Paul Steiner (a la izquierda), presidente de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de El Salvador y beneficiario.
CONAMYPE celebra el crecimiento de más de 37,600 MYPEs en cinco años
En un esfuerzo por fortalecer al segmento de micro y pequeñas empresas (MYPES) en El Salvador, la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) y el Fondo Especial de los Recursos provenientes de la Privatización de ANTEL (FANTEL) han destinado más de $77,000 en fondos no reembolsables destinados a dinamizar al sector turístico.
Este segmento, considerado uno de los de mayor potencial de crecimiento económico inclusivo en el país, ha sido el foco de esta iniciativa que se enmarca en la convicción de que el desarrollo económico debe construirse desde lo local, apoyando a los emprendedores y pequeños negocios que son el motor de la economía salvadoreña.
La entrega de estos fondos no reembolsables representa un importante impulso para los pequeños empresarios y emprendedores que buscan consolidar sus negocios y aprovechar las oportunidades que ofrece el auge del turismo en el país.
Como lo expresó Mariana Gómez, directora ejecutiva de CONAMYPE, el objetivo de esta iniciativa es “dotar a las MYPE del sector turístico de los recursos necesarios para que puedan dinamizar sus cadenas de valor y así contribuir al crecimiento sostenible de esta industria clave».
Más allá de la cifra, el evento fue una oportunidad para realizar un balance de los esfuerzos realizados desde 2020 encaminados a fortalecer a las micro y pequeñas empresas del país. En estos cinco años, más de 37,600 MYPE han recibido apoyo en distintos niveles, más de $2 millones han sido entregados en capital semilla, se han brindado más de 17 mil asistencias técnicas, y unos mil negocios han incrementado sus ventas en al menos un 10%.
Durante su intervención, Paul Steiner, presidente de CONAMYPE, remarcó el enfoque del trabajo institucional:
Un aporte que reafirma hacia dónde debe ir el esfuerzo
Una de las participaciones destacadas del evento fue la de Luis Castillo, director del Observatorio MYPE, quien compartió un análisis sobre los desafíos persistentes del sector. En su intervención señaló: “Cuando acompañamos a una MYPE, no solo fortalecemos un negocio: estamos ampliando las oportunidades de una familia, de una comunidad, de todo un territorio”. De acuerdo con Castillo esta situación es particularmente evidente en sectores que han mostrado un creciente dinamismo, como el turismo, donde las secuelas de la pandemia de COVID-19 todavía se hacen palpables entre quienes operan en zonas turísticas del país.
Esa brecha no es solo una percepción, sino una realidad respaldada por cifras. Datos del estudio “La otra cara de la economía 2024”, realizada porel Observatorio MYPE, muestran que solo el 12.9% de los empresarios turísticos han superado completamente los efectos de la pandemia, mientras que el 87% sigue enfrentando limitaciones como endeudamiento, reducción de ingresos y falta de acceso a mercados. En este escenario, los apoyos entregados son una herramienta clave para reconstruir capacidades productivas frente a los desafíos que aún prevalecen.
Para Castillo, sin embargo, “estos datos no deben leerse con desánimo. . Más bien, nos muestran que hay avances, pero también que hay camino por recorrer para lograr una recuperación plena y equitativa”.
Las iniciativas que recibieron el apoyo están enmarcadas en los proyectos “Desarrollo de la competitividad de las micro y pequeñas empresas para la generación de industrias a través del fortalecimiento y desarrollo de cadenas de valor” y “Promover y consolidar empresas del sector artesanal mejorando la oferta comercializable de productos con mayor valor agregado”. Ambos programas priorizan la creación de vínculos productivos sostenibles, con enfoque territorial y perspectiva de inclusión.
Más allá de una simple ceremonia institucional, el evento realizado el pasado 26 de mayo por CONAMYPE y FANTEL, envió un mensaje claro sobre la prioridad que representa el desarrollo de las MYPE en El Salvador.
Lejos de ser una tarea menor o marginal, el fortalecimiento del ecosistema MYPE se ha convertido en una apuesta estratégica para transformar la economía salvadoreña desde sus raíces. Y si bien aún existen brechas por cerrar, el camino recorrido muestra que con alianzas firmes, visión compartida y acompañamiento oportuno, es posible avanzar hacia un entorno más justo y productivo para quienes cada día emprenden, trabajan y resisten desde lo pequeño.
