Finanzas de bolsillo para MYPE: cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

Finanzas de bolsillo para MYPE: cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

«Cuando se habla de administrar financieramente un negocio, a muchos se les olvida que todo comienza con el desorden», menciona Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID de FUSAI, un programa que ha formado a más de 2,000 empresarios MYPE. Agrega: «Es común que muchos empresarios cuando van iniciando no lleven un control adecuado sobre los ingresos y salidas de dinero que tienen en sus negocios y no saben si al final del mes terminan ganando o perdiendo».

Esta realidad se evidencia en el Informe de Dinámica Empresarial del Observatorio MYPE, donde se revela que tres de cada diez empresarios identifican la gestión financiera como su mayor obstáculo. Esto equivale a más de 200,000 empresarios MYPE que no logran llevar un buen control de sus ingresos, gastos, inversiones y otros costos operativos.

Pensar en administración financiera puede parecer complejo, pero hay una pregunta clave que marca la diferencia: ¿entiendes tu flujo de caja?

¿Qué es el flujo de caja (y por qué importa tanto)?

El flujo de caja es, en palabras simples, la diferencia entre lo que entra y lo que sale de dinero en tu empresa. Las entradas son como ventas, cobros de clientes o préstamos; las salidas son como compras, pagos, sueldos, alquileres o cuotas.

Cuando el flujo de caja es positivo, puedes operar con tranquilidad. Cuando es negativo, entras en riesgo de no pagar a tiempo, endeudarte mal o incluso cerrar operaciones.

Conocer tu flujo de caja no requiere ser contador, pero sí es fundamental mantener un orden. Como comenta Roxana Girón, coordinadora de programas y coach empresarial de la Escuela LID: «Controlar tu flujo de caja no es llevar una contabilidad compleja. Es anotar, revisar y tomar decisiones simples pero estratégicas. Es saber con qué cuentas hoy y qué compromisos tienes mañana».

Cómo empezar a controlar tu flujo de caja (sin volverse loco)

Hay formas básicas de llevar tu flujo de caja, se puede llevar con papel y lápiz o con una hoja de Excel. Lo importante es empezar con lo que entiendes y puedes mantener actualizado.

Papel y lápiz: lo básico, pero efectivo

Una libreta dividida en dos columnas: entradas y salidas. Anota día a día cuánto vendiste y cuánto gastaste. Al final de la semana, haz la suma de cada lado y pregúntate: ¿Entró más de lo que salió? Bien. ¿Salió más? Hay que revisar.

Hoja de Excel: el paso siguiente

Puedes crear una tabla con fechas, categorías (ventas, compras, servicios, etc.) y totales semanales. Excel te permite ver tendencias: si hay semanas con gastos descontrolados o meses de baja venta. Un consejo útil para un mejor control es resaltar en rojo los días con flujo negativo. Visualizarlo te ayudará a actuar. "En los primeros pasos no es tan importante usar tecnología de punta", aclara Roxana Girón. "Lo importante es tener un hábito diario de registrar y revisar. Ese es el verdadero cambio".

Errores comunes al llevar el flujo de caja (y cómo evitarlos)

Llevar el control del flujo de caja puede parecer sencillo, pero al comenzar, muchas MYPE cometen errores que terminan distorsionando su verdadera situación financiera.

– Mezclar los gastos personales con los del negocio
Sacar dinero de la caja para pagar la comida en casa, cargar gasolina o cubrir un gasto de salud, sin anotarlo correctamente, puede generar un falso balance.

Roxana Girón lo resume así: «Aunque uses la misma cuenta bancaria, es importante saber qué dinero corresponde al negocio y qué es personal. Si no puedes separarlas en la vida, al menos sepáralas en el cuaderno. Esa claridad evita que tomes decisiones equivocadas».

– Olvidar los pequeños gastos del día a día
El agua embotellada para el local, el almuerzo del equipo, las fotocopias o incluso los viáticos pueden parecer montos menores, pero cuando no se registran, se convierten en fugas silenciosas. Con el tiempo, suman más de lo que parece.

– No tener una planificación para el futuro
Muchos empresarios registran únicamente lo que ya sucedió, pero no anotan compromisos por venir como cuotas de préstamos, pagos de sueldos o compras programadas. Sin esa previsión, es fácil caer en baches de liquidez o sobregirar el presupuesto del mes.

Roxana recomienda: «No se trata solo de anotar lo que pasó, sino de planificar lo que viene. Un buen flujo de caja se construye sumando los detalles diarios y anticipando los pagos grandes. Eso te da el control real».

– Revisar solo «cuando hay tiempo»
Finalmente, uno de los errores más críticos es revisar el flujo de caja solo «cuando hay tiempo». La revisión debe convertirse en hábito diario o, al menos, semanal. Roxana comenta: 

"El flujo de caja no se improvisa, se anticipa". Agregando: "El desorden financiero no se nota… hasta que ya es demasiado tarde". Por eso, llevar bien el flujo de caja no solo evita errores, también construye confianza y visión para el futuro".
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Un paso a la vez, pero con control y consistencia

Llevar bien el flujo de caja no solo ayuda a sobrevivir. También te da la base para tomar decisiones: ¿Puedo contratar a alguien más? ¿Puedo invertir en una nueva herramienta? ¿Estoy vendiendo, pero gastando demasiado? Tener un control sobre esto es un paso crucial que permitirá tener una administración financiera sólida.

Es también un requisito si algún día quieres acceder a un crédito formal. Como lo explica el Informe del Observatorio MYPE, muchos empresarios quedan fuera de la banca no porque su negocio sea malo, sino porque no pueden demostrar su flujo de dinero.

No necesitas ser contador ni tener una app sofisticada para entender tus finanzas. Solo necesitas tomar el control con lo que tienes hoy, ser constante y usar esa información para decidir mejor.

Como lo resume Roxana Girón: «Una empresa que conoce su flujo de caja, es una empresa que puede resistir, crecer y soñar. Lo importante no es tener grandes ingresos, sino saber cómo se mueven y a dónde van».

María demostró que la economía circular no es solo para grandes empresas

María Esther Saldaña.

María demostró que la economía circular no es solo para grandes empresas

“Aquí nada se desperdicia”, dice María Esther Saldaña, mientras prepara el alimento para sus cerdos. Lo dice con orgullo y la certeza de quien ha aprendido que emprender no es solo producir: es cuidar, transformar y sembrar futuro en la tierra que la vio nacer.

María Esther vive en el cantón Loma Larga, en el distrito de Tacuba. A sus 59 años, lidera una microempresa que se ha convertido en un ecosistema de sostenibilidad, colaboración y resiliencia. Se dedica a la ganadería, con una crianza de 12 cerdos aproximadamente, cultiva hortalizas, produce café bajo su propia marca y sueña, junto a otras mujeres, con lanzar una segunda marca colectiva. Para María Esther, emprender no es solo una fuente de ingresos: es un compromiso con su entorno, con otras mujeres y con el futuro.

Emprender con propósito: una visión integral

Cada paso que ha dado María Esther ha sido consciente. Desde asistir a capacitaciones para fortalecer su gestión empresarial o para operar un biodigestor, todas sus decisiones reflejan un firme compromiso con la sostenibilidad y el bienestar colectivo. 

El biodigestor, un sistema que transforma desechos orgánicos, como heces o residuos vegetales en energía limpia, es una herramienta valiosa para promover la sostenibilidad y mejorar la calidad de vida en diversas comunidades.

“Ya tenía la materia prima, solo me faltaba la tecnología”
María Esther
Microempresaria

María Esther lo ve como una oportunidad para reducir la contaminación del suelo y como una forma de disminuir costos, pues disminuye el uso de gas propano. 

Ella accedió a un crédito a través del Programa Solidario Comunitario (PSC) de FUSAI, recibió acompañamiento técnico y validó una convicción personal: las soluciones sostenibles también pueden ser accesibles para las mujeres que viven en zonas rurales.

El corazón económico del país late en lo pequeño

Historias como la de María Esther dan rostro a una realidad muchas veces ignorada: las microempresas representan más el 99% del tejido económico nacional. En este universo, las mujeres lideran aproximadamente el 60% de empresas en el sector aunque en su mayoría se concentran los sectores económicos menos rentables, según datos del Observatorio MYPE.

Sin embargo, el crecimiento de estas empresas no depende únicamente del esfuerzo individual. Depende también de un entorno que elimine barreras estructurales y potencie su capacidad transformadora.

En El Salvador, solo un pequeño porcentaje de las microempresas lideradas por mujeres logra alcanzar niveles de acumulación ampliada (8.8%) o expansión (3.1%) que se caracterizan por generar mayores ingresos, empleos y mejores condiciones de vida. La mayoría, más del 88%, se mantiene en condiciones de subsistencia o acumulación simple, con ingresos mínimos, escasa capacidad de inversión y empleos de baja calidad.

Liderazgo femenino que transforma

A pesar de estos desafíos, María Esther ha construido mucho más que un negocio. Es una referencia en su comunidad y una promotora de redes entre mujeres. Cree en el poder de la colaboración y está aliándose con otras emprendedoras para lanzar una nueva marca de café que represente no solo su producto, sino sus valores.

Esta apuesta es significativa, especialmente cuando se considera que las mujeres propietarias suelen concentrarse en sectores como el comercio y los servicios, tradicionalmente menos rentables. Y, sin embargo, las microempresas femeninas en los estratos más avanzados logran cerrar las brechas salariales, e incluso, en algunos casos, ofrecen mejores condiciones laborales que las lideradas por hombres.

¿Qué puede marcar la diferencia en el crecimiento de una microempresa? El acceso a crédito, la capacitación adecuada, el acompañamiento empresarial y el tiempo.

Los retos invisibles que enfrentan las mujeres empresarias

El caso de María Esther también refleja los múltiples roles que asumen muchas microempresarias: proveedoras de ingresos, responsables del negocio, cuidadoras principales del hogar. El 35% de las mujeres en microempresas de expansión o acumulación ampliada asumen solas el trabajo doméstico y de cuidado, lo que reduce su tiempo disponible para crecer profesionalmente y cuidar de sí mismas.

Además, una parte importante de estas empresarias enfrenta dificultades estructurales para renovar créditos, ya sea por falta de historial crediticio, deudas previas o informalidad. Aunque muchas de ellas acceden a internet, un tercio aún no utiliza herramientas digitales para comercializar, y muchas carecen de cultura de ahorro o servicios financieros activos.

Estas realidades requieren una respuesta integral. Las políticas públicas y programas de apoyo alcanzan su mayor impacto cuando se enfocan en eliminar los obstáculos reales que enfrentan las mujeres con mayor potencial de crecimiento: educación financiera, tiempo propio, acceso a mercados, tecnología y redes de apoyo.

La revolución silenciosa. Cómo las MYPES salvadoreñas están descubriendo el poder de las redes sociales

La revolución silenciosa. Cómo las MYPES salvadoreñas están descubriendo el poder de las redes sociales

El despertar digital de los pequeños empresarios

Todos los días, María Esther Saldaña se despierta antes del amanecer en Tacuba, Ahuachapán. Mientras prepara los tamales que venderá ese día, toma su teléfono y publica una fotografía en sus historias de WhatsApp. Minutos más tarde, los pedidos comienzan a llegar. Lo que hace cinco años era impensable para esta criadora de cerdos y comerciante de productos cárnicos, hoy se ha convertido en  una importante herramienta de ventas.

«Cada vez que voy a tener venta de tamales, chicharrones o cualquier otro producto lo difundo en las historias, y la gente me escribe para hacer sus pedidos», cuenta María Esther, quien sin saberlo forma parte de una revolución silenciosa que está transformando el rostro empresarial de las micro y pequeñas empresas (MYPES) en El Salvador.

La realidad detrás de los números

Según datos del Observatorio MYPE 2023, el panorama digital de las pequeñas empresas salvadoreñas revela un proceso de adaptación constante a las nuevas herramientas tecnológicas: mientras el 40.8% utiliza WhatsApp como canal principal de comercialización, solo el 15.7% aprovecha Facebook, y apenas el 1.1% usa Instagram. Más revelador aún es que únicamente el 1.9% cuenta con página web propia.

Estos porcentajes no reflejan resistencia al cambio, sino una adaptación pragmática a las herramientas más accesibles. El 76.4% de las MYPES accede a internet principalmente a través del teléfono móvil, lo que explica por qué WhatsApp se ha convertido en el canal predilecto: es inmediato, directo y funciona perfectamente en los dispositivos que ya poseen.

Whatsapp canal principal de comercialización de las MYPES
40.8%

Más allá de la venta: construyendo relaciones

Para Gilberto Amador, experto en redes sociales con más de ocho años trabajando con marcas nacionales e internacionales, el potencial de las plataformas digitales va mucho más allá de las transacciones comerciales. «Las redes sociales no solo son para vender, sino para crear relaciones», enfatiza, señalando un cambio de paradigma que muchas MYPES aún no han descubierto.

Esta perspectiva cobra relevancia cuando se considera que el 40.4% de las MYPES todavía no utiliza ninguna plataforma digital para comercializar sus productos. «Una imagen sólida transmite confianza, y la confianza genera ventas», asegura Amador, quien ve en esta brecha una oportunidad extraordinaria para que los pequeños empresarios transformen no solo sus ventas, sino la percepción que los clientes tienen de sus negocios.

El factor emocional: la clave olvidada

María Catalina Canales conoce bien el poder de las emociones en los negocios. Esta empresaria, dedicada a la deshidratación de frutas que distribuye en ferias gastronómicas y exporta al extranjero, ha visto cómo sus clientes no solo compran productos, sino que muestran un interés en conocer el origen, la producción y el proceso de elaboración de estos alimentos..

«Quiero hacer mi página web, quiero hacer fotos, quiero hacer videos, pero necesito a alguien que me explique cómo hacerlo», reconoce Canales, articulando una necesidad que comparten miles de emprendedores salvadoreños: el deseo de profesionalizar su imagen digital sin perder la esencia humana que caracteriza a los negocios familiares.

Cinco estrategias para la transformación digital

Basándose en su experiencia trabajando con empresas de diferentes tamaños, Amador propone cinco estrategias específicas para que las MYPES construyan una presencia digital auténtica y efectiva.

Humanizar la marca a través de historias reales

Las MYPES tienen una ventaja competitiva que las grandes corporaciones envidian: autenticidad. Mostrar el rostro humano del negocio, desde los clientes satisfechos hasta la historia personal de los empresarios, crea conexiones emocionales que ningún presupuesto publicitario puede comprar.

Diseñar con propósito, no solo con estética

La consistencia visual no requiere grandes inversiones. Usar plantillas, colores y estilos que reflejen la esencia de la marca contribuye a crear una identidad reconocible. Herramientas gratuitas como Canva pueden marcar la diferencia entre parecer amateur o profesional.

Publicar con intención estratégica

Cada publicación debe comunicar algo significativo o responder a una necesidad específica de la audiencia. No se trata de publicar por publicar, sino de pensar qué mensaje se quiere transmitir con cada contenido.

Convertir cada interacción en una oportunidad

Cada comentario o mensaje privado es una oportunidad para fortalecer el vínculo con los clientes. La calidez en las respuestas puede ser el factor diferenciador que convierta a un cliente ocasional en un embajador de la marca.

Aprovechar la inteligencia artificial como aliada

Herramientas como ChatGPT pueden ayudar a generar ideas, escribir textos atractivos y optimizar el tiempo dedicado a la creación de contenido. Para empresarios con recursos limitados, la IA democratiza el acceso a herramientas de marketing que antes eran exclusivas de grandes empresas.

Los errores que pueden costar caro

La experiencia de Amador trabajando con diferentes tipos de empresas le ha permitido identificar patrones de errores comunes que las MYPES deben evitar. El principal: enfocarse únicamente en vender.

"Cuando una empresa solo habla de sus productos y precios, pierde la oportunidad de conectar emocionalmente con su audiencia"
Amador
Experto en RRSS

Otros errores frecuentes incluyen publicar sin estrategia definida, ignorar los comentarios de los usuarios, y no aprovechar herramientas gratuitas que podrían facilitar significativamente la gestión de redes sociales.

El futuro está en las manos de los emprendedores

La transformación digital de las MYPES salvadoreñas no es solo una cuestión tecnológica; es una evolución cultural que requiere cambiar la mentalidad sobre cómo se hacen negocios en el siglo XXI. Las herramientas están disponibles, muchas de ellas gratuitas o de bajo costo. Lo que falta es la capacitación y el acompañamiento para que emprendedores como María Esther y María Catalina puedan explotar todo el potencial de estas plataformas.

La historia de estas dos mujeres demuestra que la digitalización de las MYPES no es solo posible, sino inevitable. La pregunta no es si las pequeñas empresas salvadoreñas adoptarán las redes sociales, si no cuan rápido podrán hacerlo para no quedarse atrás en un mercado cada vez más competitivo.

Las redes sociales han demostrado ser más que un canal de venta: son el puente que conecta la tradición empresarial salvadoreña con las oportunidades del mundo digital. Para las MYPES que sepan aprovechar esta herramienta, el futuro promete ser no solo más rentable, sino también más humano y conectado con sus comunidades.

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

Segunda parte

En los últimos años, el Gobierno de El Salvador ha implementado importantes iniciativas dirigidas a facilitar la formalización empresarial y promover la integración comercial de las MYPES. La aprobación de las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), vigente desde febrero de 2024, permite que una sola persona constituya formalmente un negocio con un capital social mínimo de $1, eliminando una barrera histórica para muchos microempresarios.

Además, la reforma al artículo 20 de la Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, vigente desde noviembre de 2023, permite abrir cuentas bancarias con solo presentar el DUI, sin monto mínimo. Esto ha sido clave para reducir la brecha de bancarización que afecta al sector.

Plataformas digitales como «Crea Empresa» y Simple.sv han simplificado trámites gubernamentales, integrando servicios de Múltiples instituciones en un solo portal. Por otro lado, el sistema Transfer365, lanzado por el Banco Central de Reserva en 2022, permite realizar transferencias interbancarias utilizando únicamente el número de celular, democratizando el acceso a servicios financieros básicos.

CONAMYPE también ha desarrollado programas específicos, como el Programa de Garantía para la Micro y Pequeña Empresa y el Fondo para el Emprendimiento y Capital de Trabajo, destinando $15 millones en total para apoyar al sector.

Sin embargo, según la última encuesta nacional de CONAMYPE (2017):

MYPES sin registro de IVA
74.78%
MYPES operando como personas naturales
93.7%

Esto indica que, aunque hay avances, aún queda mucho camino por recorrer para que estos instrumentos lleguen efectivamente a quienes más los necesitan.

La experiencia regional muestra caminos posibles. En Costa Rica, el sector de carne bovina ha sido un caso exitoso tras el TLC con China. El protocolo sanitario para ese producto se aprobó en octubre de 2012 y ya en 2015 se registró exportaciones por $10 millones. Para 2020, esa cifra ascendió a $59,7 millones, mostrando un crecimiento del 497% en cinco años. Este ejemplo demuestra que los tratados de libre comercio bien negociados pueden ser impulsores del desarrollo económico, siempre que vayan acompañados de políticas públicas que fortalezcan a los sectores más vulnerables.

En el Perú, la empresa FERVAL SAC inició sus actividades en 2011 ofreciendo productos orgánicos como harina de maca, quinua y cacao. En abril de 2018 comenzó a trabajar junto con Myperuglobal y su aliado estratégico en el país de destino, iniciando un proceso de preparación e internacionalización para la exportación de sus productos al mercado norteamericano. Este caso ilustra cómo el acompañamiento técnico y el acceso a redes comerciales internacionales pueden transformar una pequeña empresa local en un actor global.

Un comercio exterior incluido

Los modelos empresariales de franquicia están cobrando fuerza poco a poco en El Salvador. Desde 2019, al menos 37 franquicias han consolidado este mecanismo de negocio, según la Corporación de Exportadores de El Salvador (COEXPORT). Al menos dos de estas compañías han llevado sus franquicias fuera del país, en rubros como café y alimentos. Esto abre una nueva puerta para que las MYPES puedan escalar sus operaciones sin necesidad de invertir grandes capitales.

Los tratados de libre comercio bien negociados pueden ampliar oportunidades y robustecer la competitividad, pero no son multas en sí mismos. La política comercial de El Salvador exige tanto la firma de acuerdos como la creación de un entorno favorable que fomente la participación y el beneficio genuino de las empresas. Es crucial establecer condiciones efectivas y accesibles para garantizar que el tejido empresarial, sobre todas las Mypes, pueda sacar el máximo partido a las oportunidades que brinda el comercio internacional.

La apertura de mercados debe buscar la inclusión y el beneficio de quienes forman el núcleo productivo nacional. Como señala el Observatorio MYPE de FUSAI, un modelo de liberalización comercial sin inclusión corre el riesgo de debilitar la capacidad productiva de las micro y pequeñas empresas.

Rutas hacia la integración productiva

La historia de Emma Martínez, quien pasó de vender dulces en paradas de autobuses a consolidar ChocoExpress, podría replicarse miles de veces si existieran puentes más efectivos entre el talento microempresarial y las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales.

Los avances institucionales recientes —desde las SAS hasta las plataformas digitales de formalización— representan herramientas que podrían facilitar este proceso, aunque su implementación efectiva requiere mayor difusión y adaptación a las realidades del microempresario.

La pregunta no es si el país debe abrirse a China u otros mercados, sino cómo hacerlo incluyendo al 99% del empresariado que, hasta ahora, ha permanecido al margen de los beneficios del comercio. La respuesta se encuentra en las voces, experiencias y propuestas de los propios microempresarios, quienes han demostrado repetidamente su capacidad de transformación cuando encuentran las condiciones adecuadas para prosperar.

Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera.

Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Una empresa puede crecer en tamaño pero carecer de propósito. Crecer en ingresos, pero estancarse en el sentido. Tener clientes, pero no comunidad. “El liderazgo no es brillar, es iluminar”, dice Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera, dirigido a gerentes y ejecutivos. 

Su frase rompe la idea dominante de que el éxito empresarial se mide solo en logros personales. Esa lógica de brillar por uno mismo, que ha sido promovida durante décadas, sigue presente en El Salvador y en países con grandes economías. En nuestro país —donde el 99 % del parque empresarial lo forman MYPE y casi la mitad son de subsistencia—, cada decisión cuenta. Los recursos son escasos. Es comprensible que muchos empresarios se enfoquen en el “yo”. ¿Pero qué pasaría si ese “yo” comenzara a pensar en el “nosotros”?

La ambición tradicional: más ventas, menos sentido

La frase de Santiago Martínez no solo cuestiona una idea instalada, también abre la puerta a otra manera de entender el liderazgo. ¿Y si la ambición no fuera solo escalar o vender más? ¿Y si también pudiera significar elevar a otros, hacer crecer al equipo y mejorar su entorno? En el universo MYPE, donde las presiones son intensas y el éxito suele vivirse en solitario, esta visión puede sonar disruptiva. 

Para muchos empresarios de micro y pequeñas empresas, el éxito significa vender más y crecer rápido. Y no es difícil entender por qué.  La mayoría enfrenta una batalla diaria contra la falta de recursos, la incertidumbre del mercado y la presión de sostener su negocio y su familia. En ese entorno, la lógica de “salvarme yo primero” parece inevitable.

Esta lógica, sin embargo, cuando se vuelve permanente, puede encerrar al empresario en una rutina agotadora: perseguir metas sin preguntarse para qué, o a costa de quién. Es ahí donde la ambición enfocada solo en resultados personales tiende a dejar fuera lo más valioso: el equipo humano, la confianza del entorno, la posibilidad de construir algo que perdure.

“La ambición se vuelve la búsqueda de la gloria por la gloria misma, el beneficio individual está por encima de todo”. Así, el negocio puede crecer en cifras, pero quedarse vacío de propósito, advierte Santiago Martínez.

Liderar con propósito: cuando el éxito es colectivo

Frente a la ambición centrada en el logro personal, Martínez propone una forma distinta de liderar: poner el talento y los recursos al servicio de otros. No se trata de dejar de crecer, sino de redefinir para qué se crece. Esta visión propone una ambición más profunda y transformadora: buscar grandes metas no solo por su rentabilidad, sino por el impacto que pueden tener en la vida de otros. En las MYPE, donde los equipos son pequeños, liderar con propósito puede contribuir a generar más compromiso, más sentido de pertenencia y mejores resultados a largo plazo.

Martínez lo resume con claridad: “la magnanimidad es la búsqueda de grandes cosas por la grandeza que tienen, por el servicio que puedo ofrecer a otras personas a través de esas grandes cosas”. Bajo esta lógica, el éxito no se mide solo en números, sino en cuánto bien se puede generar desde el rol empresarial.

Liderar con propósito no es solo una apuesta ética; también tiene un efecto práctico.  Cuando un empresario cambia el “yo” por el “nosotros”, el impacto se nota en la forma en que las personas trabajan, se relacionan y rinden. Una empresa donde se sirve y se escucha no solo es más humana, también es más fuerte.

Martínez lo explica así: “las virtudes no solo cambian nuestro comportamiento, sino también nuestra forma de pensar […] y por eso quieres elevar al otro hacia su excelencia personal”. Este liderazgo basado en virtudes genera equipos más comprometidos, ambientes de mayor confianza y empresas más resilientes.

Esta experiencia se refleja también en los datos. Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID —una escuela que ha graduado a más de 2,000 empresarios con una metodología orientada al liderazgo con propósito—, coincide:

“cuando un empresario comienza a mirar más allá de sus propias metas y empieza a trabajar en su interior, el cambio se nota en toda la empresa. Las personas se involucran más, y el ambiente mejora porque hay un propósito común”.
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Según el Observatorio MYPE de la Escuela LID de FUSAI, el 27.9 % de los empresarios salvadoreños encuentra en el trabajo y la estabilidad económica una de sus principales fuentes de felicidad. Además, un 13.6 % considera que una mayor empatía con su entorno haría su vida más satisfactoria. Esto revela algo clave: el bienestar empresarial no se construye solo con ingresos, sino también con relaciones sanas y sentido compartido.

Cuando se lidera para servir, los colaboradores se sienten parte de algo más grande, los clientes lo perciben y la empresa gana no solo en resultados, sino en reputación y sostenibilidad. Como afirma Martínez: “El servicio no es una estrategia. El servicio es un llamado”.

Los efectos positivos del liderazgo con propósito abren una nueva posibilidad para las MYPE. En estos negocios, donde el camino nunca es fácil y cada logro se conquista con esfuerzo, es natural querer asegurar primero lo propio. Pero como lo demuestra la experiencia de quienes lideran con sentido, también es posible crecer haciendo crecer a los demás.

“No eres solo un gerente, eres un líder que quiere lo mejor de todos en la empresa que lideras”, dice Martínez. Y esa convicción es la que transforma un negocio común en una comunidad con propósito. Servir no significa renunciar al éxito, sino redefinirlo.

Así que, si hoy diriges una MYPE, detente un momento y pregúntate: ¿estoy liderando para ganar solo yo, o para que ganemos todos? La respuesta puede ser el inicio de una nueva forma de crecer: más humana, más sostenible, más verdadera.

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

Primera parte

En un momento en que El Salvador se encuentra negociando la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, surge una realidad ineludible: el país necesita exportar. Sin embargo, detrás de esta necesidad económica subyace un desafío estructural y social profundo: el 76% de las micro y pequeñas empresas (MYPES) ​​del país operan bajo la informalidad, según revela el informe El Estado de la MYPE 2024 del Observatorio MYPE de FUSAI.

Esta cifra no solo es un número estadístico; representa a cientos de millas de salvadoreños cuyo talento empresarial permanece sin explotar para aprovechar las oportunidades del comercio global. La historia de Emma Martínez, quien comenzó a vender dulces en paradas de autobuses y hoy lidera ChocoExpress, refleja la trayectoria de millas de emprendedoras salvadoreñas. Su éxito, documentado por el Observatorio MYPE, es el testimonio de cómo el talento y la dedicación pueden dar lugar a empresas exitosas, siempre y cuando existen las condiciones adecuadas.

Pero ¿qué sucede con los demás? ¿Cómo pueden estas MYPES integrarse al mercado internacional si más del 99% del tejido empresarial nacional enfrenta barreras insalvables para aprovechar las nuevas oportunidades comerciales?

La paradoja de una economía fragmentada

Aunque el libre comercio suele presentarse como sinónimo de modernización y crecimiento, en economías donde predominan unidades productivas informales y desarticuladas, la apertura comercial puede convertirse en una paradoja. Se expanden los flujos comerciales, pero los beneficios no llegan a quienes realmente mueven la economía cotidiana.

Costa Rica ofrece una lección valiosa. Tras firmar su TLC con China en 2011, los sectores tradicionales fueron desplazados por importaciones de bajo costo. La falta de una estrategia de adaptación resultó en cierres de negocios y pérdida de empleos. Por otro lado, países como Chile y Ecuador han demostrado que es posible negociar acuerdos más inclusivos, incorporando cláusulas de cooperación técnica o priorizando sectores donde ya existían ventajas competitivas.

Esta cifra no debe leerse como un fracaso, sino como una señal del potencial inexplorado que existe en el país.

Formación y acceso al conocimiento

Otra dimensión del problema es educativa. Según el Observatorio MYPE de FUSAI, seis de cada diez empresarios MYPE solo cursaron hasta noveno grado o menos. Pero esto no significa falta de inteligencia o capacidad, sino la necesidad de estrategias de formación adaptadas a sus realidades específicas.

Claudia Vázquez, alumna de la Escuela LID de FUSAI, logró transformar su negocio gracias al acceso a conocimientos técnicos y herramientas prácticas. Su experiencia demuestra que incluso una empresa artesanal puede encontrar oportunidades en mercados más amplios si se le brinda acompañamiento adecuado.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, también encontró una forma innovadora de proteger su cultivo de café mediante trampas fabricadas con botellas plásticas y alcohol. A partir de las capacitaciones recibidas, no solo mejoró su cosecha, sino que pudo acceder a compradores directos. Este tipo de iniciativas ilustra cómo el conocimiento aplicado puede transformar realidades.

Integración estratégica, sin aislamiento

La solución no radica en proteger a las MYPES mediante el aislamiento, sino en integrarlas estratégicamente al ecosistema productivo nacional. Para ello, se requieren herramientas concretas: plataformas digitales simplificadas para comercialización, programas de formación técnica vinculados a cadenas productivas dinámicas, financiamiento orientado a mejorar procesos básicos de calidad, y esquemas de asociatividad que permitan sumar volúmenes.

Un ejemplo exitoso es el de la cooperativa ACOPAJ, que en 2020 alcanzó ventas por más de $450,000 en exportaciones, duplicando lo obtenido en 2019. Esto demuestra que, cuando se establecen las condiciones adecuadas, las MYPES pueden competir en mercados internacionales.

Historias de transformación posible

Las cooperativas de mujeres productoras de café en las montañas de Ahuachapán han encontrado formas innovadoras de asociarse para alcanzar volúmenes exportables, según documenta el Instituto Salvadoreño del Café. Estas iniciativas no solo generan ingresos, sino también empoderamiento femenino y sostenibilidad ambiental.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, señala las trampas que ha instalado en su finca de café y sonríe mientras explica que esos artefactos, hechos con botellas de plástico y alcohol, atrapan plagas de manera efectiva. Desde que recibió la capacitación en 2019, no solo mejoró su cosecha, sino que logró vender directamente a compradores internacionales.

Estas historias demuestran que el talento existe, la voluntad está presente. Como veremos en la segunda parte de este artículo, el Estado tiene un papel central para que ese potencial pueda florecer plenamente.

(Continúa la próxima semana)

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Paul Steiner, presidente de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de El Salvador. Foto: CONAMYPE

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Resultados prometedores, con importantes desafíos por delante

La Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) presentó un informe detallado sobre el uso de los fondos provenientes de FANTEL. Los datos son reveladores: en los pasados cinco años más de 37,000 micro y pequeñas empresas (MYPE) se han beneficiado de este esfuerzo institucional. Las iniciativas se han enfocado en tres áreas clave: formalización empresarial, acceso a financiamiento y fortalecimiento de la competitividad.

El impacto financiero directo ha sido significativo. Durante el quinquenio, la institución canalizó cerca de 1.5 millones de dólares en concepto de capital semilla, fortaleciendo directamente la capacidad productiva de aproximadamente 840 empresas. Paralelamente, destinó 77,000 dólares en fondos no reembolsables destinados a emprendimientos turísticos, un reconocimiento a la relevancia estratégica y al dinamismo que ha experimentado este sector en los últimos años.

Estos logros adquieren una dimensión especial cuando se analiza la función económica y social que desempeñan las MYPE en el tejido productivo nacional. Con más de dos millones de salvadoreños que encuentran en estas empresas su principal fuente de sustento, este sector representa un pilar para el desarrollo nacional.

Resultados e impactos

Las acciones ejecutadas por CONAMYPE con fondos FANTEL demuestran que la entidad tiene un enfoque preciso hacia las problemáticas más críticas que aquejan al sector MYPE, con especial atención en la superación de la informalidad empresarial. En el periodo mencionado, la institución implementó más de 17,000 procesos de asistencia técnica y formalización, proporcionando respuestas puntuales y necesarias frente a uno de los obstáculos más persistentes del sector. Recientes datos del Observatorio MYPE revelan que el 76% de estas empresas continúa operando bajo condiciones informales, evidenciando la magnitud del desafío estructural.

Procesos de asistencia técnica por CONAMYPE

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La informalidad empresarial genera un círculo vicioso que limita drásticamente las posibilidades de acceso a servicios financieros formales, programas gubernamentales especializados y mercados más amplios y competitivos, perpetuando así la vulnerabilidad económica y laboral de miles de emprendedores. 

En este contexto desafiante, el capital semilla proporcionado por CONAMYPE representa una ventana de oportunidad invaluable para aquellos emprendedores tradicionalmente excluidos de los servicios financieros convencionales. Durante el período analizado, la asignación focalizada de 1.5 millones de dólares en capital semilla logró apoyar 840 MYPE, con resultados reportados como significativos.

Por otra parte, el apoyo financiero dirigido específicamente al sector turístico ha llegado en un momento oportuno, considerando la importancia económica creciente que ha adquirido esta actividad. Aunque este sector ha demostrado un dinamismo excepcional en tiempos recientes, numerosas MYPE aún no logran capitalizar plenamente las oportunidades emergentes. Según datos del Observatorio MYPE, el 87% de las empresas ubicadas en zonas con potencial turístico continúan enfrentando secuelas económicas importantes, manifestadas principalmente en endeudamiento persistente y dificultades significativas para acceder a mercados estables y rentables.

Logros de CONAMYPE con fondos FANTEL en este quinquenio

Las MYPES establecidas en zonas turísticas consideran fundamental complementar el apoyo financiero actual con otras iniciativas estatales adicionales de carácter integral. Entre estas destacan la organización y promoción sistemática de eventos turísticos, identificada como prioridad por el 60.9% de los empresarios consultados, así como las inversiones en infraestructura turística, reconocidas como fundamentales por el 46.1% de los encuestados. 

Como lo ha advertido el Observatorio MYPE, para explotar plenamente el potencial económico transformador de las micro y pequeñas empresas, se requiere de un apoyo integral, coordinado y sostenido en el tiempo.

Un objetivo que demanda mayores recursos

Si bien las cifras de empresas beneficiadas por los programas de FANTEL resultan genuinamente alentadoras en términos absolutos, la realidad es que continúan siendo limitado cuando se analizan en términos relativos y proporcionales. Las más de 37,000 empresas alcanzadas hasta este momento representan apenas el 5% del universo total nacional del sector MYPE, lo que evidencia que la cobertura actual aún se encuentra lejos de satisfacer las necesidades del de este sector. De manera similar, las asistencias técnicas, aunque oportunas y valiosas, alcanzan solamente al 2% de las empresas que operan en condiciones informales, revelando la magnitud del reto que se tiene por delante.

En síntesis, los avances obtenidos a través del aprovechamiento estratégico de los recursos FANTEL por parte de CONAMYPE durante estos cinco años de gestión son claros y positivos, reflejando fielmente el compromiso institucional con el fortalecimiento integral del sector MYPE. 

Durante este período, según cifras publicadas, CONAMYPE operó con aproximadamente 80 millones de dólares, que incluye alrededor de 35.51 millones provenientes de fuentes adicionales diversificadas. Las cifras son significativas, pero existe un amplio consenso técnico y político sobre la necesidad de asignar recursos sustanciales a un sector tan diverso e importante para la generación masiva de empleos en el país.

Participantes del evento

Mercados en transformación: una mirada desde las MYPES salvadoreñas

Mercados en transformación: una mirada desde las MYPES salvadoreñas

La nueva gestión de mercados: oportunidad para repensar el comercio local

La reciente propuesta del Ejecutivo a la Asamblea Legislativa para crear la Dirección Nacional de Mercados plantea una transformación profunda en la administración de los espacios públicos destinados al comercio. Esta iniciativa, que busca centralizar la gestión de los mercados municipales, tradicionalmente bajo control de las autoridades locales,  representa un cambio estructural significativo.

A partir del reconocimiento de que una política y estrategia de ordenamiento para los mercados es necesaria, a continuación se presenta un análisis preliminar que considera las perspectivas de quienes día a día sostienen sus negocios en estos espacios. Este análisis evalúa tanto las oportunidades como los desafíos que traería consigo esta transformación.

Mercados municipales: puerta de entrada para el emprendimiento

Los mercados municipales han funcionado históricamente como puntos de encuentro económico a pequeña escala, y para muchos emprendedores representan el primer paso hacia la generación de ingresos independientes. El sector MYPE, que concentra el 76% de su actividad en la economía informal, encuentra en estos espacios una oportunidad para operar sin las barreras que impone el mercado formal.

"Para la mayoría de microempresarios, los mercados son su única puerta de entrada al comercio. Son puntos de subsistencia y sostenibilidad económica para muchas familias".
Francisco Góchez
Especialista del Observatorio MYPE

La relevancia de esta observación pone en evidencia la necesidad de que cualquier reforma en la gestión de espacios comerciales públicos tome en cuenta las características particulares de este segmento empresarial. A diferencia de las empresas más grandes, las MYPE suelen funcionar como unidades familiares, con ingresos variables y limitados. Además, enfrentan importantes obstáculos para acceder a servicios financieros formales y a mecanismos de protección social.

Estas características tienen implicaciones directas en relación con los requisitos de registro sistemático y los pagos periódicos que implica un régimen formal de administración de mercados.. La naturaleza cíclica de muchos negocios -con temporadas altas y bajas claramente marcadas según el calendario comercial, agrícola o escolar- puede dificultar el cumplimiento de obligaciones financieras fijas que no contemplen estas fluctuaciones. Un sistema que exija pagos uniformes durante todo el año sin considerar estas variaciones, se volvería insostenible para muchos microempresarios durante los períodos de menor actividad comercial.

Asimismo, la estrecha vinculación entre economía familiar y empresarial hace que las emergencias domésticas (enfermedades, gastos educativos inesperados, reparaciones en vivienda, accidentes) impacten directamente en la capacidad de cumplimiento de obligaciones fijas de largo plazo. Cuando los ingresos del negocio apenas cubren las necesidades básicas del hogar, cualquier imprevisto familiar puede comprometer seriamente la viabilidad económica del emprendimiento y su capacidad para mantenerse al día con pagos regulares.

Por ello, un modelo efectivo de formalización de mercados debería contemplar mecanismos de flexibilidad como: sistemas de pago diferenciados según temporadas comerciales, fondos de contingencia para situaciones de emergencia, períodos de gracia ante dificultades justificadas, o esquemas escalonados de formalización que permitan una adaptación gradual a las nuevas responsabilidades. Estas consideraciones no constituyen privilegios injustificados, sino reconocimiento de realidades operativas que, si son ignoradas, podrían convertir una iniciativa de ordenamiento en un factor de exclusión económica.

El desafío tributario: entre la formalización y la capacidad económica real

Un componente central de la propuesta del órgano ejecutivo es su vinculación con el sistema tributario y de seguridad social. La Dirección Nacional de Mercados buscaría integrar a los comerciantes informales en registros oficiales, estableciendo sus derechos y sus responsabilidades fiscales.

El estudio «El Estado de la MYPE 2024» revela una realidad contundente: apenas el 17% de este sector declara IVA. La principal razón que mencionan los empresarios para no tributar es que sus ingresos no son suficientes para afrontar las cargas impositivas, lo que evidencia una brecha entre las aspiraciones normativas de formalización y la capacidad económica real del sector.

Declaración de IVA en el sector MYPE
17%

Este dato,sin embargo, no debe interpretarse como una resistencia al cumplimiento tributario. El mismo estudio señala que el 42.2% de los empresarios encuestados reconoce que quienes utilizan espacios comunes y servicios públicos deben contribuir fiscalmente, siempre que dicha contribución sea proporcional a su capacidad económica.

«Existe disposición a contribuir por parte de las MYPE, pero esa voluntad debe ser entendida desde su realidad: ingresos inestables, falta de protección social y escaso margen de maniobra», enfatiza Góchez.

El especialista complementa esta visión: «Las cargas tributarias deben diseñarse considerando no solo la capacidad de pago actual, sino también las características del comportamiento empresarial  futuro que estas medidas podrían generar o inhibir».

Más allá del tributo: ¿qué valoran las MYPE del sistema público?

Una reciente investigación del Observatorio MYPE, aunque no indaga específicamente sobre la disponibilidad de pago por obtener puestos en mercados nacionales, sí examinó las percepciones de los empresarios sobre los servicios que más valoran a cambio de posibles pagos impositivos. Este enfoque nos permite entender mejor las prioridades del sector en materia de beneficios estatales y posibles contraprestaciones.

Los estudios del Observatorio MYPE ofrecen una perspectiva reveladora sobre las prioridades del sector en materia de protección social a cambio de potenciales pagos impositivos o tasas:

Estos resultados muestran que las preocupaciones del sector trascienden lo puramente comercial y se conectan con la seguridad y estabilidad del entorno familiar.

Como señala Góchez, «el bienestar del entorno familiar es un factor determinante en la realidad de la MYPE. Muchas son unidades administradas entre familiares que no solo buscan ingresos, también miran a largo plazo por su retiro y velan por oportunidades para sus hijos. Las políticas públicas deben recoger esta aspiración».

En cuanto a la contribución económica, los estudios del Observatorio MYPE indican que el sector considera que un aporte promedio del 5.7% de sus ganancias mensuales sería un porcentaje justo para acceder a estos servicios. Este porcentaje varía según el tamaño de la empresa, según el siguiente desglose:

  • MYPE de subsistencia: 8.2%
  • MYPE de acumulación simple: 4.0%
  • MYPE de acumulación ampliada: 3.5%
  • MYPE en expansión: 3.4%

Paradójicamente, son las empresas más pequeñas las que muestran mayor disposición a contribuir con un porcentaje más alto de sus ganancias.

Hacia una formalización gradual, proporcional e incentivada

La creación de la Dirección Nacional de Mercados debe servir como una oportunidad para realizar una discusión más amplia sobre el modelo de formalización empresarial que El Salvador necesita. La evidencia muestra que las MYPE no se oponen por principio a contribuir al sistema; lo que demandan es que dicha contribución sea viable, se adecue a la naturaleza variable de sus ingresos, sea proporcional y esté acompañada de beneficios tangibles. No queda claro que el pago por un puesto en el mercado, al que antes accedían sin costos, sea una propuesta suficientemente atractiva.

En todo caso, cualquier reforma que busque integrar al sector al sistema tributario debe implementarse considerando:

  1. Incentivos adecuados que hagan atractiva la formalización
  2. Periodos de transición razonables que permitan la adaptación gradual
  3. Inversión significativa en asistencia técnica y acompañamiento
  4. Transparencia en la gestión de los recursos recaudados

La confianza institucional y la claridad en los beneficios serán factores determinantes para lograr una adhesión genuina del sector a la propuesta de modernización.

Conclusión: las MYPE como parte de la solución tributaria y el reordenamiento local

En última instancia, las micro y pequeñas empresas no deben ser vistas como obstáculos para el ordenamiento del comercio público, sino como aliadas fundamentales para lograr un desarrollo económico equitativo. Su capacidad de generación de empleo, su arraigo en las comunidades y su potencial de crecimiento las convierten en actores clave de cualquier estrategia de desarrollo económico local.

Escuchar la voz de estos emprendedores, entender las condiciones en las que operan y reconocer sus aportes son pasos esenciales para construir políticas públicas que respondan a su realidad económica. La modernización de los mercados representa una oportunidad valiosa para repensar la relación entre el Estado y las MYPE, siempre que se aborde desde una perspectiva integral y sensible a las realidades del sector.

DINAMICA II impulsa la innovación y el desarrollo sostenible de la MYPE en El Salvador

Representantes de las entidades participantes en la iniciativa

DINAMICA II impulsa la innovación y el desarrollo sostenible de la MYPE en El Salvador

El pasado 6 de mayo se llevó a cabo en San Salvador una jornada que brindó un impulso significativo a la innovación tecnológica, la transición digital y el desarrollo sostenible en El Salvador.

El evento, que reunió a más de 300 personas, incluyó emprendedores, líderes empresariales, autoridades gubernamentales y expertos. Marcó además el primer evento nacional del Programa Regional de Capital Semilla, una iniciativa que reafirma el compromiso de diversas entidades con el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) en Centroamérica.

Esta actividad no fue solo una entrega de fondos; se transformó en una vitrina de ideas, testimonios de resiliencia y de la visión transformadora de los emprendedores salvadoreños.. En total, 259 iniciativas —199 de emprendedores y 60 de MIPYMES— recibieron apoyo financiero no reembolsable, por un monto de 2.8 millones de dólares destinados exclusivamente a El Salvador, como parte de una bolsa de 5.2 millones para la región centroamericana.

El objetivo de esta iniciativa es fomentar negocios que no solo prosperen económicamente, sino que además impulsen una transición verde y digital. Por ello, se seleccionaron proyectos de los sectores de agricultura, servicios e industria, destacando aquellos con propuestas innovadoras, viables y sostenibles.

En ese contexto, siete empresarios formados en los programas de la Escuela LID recibieron un reconocimiento por su enfoque en la innovación y la sostenibilidad, que los posiciona como casos ejemplares de liderazgo emprendedor. Para Claudia Dueñas, gerente de la Escuela, el evento representó un hito significativo:

“Este evento es una muestra clara de lo que sucede cuando el acompañamiento formativo se encuentra con una oportunidad real. Ver a siete de nuestros empresarios reconocidos por su visión y compromiso nos confirma que estamos en el camino correcto”.
Claudia Dueñas
Gerente Escuela LID de FUSAI

Una de las empresarias destacadas por la iniciativa es Bessy Zepeda, fundadora de Clean Clever, empresa dedicada a la fabricación de productos de limpieza concentrados, que promueven el ahorro de agua y plástico, y apuestan por la economía circular. Con el respaldo del capital semilla, Bessy podrá emprender una transformación digital que fortalecerá el vínculo con sus clientes e impulsará la sostenibilidad de su operación

Con este fondo podremos mostrar de forma clara cómo cada compra contribuye a la sostenibilidad. Nuestro sueño siempre ha sido que el cliente comprenda que, al elegirnos, también está cuidando el planeta”, explicó la empresaria quien proyecta incorporar una plataforma de pago para agilizar el proceso de compra y expandir su mercado.

Por su parte, Marcelo Coreas, otro de los beneficiarios, lidera un taller automotriz con enfoque ecológico. Gracias al capital recibido, Marcelo digitalizará todo el proceso de atención al cliente: desde la recepción del vehículo hasta la entrega, incluyendo notificaciones en tiempo real, pagos digitales y sistemas de ahorro para servicios futuros.

Esto va a revolucionar la experiencia de nuestros clientes. Queremos transparencia, cercanía y eficiencia. El capital semilla nos está permitiendo materializar una idea que parecía inalcanzable”, expresó Marcelo. Y agregó: “Solo con intentarlo ya sentí que había ganado. Romper con el miedo fue mi primer paso hacia este logro”.

Fotografía 1.  Bessy Zepeda, fundadora de Clean Clever.

Fotografía 2. Marcelo Coreas, fundador de Taller PIts.

Como lo reflejan estos testimonios,el verdadero impacto de esta iniciativa  no se limita a la entrega de fondos, sino que también abre las posibilidades para un crecimiento empresarial, generación de más empleos, con un compromiso ambiental y de confianza en el talento salvadoreño.

Seguiremos acompañando a nuestros líderes en cada etapa, porque creemos firmemente que el desarrollo económico también puede ser ético, sostenible y humano”, concluyó Claudia Dueñas.

La próxima cita de DINAMICA II será en San Miguel y luego en Ilobasco, donde más emprendedores tendrán la oportunidad de compartir sus sueños, recibir respaldo y, sobre todo, empezar a construir el futuro que imaginan.

Ser mujer empresaria en El Salvador, es difícil pero se logra

Yuri Olivar, empresaria MYPE. Propietaria del salón Beauty Supply A&C.

Ser mujer empresaria en El Salvador, es difícil pero se logra

Un buen liderazgo puede marcar la diferencia entre una empresa que apenas sobrevive y otra que logra consolidarse y crecer. Un líder no solo gestiona recursos: toma decisiones difíciles, enfrenta riesgos y guía a su equipo con propósito y visión. En este rol, cada decisión cuenta, y los desafíos no dan tregua. En El Salvador, este desafío se profundiza cuando hablamos de mujeres al frente de micro y pequeñas empresas.

Seis de cada diez negocios en El Salvador están en manos de mujeres empresarias, y más de la mitad de ellos (55%) están atrapados en un ciclo de ingresos bajos y oportunidades limitadas. Esta situación podría llevar a que muchas empresarias cuestionen su capacidad de liderazgo, cuando en realidad se enfrentan a importantes barreras estructurales.

La brecha educativa es una de estas barreras – el 60% de las mujeres empresarias tiene un nivel educativo menor a noveno grado. Además, el 35% de las que están a cargo de negocios más grandes también asumen solas las tareas del hogar, lo que representa una doble carga. Estos datos revelan que el éxito de las mujeres empresarias en El Salvador no se ve limitado por falta de talento, sino por las desigualdades y obstáculos a los que se enfrentan.

Mujeres líderes de MYPES con nivel educativo menor a noveno grado 60%

En el contexto salvadoreño, las mujeres tienen el camino más empinado. Esta situación podría explicar por qué muchas se concentran en los segmentos más pequeños y vulnerables de la MYPE, a pesar de liderar con compromiso y esfuerzo.

Existen, sin embargo, casos que desafían las estadísticas y demuestran el potencial de las mujeres cuando se les abren oportunidades. Algunas logran romper barreras y alcanzar mejores resultados que sus pares masculinos. De hecho, según el estudio “El Estado de la MYPE 2024” publicado por el Observatorio MYPE de FUSAI, revela que los negocios liderados por mujeres que crecen tienden a generar mejores condiciones laborales y a pagar salarios más altos —en promedio USD 349.6, superando en USD 18 a los salarios pagados por hombres—.

Una de las historias que va a contracorriente de  los estigmas es la de Yuri Olivar, una mujer con raíces humildes que ha transformado su pasión en una empresa con posibilidades  de expandirse. Actualmente, dirige su salón Beauty Supply A&C, ubicado en Chirilagua, San Miguel, que también funciona como spa e instituto de formación para aspirantes a estilistas. Conozcamos su historia. 

Salón Beauty Supply A&C

Luchar contra todo pronóstico

Desde niña, Yuri Olivar tuvo claro lo que quería. Sin necesidad de decirlo en voz alta—porque en los pueblos, muchas veces, los sueños de las mujeres se consideran una aspiración inalcanzable—, ya imaginaba su futuro entre tijeras, esmaltes y espejos. “Siempre estaba maquillando, peinando, cortando el cabello de mis muñecas… yo decía: cuando sea grande, voy a ser estilista.”

Aunque el sueño era firme, el camino no estaba despejado. Convertirse en estilista profesional era costoso y su familia no podía apoyarla económicamente. Fue en esa etapa donde comenzó su verdadero aprendizaje: un amigo  le enseñó los fundamentos del oficio y le  brindó su primer empleo en lo que realmente le gustaba.

“En esos momentos comencé a aprender mucho, pero sabía que no podía quedarme ahí si quería lograr tener mi empresa. Comencé a estudiar y sacar mi carrera universitaria.” Mientras muchas mujeres en su situación no acceden a niveles educativos superiores —solo cuatro de cada diez empresarias en El Salvador han cursado bachillerato o estudios superiores—, Yuri decidió formarse en dos frentes a la vez: lo técnico y lo administrativo.

Después de adquirir conocimientos fundamentales, Yuri tomó la decisión de buscar nuevas oportunidades. Dejó el salón y se empleó en una oficina.  Al terminar su jornada laboral atendía clientes en casa o a domicilio, lo que le permitió ampliar su clientela y su experiencia.

“Fue de poquito en poquito… con lo que yo ganaba iba comprando otro esmalte, otra cosita… pero nunca dejé de hacerlo”, menciona. Incluso cuando pasó a trabajar en la alcaldía de su localidad por cinco años, no abandonó su vocación.

“En las noches seguía atendiendo en un pequeño cuarto, que fue mi primer espacio personal para poder atender a mis clientes, y siempre volvía al día siguiente a mi jornada completa”
Yuri
Microempresaria

Emprender no es lo mismo que liderar una empresa

Emprender no es lo mismo que liderar una empresa: esta fue una de las lecciones más importantes que aprendió. Después de años de esfuerzo, Yuri decidió abrir su propio espacio. Con ayuda de su esposo, quien construyó los muebles del salón, y el apoyo de amistades que colaboraron en la adecuación del local, abrió sus puertas el 11 de febrero de 2024. Sin grandes inauguraciones, solo con fe y planificación.

“Iniciamos directamente con el salón y el instituto a la vez”, recuerda. Sin embargo, fue en ese momento cuando enfrentó el desafío de liderar un equipo. “Nadie nace aprendido… Me di cuenta de que yo hacía todo y me ahogaba entre tantas tareas.”

Con el tiempo, tuvo que asumir que debía dedicar su energía a las funciones principales. “Tuve que pensar más gerencialmente, velar porque las operaciones de mi negocio se mantuvieran en marcha y encargarme de las decisiones estratégicas.”

Esta experiencia marcó un antes y un después. Yuri inició una etapa de crecimiento personal en la que aprendió a escuchar, a confiar y a crear un ambiente donde equivocarse no fuera motivo de castigo, sino de aprendizaje. En ese proceso, se unió a la Escuela LID, una iniciativa que brinda formación y acompañamiento a empresarios MYPE. “Ya tenía mis metas fijas, pero no sabía qué era ser un líder”, reconoce.

Aprendió a armar un buen equipo, planificar con claridad, delegar responsabilidades, construir una cultura organizacional y hacerlo con un propósito. “Fueron las lecciones más grandes que me quedaron y que aún aplico en mi día a día. Nunca dejo de aplicar lo aprendido en la Escuela LID”, comenta. El proceso no fue fácil, pero la paciencia y el esmero dieron frutos.

Yuri (al centro) y sus colaboradores de Salón Beauty Supply A&C

La visión del líder

Yuri ha demostrado que en El Salvador liderar una MYPE siendo mujer no es fácil, pero sí es posible si se combina esfuerzo, formación y visión. Sus logros no son solo materiales; son también humanos. Ha formalizado su empresa, ha creado empleo, ha enseñado a otras mujeres y ha demostrado que sí se puede.“Todo lo hago con amor por mis hijos”, expresa. 

Su próxima meta es expandirse. “Estamos haciendo pruebas piloto… queremos abrir una sub sede en Intipucá o en la playa El Coco, en La Unión”, comenta.

Yuri resume su camino con una frase: “Esto es una lucha continua… si uno tiene un plan, un sueño, un objetivo, que no se desanime. Todos podemos”.

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