La competencia no es un monstruo a derrotar, sino un espejo que nos invita a repensar cómo hacemos negocios

Opinión

La competencia no es un monstruo a derrotar, sino un espejo que nos invita a repensar cómo hacemos negocios

Roxana Girón – Coordinadora de programas de la Escuela LID

La realidad de las MYPE en El Salvador está llena de retos y no puede seguirse ignorando: la mayoría no nacen de una visión empresarial sólida, sino de la necesidad urgente de sobrevivir, de cubrir gastos del hogar o suplir la falta de empleo. El resultado es un sector dominado por empresas de subsistencia. Según datos del Observatorio MYPE, de casi 900 mil MYPES en El Salvador, 7 de cada 10 apenas generan lo suficiente para sobrevivir un día más.

MYPES en El Salvador
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Este origen explica por qué tantos negocios terminan pareciéndose entre sí, ofreciendo casi lo mismo y compitiendo únicamente en precio. Ese círculo vicioso no abre puertas al crecimiento, solo perpetúa la fragilidad del sector. El más reciente Informe de Dinámica Empresarial MYPE en El Salvador lo confirma: la principal barrera para crecer que enfrentan los empresarios MYPE es el aumento de la competencia, que se origina principalmente porque demasiados negocios ofrecen lo mismo.

Emma Martínez conoce esta realidad de primera mano. Cuando comenzó con su negocio Choco Express, recorría las paradas de autobuses de San Salvador empujando un carretón cargado de dulces y golosinas, compitiendo con decenas de vendedores que ofrecían productos prácticamente idénticos. «Todos los días salía bien temprano a buscar mi sustento y el de mi familia con lo que vendía, pero lo que vendía no me alcanzaba para cubrir lo básico», rememora Emma sobre esos primeros días de competencia feroz.

A esta situación se suman las limitaciones estructurales que siguen marcando al sector: bajo nivel educativo —apenas cuatro de cada diez empresarios alcanzaron estudios superiores al bachillerato— y un alto grado de informalidad que dificulta el acceso a financiamiento. Estas condiciones son la receta perfecta para que se repitan modelos similares y se opte por competir en precios, en vez de innovar o diferenciarse.

La pregunta inevitable es: ¿qué pueden hacer entonces las MYPES salvadoreñas para romper esta dinámica?

Los negocios que sobreviven no son los más grandes ni los más fuertes, sino los que mejor se adaptan

Esta premisa, inspirada en la teoría de la evolución de Charles Darwin, aplica también al mundo empresarial y el contexto actual que enfrenta la MYPE: en un mercado saturado, la clave no es resistir más que los demás, sino atreverse a ser diferente y adaptarse.

En el caso de las MYPES salvadoreñas, la realidad es clara: cuando todos ofrecen lo mismo, el único recurso inmediato parece ser bajar precios. Sin embargo, esa estrategia no solo reduce la rentabilidad, sino que atrapa al negocio en un ciclo sin salida. Competir únicamente en precio es competir hacia abajo, un camino que desgasta y debilita en lugar de abrir posibilidades de crecimiento.

Aquí es donde la estrategia de diferenciación cobra sentido. Como señala W. Chan Kim, coautor de la reconocida «Estrategia del Océano Azul»: cuando un mercado se vuelve demasiado competitivo, la única salida es dejar de competir en lo mismo que todos. Michael Porter, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, complementa esta idea al sostener que la estrategia exitosa consiste en ser diferente, no solo mejor. Ambas ideas nos muestran que la salida no está en la imitación, sino en la creación de propuestas de valor distintas.

Emma Martínez lo entendió cuando decidió cambiar radicalmente su enfoque. En lugar de seguir vendiendo dulces genéricos como todos, optó por especializarse en chocobananos. Su esposo le construyó un nuevo carretón diseñado específicamente para este producto, y juntos apostaron por un nicho menos saturado. «El inicio fue bien difícil», admite, «pero sabía que tenía que hacer algo diferente si quería salir adelante».

La diferenciación puede tomar formas diversas, incluso en negocios pequeños, y no siempre requiere grandes inversiones. Lo esencial es comprender que cada decisión contribuye a sacar al negocio del anonimato y convertirlo en una opción recordada y preferida por el cliente.

La diversificación como camino hacia la resiliencia

Peter Drucker, uno de los pensadores más influyentes en administración, afirmaba que en los negocios la única certeza es la incertidumbre, y que la diversificación es el mejor antídoto. Esta idea encaja perfectamente con la realidad de las MYPES salvadoreñas, un sector marcado en algunos segmentos por la fragilidad y expuesto a constantes cambios.

Depender de un solo producto o servicio limita el potencial de cualquier empresa. Esta dependencia no solo restringe la posibilidad de atraer a una clientela más amplia, sino que además vuelve vulnerable a la empresa frente a la competencia, los cambios en la demanda o las dificultades en la producción.

María Esther Saldaña ejemplifica perfectamente esta estrategia de diversificación inteligente. En el cantón Loma Larga, Tacuba, esta empresaria de 59 años no se conformó con dedicarse únicamente a la ganadería. Diversificó su negocio integrando la crianza de cerdos, el cultivo de hortalizas, la producción de café bajo su propia marca, y además implementó un biodigestor que transforma desechos orgánicos en energía limpia.

«Ya tenía la materia prima, solo me faltaba la tecnología», explica María Esther sobre su decisión de incorporar el biodigestor. Su enfoque demuestra cómo la diversificación puede crear sinergias: los desechos de la ganadería alimentan el biodigestor, que genera energía para reducir costos operativos, mientras que los residuos del proceso nutren las hortalizas, creando un ciclo virtuoso de productividad.

Angélica Sigüenza ofrece otro ejemplo revelador de diversificación exitosa. Lo que comenzó como la venta de croissants en escuelas locales evolucionó hacia una empresa que hoy emplea a 11 personas, con sucursales en Santa Ana, y una cartera de productos que incluye repostería especializada y servicios de catering para eventos.

La ampliación de la oferta de productos o servicios abre nuevas posibilidades: permite atender diferentes necesidades de los clientes, genera múltiples fuentes de ingreso y reduce la exposición a los vaivenes del mercado. Al mismo tiempo, esa diversificación fortalece la propuesta de valor: hace que la empresa sea percibida como más completa, más flexible y, por lo tanto, más competitiva.

Aunque lo parezca, este proceso no exige transformaciones inalcanzables. Un negocio puede diversificarse al complementar su oferta con productos relacionados, al explorar nuevos canales de distribución o al adaptar su propuesta a distintos segmentos de clientes. Lo esencial es comprender que la diversificación no es un lujo reservado para grandes empresas, sino una estrategia de supervivencia para quienes quieren crecer en un entorno adverso.

El primer paso es atreverse

La experiencia de Emma Martínez ilustra perfectamente esta transformación. Después de especializarse en chocobananos, no se detuvo ahí. Gradualmente incorporó servicios para eventos sociales y empresariales, diversificó su ubicación geográfica y profesionalizó sus operaciones. El resultado: en dos años logró incrementar sus ventas en un 66% y transformó un negocio de subsistencia en una pequeña empresa con seis carretones, local propio y bodega de almacenamiento.

«Todo cambió cuando entré al programa de capacitación», reconoce Emma. «Al inicio no llevaba un control financiero, no sabía cuánto ganaba ni cuánto gastaba. Ahora sé administrar mi dinero y también identificar a mi cliente potencial». Su historia demuestra que la diferenciación y diversificación requieren más que intuición: necesitan conocimiento, planificación y apoyo técnico.

Las MYPE que logran trascender no son necesariamente las que más trabajan ni las que más se esfuerzan, sino aquellas que aprenden a pensar de manera estratégica. El reto para las MYPE salvadoreñas no es seguir imitando al vecino ni desgastarse en guerras de precios que solo debilitan. El verdadero camino está en atreverse a ser diferentes, en diversificarse y en construir propuestas de valor capaces de hacer irrelevante a la competencia.

Como en la naturaleza, en los negocios sobrevive quien mejor se adapta. Y en este contexto, adaptarse significa evolucionar: dejar de competir en lo mismo de siempre y abrir nuevas rutas hacia la sostenibilidad y el crecimiento. El futuro de las MYPE no está en la subsistencia, sino en la valentía de transformarse y diferenciarse en un mercado que, más que competidores, necesita innovadores.

Nota: Los casos de Emma Martínez, María Esther Saldaña y Angélica Sigüenza están documentados en los informes del Observatorio MYPE de FUSAI y representan ejemplos reales de empresarios salvadoreños que han logrado crecer mediante estrategias de diferenciación y diversificación.

¿Y si ahorrar fuera tan importante como aumentar las ventas?

¿Y si ahorrar fuera tan importante como aumentar las ventas?

En un país donde vender no siempre significa prosperar, el verdadero reto para la MYPE está en conservar lo que ingresa. Datos del Observatorio MYPE revelan que, en 2025, tres de cada diez empresarios enfrentan dificultades para administrar sus finanzas. 

La historia de Bryan Martínez, empresario y dueño de El Refugio Coffee Shop en Ahuachapán, demuestra que el ahorro no es un lujo, sino un recurso que puede transformar un negocio.

Las causas de esta fragilidad financiera pueden variar: desde la necesidad de cubrir gastos inmediatos y mantener la cartera de clientes, hasta adaptarse a cambios en el mercado. Esto no siempre significa que el negocio esté en crisis, sino que, como cualquier actividad empresarial, atraviesa ciclos con etapas de mayor estabilidad y otras de mayores desafíos.

En este contexto, la gestión financiera cumple un papel fundamental. Una administración adecuada de los recursos puede sostener el crecimiento de la empresa, mientras que una gestión deficiente aumenta la vulnerabilidad ante imprevistos.

Según el Informe de Dinámica Empresarial MYPE del Observatorio MYPE, en el segundo trimestre de 2025, los principales factores que afectan la estabilidad financiera de estos negocios son:

Variaciones en los ingresos (60%), por estacionalidad, cambios en la demanda o pérdida de clientes.
60%
Gastos imprevistos (35%), como emergencias familiares, reparaciones urgentes o problemas de salud.
35%
Presión de gastos fijos (30%), incluyendo alquiler, servicios básicos, planilla o inventario.
30%
Acceso limitado a crédito (26%), debido a requisitos estrictos o falta de historial crediticio.
26%
Altos niveles de deuda (25%), que reducen el margen para reinversión.
25%

La visión de un experto con trayectoria en administración financiera

Para abordar estos retos, la experiencia y el conocimiento especializado son fundamentales. Erick Morán, director comercial del Banco Integral, primer banco en El Salvador especializado en atender a la MYPE, cuenta con una sólida trayectoria en el sector financiero, liderando estrategias y soluciones para fortalecer la capacidad de gestión de pequeños y medianos empresarios.

Morán subraya que el ahorro empresarial no debe verse como un obstáculo para la operación, sino como una estrategia planificada.

“Así como programas el pago de salarios o proveedores, programa tu ahorro. Ponlo en el calendario y deposítalo en una cuenta separada para que no se mezcle con el dinero operativo”, dice.

A partir de su experiencia, Morán recomienda cinco acciones clave para mejorar tu administración financiera:

Registra tus ingresos y gastos mensualmente.

Más que anotar cifras, implica analizar datos para anticipar variaciones y tomar decisiones con información precisa.

Crea un fondo de emergencia separado de la operación.

Empezar con montos pequeños, incluso $5 semanales, puede marcar una diferencia a largo plazo.

Incluir el ahorro en el precio de productos o servicios.

Definir un porcentaje destinado a imprevistos y depositarlo en fechas fijas.

Diversificar clientes y proteger activos clave.

Asegurar maquinaria, vehículos e inventario reduce riesgos ante eventualidades.

Aprovecha productos financieros diseñados para la MYPE.

Cuentas remuneradas, programas de ahorro, microseguros y créditos flexibles son aliados importantes.

Prepararse para resistir y crecer

Bryan Martínez, dueño de la cafetería El Refugio en Ahuachapán, utilizó una estrategia de ahorro con propósito para hacer crecer su negocio. Esto le permitió comprar su propia finca de café, con la que ahora completará la cadena de producción.

La experiencia de Bryan es un ejemplo de lo que explica Morán: a pesar de no ser un negocio grande, logró apartar parte de sus ingresos y crecer.

“Si nunca tienes intención de ahorrar cuando eres pequeño, probablemente tampoco lo harás cuando tengas mayores ingresos”, enfatiza Morán.

El objetivo no es construir un negocio perfecto, sino uno capaz de adaptarse, resistir y crecer, incluso en entornos de incertidumbre. La disciplina financiera y la planificación no son prácticas exclusivas de grandes corporaciones: son el motor que puede marcar la diferencia en la sostenibilidad de cualquier empresa.

El Refugio Coffee Shop: lo que pasa cuando una MYPE no sigue el guion

El Refugio Coffee Shop: lo que pasa cuando una MYPE no sigue el guion

En El Salvador, algunas MYPE parecen seguir un guion no escrito: sobrevivir, no crecer. Producir lo justo, vender lo necesario y, con suerte, resistir lo que venga. Según datos del Observatorio MYPE, 7 de cada 10 MYPE son de subsistencia: viven al día, priorizan el empleo familiar y rara vez generan excedentes. 

En este escenario, innovar podría sonar a fantasía, y hablar de integrar cadenas de valor se percibe como algo imposible. ¿Pero es esto cierto? ¿Están realmente las MYPE condenadas a vivir al margen de la innovación y el crecimiento? 

Siempre hay quienes deciden romper el molde. Aunque el entorno empuja hacia la sobrevivencia, hay empresarios MYPE que eligen otro camino. Este es el caso de El Refugio Coffee Shop, una cafetería en Ahuachapán. Su historia, más que una excepción, es una provocación. Su mensaje es: sí es posible cerrar el círculo productivo, sí es posible crecer, y hacerlo desde una MYPE.

Brian Francisco Rubio, su fundador, tomó una decisión poco común entre las MYPES: adquirió su propia finca de café, seis años después de iniciar su emprendimiento. Así, pasó a controlar cada eslabón de la cadena —desde el cultivo del grano hasta la taza que sirve al cliente— y convirtió esa integración vertical en el núcleo de su propuesta de valor. 

En palabras de Brian; “Queríamos completar la cadena de valor. Ya no solo producir y servir café, sino también distribuirlo. Y hacerlo cuidando la tierra, el bosque y el agua. Y luego de años de esfuerzos, lo estamos logrando.”

El Refugio Coffee Shop nació como tantas MYPE: con más entusiasmo que estructura, más voluntad que estrategia. Pero lo que distingue a Brian y su equipo no es su origen modesto, sino la decisión consciente de no quedarse ahí. 

¿Cómo logra una MYPE hacer lo que se espera solo de las grandes empresas?

“Al inicio pensábamos que éramos cafetería… pero en realidad éramos como un cafetín. Café era lo que menos vendíamos”, confiesa Brian. La historia de su empresa no comienza con un local elegante ni con maquinaria de última generación. 

Su historia empieza en 2017, en un garaje, con un stand improvisado hecho de palets y cajas de tomate, piso de cemento y techo de lámina expuesta. Como muchas MYPE, el negocio nació de la intuición más que de un plan: vender algo que generara ingresos y, con suerte, atrajera clientes. Llegando a funcionar así por tres años. 

El punto de inflexión llegó tras varios tropiezos: errores de costeo, un modelo de negocio indefinido y un público meta mal calculado. Brian recuerda que la formación que recibió en la Escuela LID de FUSAI fue determinante para replantear su empresa: “Al haber iniciado la formación en la Escuela LID recuerdo haber pensado que para lograr crecer no solo es suficiente mi pasión, también se debe de tener estrategia, control y visión. Ya no fue solo iré por una corazonada; hoy planifico y hago estrategias.”

El giro más audaz llegó en 2023: adquirir una finca de café en Atiquizaya, Ahuachapán. No era solo una compra de activos: era la apuesta de integrar toda la cadena de valor. La finca, que había estado semi abandonada, ahora es el laboratorio donde El Refugio Coffee Shop aplica prácticas regenerativas, protege mantos acuíferos y trabaja para elevar la calidad del grano que sirve en su cafetería.

“Queríamos que la finca fuera un proyecto regenerativo. Aportar a la naturaleza, mantener el bosque cafetalero, y al mismo tiempo garantizar un café de especialidad.”

De ser un cafetín con poco café, El Refugio se transformó en una marca que controla su producto estrella de principio a fin. Un salto que para muchos sería impensable sin financiamiento externo o el respaldo de una gran empresa… pero que se hizo posible con reinversión constante y disciplina estratégica. 

“Todo lo que ganábamos lo volvíamos a meter en el negocio; así fue como logramos comprar la finca y empezar a producir nuestro propio café», relata Brian. 

No es una excepción, es el resultado de cambiar de chip y mirar las cosas desde otra lógica empresarial  

Cafetería El Refugio

En un país donde el 76% de las MYPE operan en la informalidad y un porcentaje similar en condiciones de subsistencia, podría parecer que casos como el de El Refugio Coffee Shop no deberían existir… y, sin embargo, existen.

El Refugio apostó por formación que le permitiese consolidar un modelo de integración vertical y prácticas sostenibles, sin depender de financiamiento externo significativo. Esta distancia no solo habla de una visión empresarial distinta, sino también de las limitaciones estructurales que mantienen a una parte importante del sector anclado en la supervivencia.

MYPES operando en la informalidad
100 %

“Cuando un empresario entiende sus números, estructura sus procesos y deja de trabajar solo desde la intuición, las posibilidades de crecer cambian radicalmente. Ese fue el punto de quiebre que reorientó el camino de Brian», señala Marisol Umaña, coach de la Escuela LID que acompañó a Brian en su formación.

El caso de El Refugio no es una fórmula mágica que cualquiera pueda replicar de la noche a la mañana. Pero sí es una prueba de que el guion que se le atribuye a la MYPE no es una ley escrita en piedra, sino una barrera que se puede desafiar.

¡Las MYPE pueden dar mucho más!

El Refugio Coffee Shop no es solo una historia empresarial bien contada: es un recordatorio de que, incluso en un entorno hostil para el empresario MYPE, hay margen para pensar distinto. Su trayectoria demuestra que el límite no siempre está en el capital inicial, sino en el cambio de mentalidad del empresario que guía las decisiones. 

En un país donde la conversación sobre MYPE se suele quedar atrapada en la narrativa de la sobrevivencia, casos como este invitan a cambiar de lente: pasar, de medir cuántas resisten, a preguntarnos cuántas crecen, innovan e integran valor. Y, más importante aún: ¿qué condiciones deben cambiar para que historias como la de Brian se multipliquen?

Consolidación gradual, el sector MYPE registra estabilización tras cinco años de adaptación

Salvador Escobar, empresario MYPE propietario de Fibras M+R.

Consolidación gradual. Balance empresarial positivo, aunque moderado para la MYPE

Obtén acceso al informe completo aquí

El análisis longitudinal del comportamiento empresarial en el sector de micro y pequeñas empresas salvadoreñas evidencia una transformación gradual pero significativa. Los registros sistemáticos del Observatorio MYPE de la Escuela LID de FUSAI, iniciados durante la crisis sanitaria del segundo trimestre de 2020, documentan una evolución desde una percepción empresarial crítica —donde el 78.1% reportaba condiciones desfavorables y apenas el 5.2% las describía como favorables— hacia un escenario de consolidación moderada.

La trayectoria de recuperación presenta características metodológicamente significativas que trascienden la interpretación lineal. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan una recuperación cíclica con estabilización progresiva, donde la proporción de negocios con situación desfavorable experimentó una contracción drástica hasta alcanzar mínimos históricos del 8.2% en el segundo trimestre de 2022 y del 9.3% en el tercer trimestre de 2024. Esta mejora se consolidó a lo largo de múltiples trimestres, con un promedio de únicamente 11% de empresarios reportando situaciones desfavorables en los períodos recientes.

La confianza empresarial revela patrones de recuperación que requieren análisis diferenciado por períodos. Desde su mínimo histórico de -38.4 puntos en 2020.II, la trayectoria ascendente superó progresivamente los umbrales de desconfianza, transitando primero hacia la zona «Neutral» y posteriormente consolidándose en la «Optimista». Los datos comparativos anuales evidencian que el segundo trimestre de 2024 registró una contracción temporal del optimismo (31.5 puntos), mientras que 2025 documentó una recuperación sostenida: 37.8 puntos en el primer trimestre y 38.1 en el segundo, superando los registros históricos del mismo período en años anteriores.

El último registro del primer semestre de 2025 establece un índice general de 105.1 puntos, acompañado de un componente de confianza de 38.1, posicionando al sector dentro de parámetros optimistas. Esta cifra resulta metodológicamente significativa al mostrar una trayectoria similar a la registrada en el segundo trimestre de 2023 (103.1), destacándose como una excepción al patrón histórico donde el segundo trimestre tradicionalmente registra contracciones en la confianza empresarial. La interpretación rigurosa de estos datos revela no una transformación estructural consolidada, sino el resultado de un proceso de adaptación sistemática a condiciones operativas que mantienen su complejidad inherente.

Francisco Góchez, coordinador del informe del Observatorio MYPE de FUSAI, contextualiza estos resultados: «Los indicadores revelan que las MYPE están logrando estabilizarse en un ambiente demandante y competitivo, más que evidenciar un crecimiento acelerado». Esta interpretación subraya la importancia de abordar los datos desde una perspectiva que reconoce tanto los avances como las limitaciones estructurales persistentes.

Proyecciones empresariales: optimismo sistémico para el corto plazo

El análisis de expectativas empresariales para el próximo trimestre revela patrones de optimismo consolidado que trascienden la coyuntura inmediata. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan que el 62.8% de los empresarios anticipa mejoras en su situación operativa, mientras que el 30.2% proyecta condiciones estables y únicamente el 7.0% prevé un escenario desfavorable.

Esta distribución estadística se inscribe dentro de una tendencia metodológicamente observable: la percepción del futuro inmediato tiende a ser consistentemente más favorable que la evaluación de la situación presente. La brecha entre expectativa y realidad operativa sugiere una actitud de resiliencia adaptativa característica del empresario MYPE, que mantiene proyecciones favorables incluso en contextos de incertidumbre estructural.

El Observatorio MYPE estima que «las expectativas elevadas constituyen indicadores de disposición favorable hacia la inversión y continuidad operativa en el corto plazo, aunque no deben interpretarse como señales inequívocas de crecimiento sostenido».

Factores limitantes: análisis de presiones operativas persistentes

A pesar de los indicadores de optimismo, el análisis sectorial identifica factores estructurales que continúan restringiendo la capacidad expansiva del tejido empresarial MYPE. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan un sistema de siete inhibidores principales que condicionan el desempeño empresarial, cuyo monitoreo sistemático revela dinámicas complejas de interacción entre factores externos e internos.

Disminución de la demanda: análisis factorial de la contracción comercial

La disminución de la demanda constituye el inhibidor más sensible para los empresarios MYPE, reportado por el 31% en el segundo trimestre de 2025. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan que este factor ha presentado picos cercanos al 40% durante coyunturas críticas, reflejando su estrecha correlación con ciclos de desaceleración económica y pérdida de poder adquisitivo en el mercado interno.

La descomposición factorial revela que la situación económica general del país representa el 40% de las menciones dentro de este inhibidor, constituyendo el factor más citado dado que el desempeño de las MYPE mantiene vinculación directa con el poder adquisitivo y la confianza del consumidor. Los cambios en las preferencias de los clientes (38%) representan el segundo componente más significativo, reflejando la vulnerabilidad de las MYPE que operan en nichos específicos ante modificaciones en gustos, modas o valores que pueden desplazar rápidamente la demanda.

La reducción en la capacidad de compra de los clientes (30%) se relaciona directamente con procesos inflacionarios o estancamiento salarial, mientras que la demanda de productos o servicios de temporada (24%) afecta particularmente a MYPE que experimentan picos y valles estacionales significativos. La aparición de productos alternativos o sustitutos (18%) y el menor número de visitantes o compradores en la zona (15%) completan la estructura factorial, evidenciando la vulnerabilidad ante cambios en el entorno competitivo y la infraestructura comercial local.

Intensificación de la competencia: reconfiguración del entorno competitivo

El aumento de la competencia, reportado por el 43% de los empresarios en 2025.II, ha experimentado una trayectoria ascendente desde 2021, alcanzando su punto máximo de 52% en el tercer trimestre de 2022. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan que esta tendencia sugiere un mercado progresivamente más dinámico y saturado, especialmente en zonas urbanas o rubros de baja barrera de entrada.

El análisis factorial revela que los nuevos negocios en la zona con ofertas similares (27%) constituyen el componente principal, reflejando la proliferación de competidores directos que fragmentan la base de clientes existente. La presencia de negocios similares con grandes inventarios (12%) evidencia las desventajas competitivas que enfrentan las MYPE ante actores con mayor capacidad de almacenaje y economías de escala. Los precios y promociones de los proveedores (10%) completan la estructura factorial, subrayando cómo las condiciones diferenciadas de suministro pueden generar asimetrías competitivas significativas.

Restricciones financieras: análisis de vulnerabilidades estructurales

Las dificultades financieras, consideradas un inhibidor estructural, mantienen niveles persistentes entre 30% y 40% desde el inicio de la medición, afectando al 31% de los empresarios en 2025.II. Los datos del Observatorio MYPE de FUSAI documentan un patrón que evidencia necesidades insatisfechas de servicios financieros adecuados, particularmente para segmentos informales o en etapa de consolidación.

La descomposición factorial documenta que la disminución de ingresos (60%) constituye el factor más impactante, vinculándose directamente con caídas en la demanda, estacionalidad del negocio o pérdida de clientes. La atención de gastos imprevistos (35%) refleja la vulnerabilidad ante emergencias que interrumpen el flujo financiero del negocio, mientras que las dificultades para cubrir gastos operativos (30%) evidencian problemas de planificación de flujos de caja.

Las dificultades para obtener financiamiento (26%) y las deudas excesivas (25%) completan la estructura factorial, documentando tanto las limitaciones de acceso al crédito formal como los efectos del sobreendeudamiento en la capacidad operativa de las MYPE.

Escasez de mercadería para comprar: disrupciones en cadenas de suministro

Este inhibidor se intensificó entre 2023 y 2024 como consecuencia de interrupciones en cadenas de suministro y volatilidad en precios internacionales, ubicándose en 21% en 2025.II tras mostrar una reducción sostenida. El análisis factorial revela que el incremento de precios en productos o insumos clave (63%) constituye el componente principal, limitando la capacidad de reposición de inventarios.

La dependencia de proveedores afectados por desabastecimiento (31%) y los retrasos en las entregas por parte del proveedor (18%) evidencian vulnerabilidades en la diversificación de fuentes de suministro. La dependencia de un solo proveedor (15%), las pérdidas de cultivos o baja producción agrícola (13%) y el incremento en los costos de transporte (10%) completan la estructura factorial, documentando cómo las disrupciones logísticas impactan diferenciadamente según el sector económico.

Disposiciones municipales y de gobierno: cargas regulatorias diferenciadas

Aunque su impacto es comparativamente menor, las disposiciones gubernamentales representan el 14% de las menciones en 2025.II, indicando persistencia de barreras administrativas en ciertos municipios. La descomposición factorial documenta que el reciente incremento de impuestos y tasas municipales (60%) constituye la principal queja, reduciendo márgenes operativos sin mejoras visibles en servicios municipales.

Las restricciones o permisos complicados de obtener (48%) y los cambios en las leyes que rigen su negocio (44%) evidencian problemas de burocracia excesiva y socialización inadecuada de modificaciones normativas. Las inspecciones frecuentes o costosas (24%), el reordenamiento territorial en la zona de operación (20%) y la falta de mantenimiento de infraestructura pública (15%) completan la estructura factorial, documentando cómo la gestión municipal incide directamente en la operatividad empresarial.

Situaciones familiares o personales: vulnerabilidades del empresario MYPE

Este inhibidor, reportado por el 12% en 2025.II, refleja la naturaleza de las MYPE donde la gestión empresarial mantiene estrecha vinculación con las condiciones de vida de los propietarios. El análisis factorial documenta que la enfermedad de un familiar (56%) constituye el componente principal, obligando al empresario a desviar tiempo, energía y recursos económicos hacia el cuidado familiar.

La enfermedad personal (29%) presenta impacto aún más directo, ya que en muchas MYPE el propietario constituye la figura central para toma de decisiones y ejecución de tareas críticas. Los conflictos familiares (24%) y la maternidad (11%) completan la estructura factorial, evidenciando cómo las circunstancias personales influyen directamente en la continuidad, estabilidad y productividad del negocio.

Indicadores de dinamismo sectorial

El análisis desagregado revela señales de dinamismo diferenciado por sector económico. El sector producción alcanzó un índice de confianza de 106.4 puntos en el segundo trimestre de 2025, representando una recuperación sólida que contrasta con el comportamiento de otras actividades, particularmente el sector agropecuario, que registra retrocesos en el mismo período.

Un segundo foco de dinamismo se identifica en el segmento de microempresas en proceso de expansión, que ha mantenido una tendencia sostenida al alza en la generación de empleo durante los trimestres recientes. Este comportamiento sugiere la existencia de unidades productivas que están consolidando estructuras organizativas más robustas, lo que constituye un indicador de transformación gradual en el tejido empresarial.

El Informe Trimestral del Observatorio MYPE de FUSAI señala que «aunque el comportamiento del índice mantiene características cíclicas típicas, los datos sugieren un entorno con mayor certidumbre relativa comparado con períodos anteriores».

Síntesis: estabilización en contexto de adaptación continua

Los resultados del segundo trimestre de 2025 documentan la consolidación de un grado significativo de estabilidad operativa en el sector MYPE. Aunque los datos no permiten afirmar la existencia de una tendencia estructural definitiva, sí evidencian una fase de menor volatilidad, acompañada de expectativas que podrían materializarse en mayor dinamismo futuro.

La evolución de los indicadores en los trimestres restantes del año será determinante para confirmar estas tendencias, particularmente considerando que el tercer y cuarto trimestre tradicionalmente registran mayor dinamismo sectorial. El balance empresarial actual se caracteriza por ser positivo aunque moderado: los datos no evidencian expansión acelerada ni retroceso significativo, sino una estabilidad operativa que refleja, muy posiblemente, una actitud de prudencia en gastos e inversiones por parte de los empresarios.

Los cambios en el mapa de la competencia en algunos sectores MYPE de El Salvador

Los cambios en el mapa de la competencia en algunos sectores MYPE de El Salvador

Emprender ha sido, y sigue siendo, el refugio de miles de salvadoreños en busca de estabilidad económica. Pero en la actualidad, esto implica navegar en un océano competitivo que se ha transformado radicalmente. El último informe de la dinámica empresarial MYPE del segundo trimestre de 2025 en El Salvador arroja una cifra contundente: desde junio de 2020, el número de empresarios que identifica el aumento de la competencia como su principal enemigo casi se ha triplicado, y la tendencia no da tregua.

Lo novedoso de este informe radica en que trasciende la simple medición del problema para desentrañar las causas específicas que alimentan este fenómeno, ofreciendo las claves para descifrar y enfrentar este nuevo ecosistema competitivo.

En el segundo trimestre de 2025, prácticamente uno de cada dos empresarios salvadoreños señaló la competencia como su mayor barrera para el crecimiento. El informe revela una verdad incómoda: la fórmula tradicional de mucho esfuerzo, precios bajos y buena atención ya no garantiza la supervivencia en el mercado. La clave ahora reside en la reinvención de la propuesta de valor.

Por primera vez, el documento demuestra que la presión competitiva no surge únicamente de la proliferación de nuevos negocios, sino de un mercado abarrotado de empresas que replican ofertas idénticas. A esto se suma una realidad aplastante: algunos empresarios manejan inventarios masivos y tienen acceso privilegiado a productos importados que les permiten establecer precios prácticamente imbatibles.

Esta realidad plantea interrogantes cruciales: ¿Por qué la percepción de competencia se disparó tan dramáticamente en pocos años? ¿Qué papel desempeña la invasión masiva de comercios asiáticos en esta transformación? Y, más urgente aún, ¿qué alternativas tienen las MYPE cuando la guerra de precios se convierte en una batalla perdida?

La saturación amenaza ciertos nichos de la MYPE

El informe trimestral documenta una metamorfosis radical en la percepción del entorno competitivo entre los empresarios MYPE. En junio de 2020, apenas el 12% consideraba la competencia como un obstáculo significativo. Esta cifra, aparentemente baja, reflejaba el contexto pandémico: numerosos negocios habían cerrado y la actividad económica permanecía severamente paralizada.

Sin embargo, a partir del tercer trimestre de 2020, esta percepción inició una escalada que se ha venido sosteniendo. En 2022, la competencia alcanzó su cenit como el principal freno empresarial, afectando a un impresionante 52% de los empresarios. Aunque posteriormente descendió ligeramente, se mantuvo firmemente por encima de los 40 puntos hasta diciembre de 2024, cuando experimentó un nuevo repunte del 51%, probablemente alimentado por la frenética actividad comercial de fin de año. En el segundo trimestre de 2025, pese a un ligero descenso al 43%, continuó siendo el obstáculo más citado entre los empresarios del sector.

Esta escalada en los sectores de producción y comercio minorista va más allá de una simple recuperación pospandemia. Desde 2018, el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas con China ha catapultado el comercio bilateral, facilitando la emergencia acelerada de nuevos competidores que desafían frontalmente tanto a la pequeña industria como a los minoristas MYPE tradicionales. Estos nuevos actores, armados con mayor capacidad de inventario y poder de fijación de precios, están redibujando el mapa de ventas en segmentos enteros de la MYPE tradicional.

Las fuerzas detrás de la tormenta competitiva en el sector comercial

En 2025, el informe incorporó por primera vez una dimensión reveladora que identifica los factores específicos detrás de la percepción de intensificación competitiva. Los resultados demuestran que el fenómeno trasciende el simple aumento numérico de negocios, configurándose como una convergencia multifactorial de dinámicas que están redefiniendo algunos de los mercados donde operan las MYPES.

En el sector comercio el factor dominante parece incuestionable: la aparición de nuevos negocios con ofertas prácticamente clonadas, reportado por el 27% de los encuestados. Este patrón es especialmente devastador en el comercio, que representa el 50% del sector, donde proliferan almacenes y tiendas de origen asiático que abastecen simultáneamente a consumidores finales y pequeños comerciantes intermediarios.

El sector comercio MYPE reporta aumento de nuevos negocios con ofertas prácticamente clonadas
27%

Un dato que amplifica este panorama: según CONAMYPE, el número de tiendas de barrio en El Salvador se disparó un 25% en 2023, confirmando que la presión competitiva no proviene exclusivamente de grandes corporaciones, sino también de la explosiva multiplicación de pequeños negocios en el mismo territorio.

En segundo lugar, con un significativo 12%, aparece la presencia de competidores con inventarios gigantescos, generando una desventaja competitiva brutal para las MYPE. Este fenómeno se ha intensificado con la llegada de megatiendas mayoristas que fusionan ventas al por mayor y al detalle, ofreciendo productos a precios imposibles de igualar para cualquier pequeño comerciante o productor local. Paradójicamente, para los consumidores —especialmente los asalariados— este acceso a precios reducidos representa un respiro en su presupuesto familiar, ampliando significativamente su capacidad de compra y variedad de opciones.

Como advierte Jesús Rosales, técnico en formación empresarial de la Escuela LID de FUSAI:

"En este nuevo tablero, las micro y pequeñas empresas deben aprender a jugar con inteligencia, no con fuerza".
Jesús Rosales
Técnico de la Escuela LID

El tercer factor, mencionado por el 10% de los empresarios, revela el acceso desigual a precios y promociones de proveedores, que favorece sistemáticamente a negocios de mayor escala o con superior poder de compra. Esta brecha se amplifica dramáticamente con el acceso directo a productos importados, cuyos precios los comerciantes tradicionales catalogan como «imbatibles». Aunque esta situación presiona a ciertas MYPE, para una porción considerable de la población asalariada significa la posibilidad de acceder a bienes que anteriormente estaban fuera de su alcance, demostrando que el impacto de las importaciones no es unidimensionalmente negativo.

Estos elementos configuran un escenario que exige repensar completamente la forma en que este tipo de Mype compite y se mantienen a flote en algunos de estos nichos del mercado.

El camino por delante: estrategias de supervivencia y reinvención

Los hallazgos del Informe del segundo trimestre de 2025 trascienden el mero diagnóstico para convertirse en una brújula estratégica tanto para empresarios como para los arquitectos de programas de apoyo al sector MYPE. Identificar las causas específicas detrás de la presión competitiva en algunos segmentos y sectores de la MYPE permite desarrollar respuestas precisas y más efectivas.

Para los empresarios de estos sectores, los datos facilitan un autoanálisis necesario: ¿el verdadero problema radica en la ausencia de diferenciación de su oferta, en la presencia de competidores con capacidad operativa superior, o en las desventajas estructurales frente a proveedores? Esta claridad diagnóstica es fundamental, ya que cada situación demanda estrategias radicalmente distintas. Como enfatiza Rosales: «Uno de los errores más letales de los empresarios es bajar precios sin revisar sus costos o márgenes de rentabilidad. Esto no es estrategia, sino una reacción suicida que puede dinamitar la sostenibilidad del negocio».

Para los programas de apoyo, la información obtenida abre la puerta a intervenciones láser: programas de diferenciación radical para quienes enfrentan productos clonados, revoluciones de eficiencia operativa para competir contra inventarios masivos, o esquemas de compras conjuntas que fortalezcan el poder de negociación con proveedores. También modelos de negocio que incorporen servicios de valor agregado como entrega domiciliaria, permitiéndoles escapar de la trampa mortal de competir únicamente por precio.

El panorama es desafiante en los nichos afectados, pero no definitivo. En un país como El Salvador, donde emprender sigue siendo la válvula de escape ante la escasez de empleo formal, es inevitable que algunos mercados alcancen el punto de saturación. Lo crucial es comprender que competir no siempre significa tratar de hacer mejor lo que has venido haciendo, sino descubrir maneras innovadoras de ser relevante.

Como concluye Rosales: «En un mercado saturado, la estrategia ganadora no siempre es seguir combatiendo en el mismo campo de batalla. A menudo, el verdadero sendero hacia el crecimiento se encuentra en explorar nichos emergentes o mercados desatendidos donde una propuesta de valor diferente puede no solo sobrevivir, sino brillar con luz propia».

El reto de las microempresas ubicadas en destinos turísticos emergentes

El reto de las microempresas ubicadas en destinos turísticos emergentes

El turismo como motor de desarrollo rural

El turismo se ha consolidado como uno de los sectores con mayor potencial transformador para las microempresas y pequeñas empresas salvadoreñas. Según datos del Ministerio de Turismo (Mitur) en 2024 se recibieron 3.9 millones de visitantes en el país y se percibieron ingresos por turismo de $3,410 millones, lo que representa aproximadamente el 11% del PIB. Esto podría deberse principalmente a la mejora de las condiciones de seguridad y la ampliación y diversificación de los productos y servicios que estas empresas ofrecen a los visitantes.

Esta evolución refleja un cambio paradigmático en el desarrollo económico rural, donde las comunidades han identificado en sus recursos naturales y culturales una oportunidad de crecimiento sostenible. Sin embargo, para que las MYPES puedan aprovechar plenamente la expansión de este sector existen desafíos desafíos que requieren una atención integral.

La experiencia transformadora de Rusticanto: innovación desde la base

La historia de Rusticanto, empresa familiar ubicada en el Salto de Malacatiupán, Ahuachapán, ilustra tanto las oportunidades como los desafíos que enfrentan las MYPES ubicadas en zonas turísticas emergentes.

José Tito Ventura, propietario de Rusticanto, cuenta cómo su negocio surgió en 2020 como una respuesta innovadora a la creciente afluencia de visitantes interesados en la cascada que colinda con su terreno. «Inicialmente, la familia habilitó parqueos y servicios básicos, pero nos dimos cuenta de que la gente buscaba quedarse más tiempo y necesitaba comida y otras comodidades», explica Ventura.

Esta observación perspicaz llevó a la familia a incorporar en marzo de 2023 un restaurante que hoy constituye el corazón del proyecto. La evolución orgánica del negocio demuestra cómo las MYPES exitosas desarrollan capacidades de adaptación y respuesta rápida a las necesidades del mercado.

Diferenciación competitiva: el valor de lo auténtico

Una de las ventajas competitivas más significativas de Rusticanto radica en su acceso exclusivo a la cascada, cuyo encanto natural funciona como motor de atracción tanto para turistas nacionales como extranjeros. Ventura destaca que «alrededor del 40% de nuestros visitantes provienen de países como Alemania, Bélgica, Israel y Polonia».

Esta diversificación internacional de clientes es coherente con los hallazgos del Informe Estado de la MYPE 2024, que destaca el aumento sostenido del turismo internacional hacia El Salvador. La capacidad de atraer visitantes extranjeros no solo diversifica los ingresos, sino que también eleva los estándares de calidad y servicio de las empresas locales.

Calidad y reputación: la construcción de confianza

Aunque Rusticanto utiliza redes sociales para promocionarse, su principal canal de crecimiento ha sido el marketing de boca a boca, esa transmisión orgánica de información, opiniones y recomendaciones que se genera cuando los clientes comparten sus experiencias positivas de manera informal y directa.

«Nos hemos centrado en una política de calidad; el cliente que recibe un buen servicio lo recomienda», enfatiza Ventura. Esta filosofía empresarial se refleja en las reseñas favorables que reciben en redes sociales y en la alta tasa de retorno de visitantes, generando beneficios significativos en comparación con el costo inicial de la inversión.

Según datos del Observatorio MYPE, esta apuesta por la mejora continua de la calidad de productos y servicios es una estrategia adoptada por otros empresarios del sector turismo, especialmente para cumplir las exigencias de un público internacional cada vez más sofisticado.

Desafíos persistentes: infraestructura y gestión profesional

No obstante, la historia de Rusticanto también visibiliza los desafíos que enfrenta el sector. La falta de un diseño arquitectónico integral del sitio y los problemas logísticos asociados a la expansión son obstáculos comunes en el desarrollo de las MYPES ubicadas en zonas turísticas.

«Iniciamos de forma empírica y ahora estamos trabajando en un plan maestro para ordenar el crecimiento», comenta Ventura, quien reconoce que la toma de decisiones en negocios familiares implica procesos de negociación internos que a veces pueden ralentizar la implementación de mejoras. Esta reflexión evidencia la importancia de la profesionalización gradual de las empresas familiares.

Resiliencia ante la adversidad: lecciones post-pandemia

El informe del Observatorio MYPE subraya que las secuelas de la pandemia aún repercuten en la sostenibilidad de las micro y pequeñas empresas ubicadas en zonas turísticas. Rusticanto experimentó un aumento de visitantes durante la reapertura post-pandemia, pero en años recientes ha percibido una leve disminución, atribuible a los cambios en el comportamiento del turista y el surgimiento de nuevos competidores.

Esta realidad refuerza la importancia de desarrollar estrategias de diferenciación sostenibles y la necesidad de programas de acompañamiento técnico, financiamiento y promoción que permitan dinamizar la oferta turística local y fortalecer las capacidades de gestión empresarial.

Formación empresarial: el factor transformador

En el caso de Rusticanto, parte de su crecimiento estratégico ha sido posible gracias a la formación empresarial de su propietario. José Tito Ventura, graduado del nivel 1 del MBA Acelera de la Escuela LID, considera que esta experiencia le permitió profesionalizar la gestión del negocio, mejorar procesos internos y tomar decisiones más estructuradas.

«El MBA abrió bastante nuestra visión como empresarios, nos permitió visualizarnos como una empresa que deja un legado, como una empresa que apoya a la comunidad y que promueve el respeto por el medio ambiente», reflexiona Ventura. Esta transformación evidencia cómo la metodología de acompañamiento y aprendizaje de la Escuela LID, con su enfoque en conocimientos de aplicación inmediata, resulta clave para que las MYPES ubicadas en zonas turísticas enfrenten con éxito los desafíos del entorno actual y aprovechen nuevas oportunidades de crecimiento sostenible.

Perspectivas de desarrollo: hacia un turismo inclusivo

La experiencia de Rusticanto sugiere que las MYPES ubicadas en zonas turísticas pueden convertirse en catalizadores de desarrollo local cuando combinan innovación, calidad de servicio y visión empresarial profesional. Su capacidad para generar empleo local, preservar recursos naturales y crear experiencias auténticas para visitantes nacionales e internacionales demuestra el potencial transformador de estas iniciativas.

El desafío ahora radica en crear ecosistemas de apoyo que permitan replicar y escalar estos modelos exitosos, integrando programas de formación, financiamiento accesible y estrategias de promoción que fortalezcan la competitividad del sector turístico salvadoreño desde sus bases más sólidas: las microempresas y pequeñas empresas comprometidas con la excelencia y la sostenibilidad.

El liderazgo que transforma: una mirada desde el MBA ACELERA y las MYPES

Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera.

El liderazgo que transforma: una mirada desde el MBA ACELERA y las MYPES

«Dicotone nació cuando decidí darle un giro a mi vida profesional y emprender un proyecto junto a los artesanos de San Sebastián, de donde soy originaria. Esta tradición artesanal ha pasado de generación en generación, incluyendo a mis padres y abuelos. Así surgió Dicotone, con el objetivo de preservar esta hermosa herencia cultural y asegurarnos de que el arte del tejido en telar de pedal no se pierda. Cada pieza que creamos es un homenaje a nuestras tradiciones y un esfuerzo por mantener viva una historia que merece perdurar y contribuye al sustento de nuestro equipo de artesanos y sus familias.». — Liliana Barquero, fundadora y propietaria de Dicotone. 

Historias como la de Liliana muestran que en El Salvador miles de micro y pequeñas empresarias y empresarios se levantan cada día con un reto que va mucho más allá de vender, producir o pagar cuentas a fin de mes. La verdadera meta no es solo sobrevivir, sino crecer, dejar huella y convertirse en motores de transformación para sus comunidades.

Pero en un contexto tan exigente como el nuestro, lograrlo no depende solo de herramientas de gestión o recursos financieros. Depende, sobre todo, de algo más profundo: el liderazgo.

Más que gestionar: liderar para servir

Sin duda alguna, en el día a día de una MYPE la gestión es imprescindible: es necesario organizar recursos, cumplir con proveedores, responder a clientes y equilibrar costos. Sin embargo, cuando el negocio se queda solo en la gestión, termina siendo frágil: se vuelve vulnerable a la crisis, a la competencia desleal o a la falta de motivación de su propio equipo.

Aquí es donde entra en juego el liderazgo virtuoso, una pieza clave en el programa MBA ACELERA impulsado en El Salvador por la ONG ACTEC, de Bélgica, y la Fundación del Valle, de España, e implementado por la Escuela LID de FUSAI. Este liderazgo no se limita a dar órdenes ni a esperar resultados inmediatos. Es, ante todo, un liderazgo que pone a la persona en el centro, que inspira, que forma y que tiene pasión por servir.

Este enfoque se apoya en virtudes concretas: prudencia para tomar decisiones acertadas, justicia para dar a cada uno lo que le corresponde, fortaleza para resistir las dificultades, templanza para mantener la calma, humildad para reconocer límites y aprender de otros, y magnanimidad para aspirar a metas grandes que beneficien a toda la comunidad.

Un emprendimiento liderado con virtud se convierte, por pequeño que sea, en un motor de cambio local. Este liderazgo se refleja en decisiones diarias: pagar sueldos justos, capacitar al equipo, dar ejemplo de honestidad y solidaridad. Es un liderazgo que entiende que cada acción cuenta y que cada persona importa. Es un liderazgo que entiende que el trabajo bien hecho, el trabajo decente, dignifica.

De la supervivencia al propósito

Cuando se abraza este estilo de liderazgo, el emprendimiento deja de ser solo un medio de subsistencia. Se convierte en un proyecto con propósito. Cada tarea, por rutinaria que parezca, se conecta con algo más grande: dar oportunidades a otros, generar confianza, aportar al bien común.

Liliana no es un caso aislado. En el programa MBA ACELERA, decenas de empresarios descubren que su trabajo cotidiano puede transformar vidas más allá de su familia. Cada persona que recibe un trato justo, cada joven que aprende un oficio, cada proveedor que es pagado a tiempo, cada cliente que vuelve porque confía: todo suma para construir una red de impacto que crece desde lo pequeño.

Este cambio de mentalidad es uno de los mayores logros del programa: ayudar a los empresarios a pasar de una lógica de supervivencia —de apagar incendios cada día— a una lógica de propósito, donde la misión es tan importante como la utilidad.

El rol del MBA ACELERA: multiplicar impacto

¿Cómo se logra este cambio? No solo con clases o manuales. Se logra con acompañamiento real, y ahí entra el papel de los coaches del programa. Ellos no se limitan a repetir conceptos: escuchan, guían, motivan. Ayudan a cada empresario a poner en práctica el liderazgo virtuoso adaptado a su realidad. 

El MBA ACELERA es, en ese sentido, un puente entre la teoría de las mejores escuelas de negocios y la realidad cotidiana de quienes muchas veces se ven solos para tomar decisiones clave. Los coaches y expertos traducen modelos complejos a la medida de negocios pequeños que, sin embargo, pueden tener un impacto enorme cuando están bien dirigidos.

Una pregunta para reflexionar

En un país donde tantas MYPES luchan por salir adelante, hablar de liderazgo virtuoso no es un lujo: es una necesidad real. Porque cada negocio, grande o pequeño, es también una escuela de valores y un espacio de oportunidades para muchos.

Por eso la pregunta clave es sencilla, pero desafiante: ¿Qué tipo de líder quiero ser? ¿Uno que apaga incendios cada día o uno que construye, con cada decisión, una catedral? ¿Uno que manda o uno que sirve para transformar?

La respuesta no depende de grandes recursos ni de un contexto ideal. Depende de la elección de cada persona que, como Liliana, decide dar un paso más: pasar de dirigir un negocio a liderar una comunidad.

Escuela LID de FUSAI gradúa 51 empresarios con visión sostenible

Cohorte de graduados 2024-2025 del programa de FUSA MBA Acelera.

Escuela LID de FUSAI gradúa 51 empresarios con visión sostenible

En un ambiente de celebración y optimismo, 51 micro y pequeños empresarios salvadoreños recibieron su diploma de graduación de la Escuela LID, tras culminar satisfactoriamente el programa MBA Acelera. De este grupo, 41 completaron el Nivel 1 y 10 el Nivel 2, demostrando un firme compromiso con la sostenibilidad, la innovación y la transformación de sus negocios.

El programa MBA Acelera es una iniciativa de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) y ejecutada por la Escuela LID en el marco del proyecto AL INVEST Verde, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea. Esta apuesta busca fortalecer las capacidades de las micro y pequeñas empresas salvadoreñas, mediante la adopción de prácticas sostenibles y modelos de negocio más competitivos. 

La ceremonia de graduación contó con la presencia de autoridades que respaldan y acompañan este esfuerzo. La Ing. Mabel de Soundy, presidenta de FUSAI, felicitó a los graduados por el importante paso dado hacia la consolidación de sus empresas. También participaron Natalia Otamendi, delegada de asuntos de cooperación de la Unión Europea; Lito Ibarra, vicepresidente de la junta directiva de la Escuela LID; y Claudia Dueñas, gerente de la Escuela LID. Todos ellos subrayaron la importancia de la formación y la cooperación internacional para el crecimiento del sector de micro y pequeñas empresas (MYPE).

Natalia Otamendi, delegada de la Unión Europea, expresó: “La Unión Europea en El Salvador tiene tres áreas de trabajo fundamentales, y una de ellas es promover la innovación y la transición verde. En este sentido, momentos como el que hemos vivido hoy, son sumamente emocionantes, donde vemos cómo se culmina un proceso de formación para empresarios; con pequeñas iniciativas que se están haciendo cada vez más grandes, más sostenibles y más verdes”.

Una nueva forma de aprender, liderar y crecer

Una investigación del Observatorio MYPE revela que solo el 16.1% de los empresarios cuenta con estudios superiores, mientras que el 37.9% tiene algún grado de bachillerato y el 28.4% ha estudiado entre séptimo y noveno grado. Estas cifras resaltan la necesidad de este tipo de programas formativos.

Para Lito Ibarra, vicepresidente de la junta directiva de la Escuela LID, manifestó su orgullo por graduar a empresarios que han mejorado significativamente su rendimiento y su visión de los negocios. “Queremos seguir haciendo esto por el bien del país y agradecemos a todos los cooperantes que nos apoyan en este esfuerzo”, destacó. 

Durante el evento, los asistentes participaron en una conferencia magistral sobre transformación digital, una herramienta esencial para afrontar los desafíos empresariales actuales y futuros. Además, se compartieron testimonios conmovedores de empresarios que narraron cómo esta experiencia académica fortaleció sus capacidades de liderazgo, gestión y adaptación a los cambios del mercado. 

En este marco, se entregaron distinciones especiales a participantes destacados por su liderazgo, innovación y compromiso ambiental. Estas historias de éxito buscan inspirar a otras MYPE a seguir el camino de la formación y la mejora continua.

“Cuidar el ambiente no es caro, reduce costos y aparte que reduce costos, permite que nuestras empresas sean rentables a futuro, porque las necesidades son ilimitadas y los recursos son limitados”
Ricardo Morataya
Empresario LID

aseguró Ricardo Morataya, de la empresa Super Print, uno de los empresarios premiados en la categoría de “Implementación de buenas prácticas ambientales”. Morataya también destacó que el conocimiento adquirido en el programa no solo le permitió reducir sus costos, sino también aumentar sus ventas en un 33%.

Lilian Benítez, premiada en la categoría de “Crecimiento en ventas”, coincidió con Morataya. Para ella, el MBA Acelera le permitió aumentar sus ventas en un 100% y aplicar estrategias efectivas para gestionar los recursos de su empresa.

Un aspecto notable de esta graduación fue la significativa participación femenina en la transformación empresarial del país. De los 51 graduados, 30 son mujeres y 21 son hombres, una cifra que refleja el compromiso de la Escuela LID y del programa MBA Acelera con la equidad de género y el empoderamiento femenino en el sector MYPE. 

Todos estos logros han sido posibles gracias a la implementación de AL INVEST Verde por parte de sequa gGmbH, líder del Consorcio Ejecutor del Componente 1, financiado por la Comisión Europea y ejecutado por ACTEC, Fundación del Valle y FUSAI, con el acompañamiento de la Delegación de la Unión Europea en El Salvador.

Cuando el ingreso cae, todo se desmorona: dificultades financieras en la MYPE salvadoreña

RECTIFICACIÓN PÚBLICA

Desde el Observatorio MYPE de la ESCUELA LID de Fusai deseamos informar a nuestra audiencia que, por un error en el proceso editorial, se publicó el pasado 11 de julio de 2025, el artículo titulado «Cuando el ingreso cae, todo se desmorona: dificultades financieras en la MYPE salvadoreña», el cual no representa adecuadamente los principios fundamentales que guían nuestro trabajo. Reconocemos que dicho contenido no cumplió con los estándares de balance, objetividad y enfoque constructivo que caracterizan nuestras publicaciones.

El Observatorio MYPE se ha comprometido desde su creación a ofrecer análisis rigurosos, imparciales y orientados al fortalecimiento del ecosistema MYPE en El Salvador. Por tanto, lamentamos profundamente que este contenido pueda haber generado una percepción equivocada sobre nuestra identidad y línea editorial.

Hemos procedido a retirar el artículo de nuestros canales oficiales.

Agradecemos la comprensión de nuestros lectores y reafirmamos nuestro compromiso con una comunicación responsable, seria y objetiva. 

Equipo Editorial

Cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

Cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

«Cuando se habla de administrar financieramente un negocio, a muchos se les olvida que todo comienza con el desorden», menciona Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID de FUSAI, un programa que ha formado a más de 2,000 empresarios MYPE. Agrega: «Es común que muchos empresarios cuando van iniciando no lleven un control adecuado sobre los ingresos y salidas de dinero que tienen en sus negocios y no saben si al final del mes terminan ganando o perdiendo».

Esta realidad se evidencia en el Informe de Dinámica Empresarial del Observatorio MYPE, donde se revela que tres de cada diez empresarios identifican la gestión financiera como su mayor obstáculo. Esto equivale a más de 200,000 empresarios MYPE que no logran llevar un buen control de sus ingresos, gastos, inversiones y otros costos operativos.

Pensar en administración financiera puede parecer complejo, pero hay una pregunta clave que marca la diferencia: ¿entiendes tu flujo de caja?

¿Qué es el flujo de caja (y por qué importa tanto)?

El flujo de caja es, en palabras simples, la diferencia entre lo que entra y lo que sale de dinero en tu empresa. Las entradas son como ventas, cobros de clientes o préstamos; las salidas son como compras, pagos, sueldos, alquileres o cuotas.

Cuando el flujo de caja es positivo, puedes operar con tranquilidad. Cuando es negativo, entras en riesgo de no pagar a tiempo, endeudarte mal o incluso cerrar operaciones.

Conocer tu flujo de caja no requiere ser contador, pero sí es fundamental mantener un orden. Como comenta Roxana Girón, coordinadora de programas y coach empresarial de la Escuela LID: «Controlar tu flujo de caja no es llevar una contabilidad compleja. Es anotar, revisar y tomar decisiones simples pero estratégicas. Es saber con qué cuentas hoy y qué compromisos tienes mañana».

Cómo empezar a controlar tu flujo de caja (sin volverse loco)

Hay formas básicas de llevar tu flujo de caja, se puede llevar con papel y lápiz o con una hoja de Excel. Lo importante es empezar con lo que entiendes y puedes mantener actualizado.

Papel y lápiz: lo básico, pero efectivo

Una libreta dividida en dos columnas: entradas y salidas. Anota día a día cuánto vendiste y cuánto gastaste. Al final de la semana, haz la suma de cada lado y pregúntate: ¿Entró más de lo que salió? Bien. ¿Salió más? Hay que revisar.

Hoja de Excel: el paso siguiente

Puedes crear una tabla con fechas, categorías (ventas, compras, servicios, etc.) y totales semanales. Excel te permite ver tendencias: si hay semanas con gastos descontrolados o meses de baja venta. Un consejo útil para un mejor control es resaltar en rojo los días con flujo negativo. Visualizarlo te ayudará a actuar. "En los primeros pasos no es tan importante usar tecnología de punta", aclara Roxana Girón. "Lo importante es tener un hábito diario de registrar y revisar. Ese es el verdadero cambio".

Errores comunes al llevar el flujo de caja (y cómo evitarlos)

Llevar el control del flujo de caja puede parecer sencillo, pero al comenzar, muchas MYPE cometen errores que terminan distorsionando su verdadera situación financiera.

– Mezclar los gastos personales con los del negocio
Sacar dinero de la caja para pagar la comida en casa, cargar gasolina o cubrir un gasto de salud, sin anotarlo correctamente, puede generar un falso balance.

Roxana Girón lo resume así: «Aunque uses la misma cuenta bancaria, es importante saber qué dinero corresponde al negocio y qué es personal. Si no puedes separarlas en la vida, al menos sepáralas en el cuaderno. Esa claridad evita que tomes decisiones equivocadas».

– Olvidar los pequeños gastos del día a día
El agua embotellada para el local, el almuerzo del equipo, las fotocopias o incluso los viáticos pueden parecer montos menores, pero cuando no se registran, se convierten en fugas silenciosas. Con el tiempo, suman más de lo que parece.

– No tener una planificación para el futuro
Muchos empresarios registran únicamente lo que ya sucedió, pero no anotan compromisos por venir como cuotas de préstamos, pagos de sueldos o compras programadas. Sin esa previsión, es fácil caer en baches de liquidez o sobregirar el presupuesto del mes.

Roxana recomienda: «No se trata solo de anotar lo que pasó, sino de planificar lo que viene. Un buen flujo de caja se construye sumando los detalles diarios y anticipando los pagos grandes. Eso te da el control real».

– Revisar solo «cuando hay tiempo»
Finalmente, uno de los errores más críticos es revisar el flujo de caja solo «cuando hay tiempo». La revisión debe convertirse en hábito diario o, al menos, semanal. Roxana comenta: 

"El flujo de caja no se improvisa, se anticipa". Agregando: "El desorden financiero no se nota… hasta que ya es demasiado tarde". Por eso, llevar bien el flujo de caja no solo evita errores, también construye confianza y visión para el futuro".
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Un paso a la vez, pero con control y consistencia

Llevar bien el flujo de caja no solo ayuda a sobrevivir. También te da la base para tomar decisiones: ¿Puedo contratar a alguien más? ¿Puedo invertir en una nueva herramienta? ¿Estoy vendiendo, pero gastando demasiado? Tener un control sobre esto es un paso crucial que permitirá tener una administración financiera sólida.

Es también un requisito si algún día quieres acceder a un crédito formal. Como lo explica el Informe del Observatorio MYPE, muchos empresarios quedan fuera de la banca no porque su negocio sea malo, sino porque no pueden demostrar su flujo de dinero.

No necesitas ser contador ni tener una app sofisticada para entender tus finanzas. Solo necesitas tomar el control con lo que tienes hoy, ser constante y usar esa información para decidir mejor.

Como lo resume Roxana Girón: «Una empresa que conoce su flujo de caja, es una empresa que puede resistir, crecer y soñar. Lo importante no es tener grandes ingresos, sino saber cómo se mueven y a dónde van».

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