenes de maniobra muy reducidos, estos microempresarios a menudo se ven obligados a tomar medidas drásticas, como recortar gastos o reducir su propio consumo, simplemente para mantenerse a flote.

    En respuesta a esta situación adversa, es fundamental que las MYPE busquen formas de innovar y diferenciarse para mantener su competitividad. Una estrategia clave puede ser la fidelización de clientes, la cual les permitiría asegurar una mayor estabilidad. No obstante, la gestión financiera adecuada es igualmente crucial en un mercado donde la competencia es intensa y los márgenes de error son mínimos. Cada centavo cuenta para estas MYPES, detrás de cada una hay familias y empleados cuya supervivencia depende de la sostenibilidad de estas unidades económicas. Muchos de estos microempresarios se han visto obligados a emprender debido a la falta de oportunidades en el empleo formal.

    A pesar de los enormes retos, muchos empresarios siguen luchando con perseverancia y esperanza por prosperar en un ambiente difícil. Marina, como tantos otros, continúa trabajando con el objetivo de dejar un legado duradero y seguro para su familia. Sus palabras reflejan su compromiso con su negocio y su deseo de asegurar un mejor futuro para su hija y su nieta, con la esperanza de que su trabajo del día brinde estabilidad en el mañana. 

    Sus palabras reflejan su compromiso con su negocio y su deseo de asegurar un mejor futuro para su hija y su nieta, con la esperanza de que su trabajo del día brinde estabilidad en el mañana. 

    Es por eso que se vuelve esencial implementar políticas que, además de capacitar a los empresarios en la gestión financiera, también les brinden apoyo para enfrentar con éxito los desafíos de un panorama competitivo cada vez más complejo. Hablamos de negocios y empresas familiares que buscan salir adelante, sosteniendo no sólo sus propios sueños, sino también la esperanza de un futuro próspero, tanto económico como social, para todos 

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