Escuela LID de FUSAI gradúa 51 empresarios con visión sostenible

Cohorte de graduados 2024-2025 del programa de FUSA MBA Acelera.

Escuela LID de FUSAI gradúa 51 empresarios con visión sostenible

En un ambiente de celebración y optimismo, 51 micro y pequeños empresarios salvadoreños recibieron su diploma de graduación de la Escuela LID, tras culminar satisfactoriamente el programa MBA Acelera. De este grupo, 41 completaron el Nivel 1 y 10 el Nivel 2, demostrando un firme compromiso con la sostenibilidad, la innovación y la transformación de sus negocios.

El programa MBA Acelera es una iniciativa de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) y ejecutada por la Escuela LID en el marco del proyecto AL INVEST Verde, una iniciativa cofinanciada por la Unión Europea. Esta apuesta busca fortalecer las capacidades de las micro y pequeñas empresas salvadoreñas, mediante la adopción de prácticas sostenibles y modelos de negocio más competitivos. 

La ceremonia de graduación contó con la presencia de autoridades que respaldan y acompañan este esfuerzo. La Ing. Mabel de Soundy, presidenta de FUSAI, felicitó a los graduados por el importante paso dado hacia la consolidación de sus empresas. También participaron Natalia Otamendi, delegada de asuntos de cooperación de la Unión Europea; Lito Ibarra, vicepresidente de la junta directiva de la Escuela LID; y Claudia Dueñas, gerente de la Escuela LID. Todos ellos subrayaron la importancia de la formación y la cooperación internacional para el crecimiento del sector de micro y pequeñas empresas (MYPE).

Natalia Otamendi, delegada de la Unión Europea, expresó: “La Unión Europea en El Salvador tiene tres áreas de trabajo fundamentales, y una de ellas es promover la innovación y la transición verde. En este sentido, momentos como el que hemos vivido hoy, son sumamente emocionantes, donde vemos cómo se culmina un proceso de formación para empresarios; con pequeñas iniciativas que se están haciendo cada vez más grandes, más sostenibles y más verdes”.

Una nueva forma de aprender, liderar y crecer

Una investigación del Observatorio MYPE revela que solo el 16.1% de los empresarios cuenta con estudios superiores, mientras que el 37.9% tiene algún grado de bachillerato y el 28.4% ha estudiado entre séptimo y noveno grado. Estas cifras resaltan la necesidad de este tipo de programas formativos.

Para Lito Ibarra, vicepresidente de la junta directiva de la Escuela LID, manifestó su orgullo por graduar a empresarios que han mejorado significativamente su rendimiento y su visión de los negocios. “Queremos seguir haciendo esto por el bien del país y agradecemos a todos los cooperantes que nos apoyan en este esfuerzo”, destacó. 

Durante el evento, los asistentes participaron en una conferencia magistral sobre transformación digital, una herramienta esencial para afrontar los desafíos empresariales actuales y futuros. Además, se compartieron testimonios conmovedores de empresarios que narraron cómo esta experiencia académica fortaleció sus capacidades de liderazgo, gestión y adaptación a los cambios del mercado. 

En este marco, se entregaron distinciones especiales a participantes destacados por su liderazgo, innovación y compromiso ambiental. Estas historias de éxito buscan inspirar a otras MYPE a seguir el camino de la formación y la mejora continua.

“Cuidar el ambiente no es caro, reduce costos y aparte que reduce costos, permite que nuestras empresas sean rentables a futuro, porque las necesidades son ilimitadas y los recursos son limitados”
Ricardo Morataya
Empresario LID

aseguró Ricardo Morataya, de la empresa Super Print, uno de los empresarios premiados en la categoría de “Implementación de buenas prácticas ambientales”. Morataya también destacó que el conocimiento adquirido en el programa no solo le permitió reducir sus costos, sino también aumentar sus ventas en un 33%.

Lilian Benítez, premiada en la categoría de “Crecimiento en ventas”, coincidió con Morataya. Para ella, el MBA Acelera le permitió aumentar sus ventas en un 100% y aplicar estrategias efectivas para gestionar los recursos de su empresa.

Un aspecto notable de esta graduación fue la significativa participación femenina en la transformación empresarial del país. De los 51 graduados, 30 son mujeres y 21 son hombres, una cifra que refleja el compromiso de la Escuela LID y del programa MBA Acelera con la equidad de género y el empoderamiento femenino en el sector MYPE. 

Todos estos logros han sido posibles gracias a la implementación de AL INVEST Verde por parte de sequa gGmbH, líder del Consorcio Ejecutor del Componente 1, financiado por la Comisión Europea y ejecutado por ACTEC, Fundación del Valle y FUSAI, con el acompañamiento de la Delegación de la Unión Europea en El Salvador.

Cuando el ingreso cae, todo se desmorona: dificultades financieras en la MYPE salvadoreña

Marcelo Rivera junto a una colaboradora del Taller Pits.

Cuando el ingreso cae, todo se desmorona: dificultades financieras en la MYPE salvadoreña

“Cuando llegaba al final del mes era muy difícil saber si estaba ganando o perdiendo, era como estar ciego”. Con estas palabras describe Marcelo Rivera, propietario de un taller mecánico en San Salvador, la realidad que viven miles de micro y pequeños empresarios (MYPE) en el país. 

Esta situación no solo amenaza la viabilidad de sus negocios, sino también la estabilidad personal y familiar de quienes los dirigen. Según el más reciente Informe de Dinámica Empresarial MYPE, más de 200 mil empresarios enfrentan dificultades con la gestión financiera, lo que ha afectado directamente la sostenibilidad de sus negocios. 

El detonante: caídas de ingresos y mala planificación

Según el informe, el 57% de los empresarios ha sufrido una reducción en sus ingresos, lo cual actúa como un disparador de múltiples problemas: desde la desorganización contable hasta el sobreendeudamiento. “Hay una dependencia diaria del ingreso, y cualquier variación puede alterar todo el equilibrio operativo”, explica Francisco Góchez, coordinador del estudio.

Rivera recuerda cómo, antes de implementar controles: “cuando llegaba al final del mes era muy difícil saber si estaba ganando o perdiendo, era como estar ciego”. Y agrega: “Fue luego que entré a la Escuela LID que me di cuenta del desorden que llevaba y comencé a ordenar todo. Ahora puedo tomar decisiones con más claridad y ya no vivo al día sin saber qué pasará mañana”. 

A esta baja en los ingresos se suman otras tensiones: el 34% de los empresarios reportó problemas para cubrir gastos operativos, y un 29% señaló los imprevistos como fuente constante de presión. Así mismo, el informe también señala que el 27% de los empresarios enfrenta deudas que superan su capacidad de pago, mientras que uno de cada cuatro no encuentra opciones viables de financiamiento formal. Según Luis Castillo, director del Observatorio MYPE, esta situación se agrava debido a la informalidad del sector:

“La falta de historial crediticio y garantías impide que muchos puedan acceder a la banca tradicional y los obliga a recurrir a prestamistas informales o usureros, que aplican tasas de interés elevadas y condiciones abusivas que terminan ahogando sus finanzas”.

Soluciones integrales para un problema complejo

Los datos del informe revelan que los problemas financieros que enfrentan las micro y pequeñas empresas (MYPE) no se limitan a cuestiones técnicas. Más bien, son el resultado de una combinación de factores: una gestión deficiente de los riesgos, una formación financiera insuficiente y un sistema financiero que no se adapta ni al ritmo ni a la escala de este tipo de empresas.

Cuando el flujo de caja se agota, no solo peligra la operación de una empresa. También se compromete el sustento de familias enteras y la continuidad de negocios construidos con años de esfuerzo.

Algunas experiencias avanzan en esa dirección. Una de ellas es la Escuela de Empresarios Líderes (LID), promovida por FUSAI. Rivera, beneficiario del programa, reconoce que su participación fue decisiva para ordenar sus cuentas y transformar la forma en que gestiona su negocio.

El modelo combina contenidos técnicos con mentoría empresarial y espacios colaborativos entre pares. La meta no es solo poner en orden los números, sino desarrollar una visión estratégica y un liderazgo con propósito.

“Lo que buscamos no es solo enseñar contabilidad”, explica Claudia Dueñas, gerente de la Escuela LID. “Queremos que el empresario desarrolle una mentalidad gerencial, que sepa ordenar su negocio, liderarlo con visión y que cuente con el acompañamiento necesario para lograrlo”.

Desde el sector público, los Centros de Desarrollo MYPE (CDMYPE), impulsados por CONAMYPE, ofrecen asesoría personalizada. Cada empresa puede trabajar con un asesor para fortalecer su estructura económica y crear condiciones que le permitan acceder a crédito.

Actualmente, existen 13 CDMYPE distribuidos estratégicamente en todo el país. Esto permite una cobertura nacional efectiva. Paul Steiner, presidente de CONAMYPE, destaca el papel de la entidad  en el desarrollo económico local: «El crecimiento del país depende directamente del fortalecimiento de las economías locales». Agrega: «El 99 % de las empresas en el país son micro y pequeñas, son el verdadero motor y fuerza de la economía, y le dan de comer a la mayoría de la población».

Un reto de cobertura y transformación del sistema financiero

A pesar de que estos programas están bien diseñados y alineados con las necesidades de las micro y pequeñas empresas (MYPE), se estima que su alcance es limitado, llegando a menos del 10% del total de MYPE. Esto presenta un reto urgente en términos de cobertura y escalabilidad para impactar a la mayoría de este sector productivo. 

“Más del 50% del sector MYPE está compuesto por empresarios de subsistencia, que viven de lo que venden en el día. Ante cualquier baja en sus ingresos, entran en crisis rápidamente. Una educación financiera bien enfocada puede ser clave para construir resiliencia y permitirles enfrentar estos momentos sin que todo se derrumbe”, sostiene Luis Castillo, director Corporativo de la Fundación de Apoyo Integral (FUSAI), una organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar las condiciones de vida de las familias salvadoreñas a través de diversas iniciativas y proyectos.

Más allá de fortalecer las capacidades internas de los empresarios, también es necesaria una transformación del ecosistema financiero. Francisco Góchez, coordinador del informe sobre la Dinámica Empresarial MYPE, lo resume así: “No podemos seguir evaluando a una microempresa con los mismos criterios de una empresa mediana. Eso solo perpetúa su exclusión”.

Ambos expertos coinciden en que la gestión financiera debe adquirir un nuevo significado. No se trata solo de ser más eficientes, sino de resistir, avanzar y dignificar el esfuerzo diario del empresario salvadoreño. “Administrar bien las finanzas no es solo sostener un negocio”, reflexiona Castillo. “Es sostener la vida misma del empresario, su familia y empleados. Alcanzar ese nivel requiere redoblar esfuerzos y avanzar hacia un apoyo verdaderamente integral”. Y en un entorno tan incierto, cuando el ingreso cae, no debería ser inevitable que todo se desmorone.  

Cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

Cómo entender tu flujo de caja sin ser contador

«Cuando se habla de administrar financieramente un negocio, a muchos se les olvida que todo comienza con el desorden», menciona Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID de FUSAI, un programa que ha formado a más de 2,000 empresarios MYPE. Agrega: «Es común que muchos empresarios cuando van iniciando no lleven un control adecuado sobre los ingresos y salidas de dinero que tienen en sus negocios y no saben si al final del mes terminan ganando o perdiendo».

Esta realidad se evidencia en el Informe de Dinámica Empresarial del Observatorio MYPE, donde se revela que tres de cada diez empresarios identifican la gestión financiera como su mayor obstáculo. Esto equivale a más de 200,000 empresarios MYPE que no logran llevar un buen control de sus ingresos, gastos, inversiones y otros costos operativos.

Pensar en administración financiera puede parecer complejo, pero hay una pregunta clave que marca la diferencia: ¿entiendes tu flujo de caja?

¿Qué es el flujo de caja (y por qué importa tanto)?

El flujo de caja es, en palabras simples, la diferencia entre lo que entra y lo que sale de dinero en tu empresa. Las entradas son como ventas, cobros de clientes o préstamos; las salidas son como compras, pagos, sueldos, alquileres o cuotas.

Cuando el flujo de caja es positivo, puedes operar con tranquilidad. Cuando es negativo, entras en riesgo de no pagar a tiempo, endeudarte mal o incluso cerrar operaciones.

Conocer tu flujo de caja no requiere ser contador, pero sí es fundamental mantener un orden. Como comenta Roxana Girón, coordinadora de programas y coach empresarial de la Escuela LID: «Controlar tu flujo de caja no es llevar una contabilidad compleja. Es anotar, revisar y tomar decisiones simples pero estratégicas. Es saber con qué cuentas hoy y qué compromisos tienes mañana».

Cómo empezar a controlar tu flujo de caja (sin volverse loco)

Hay formas básicas de llevar tu flujo de caja, se puede llevar con papel y lápiz o con una hoja de Excel. Lo importante es empezar con lo que entiendes y puedes mantener actualizado.

Papel y lápiz: lo básico, pero efectivo

Una libreta dividida en dos columnas: entradas y salidas. Anota día a día cuánto vendiste y cuánto gastaste. Al final de la semana, haz la suma de cada lado y pregúntate: ¿Entró más de lo que salió? Bien. ¿Salió más? Hay que revisar.

Hoja de Excel: el paso siguiente

Puedes crear una tabla con fechas, categorías (ventas, compras, servicios, etc.) y totales semanales. Excel te permite ver tendencias: si hay semanas con gastos descontrolados o meses de baja venta. Un consejo útil para un mejor control es resaltar en rojo los días con flujo negativo. Visualizarlo te ayudará a actuar. "En los primeros pasos no es tan importante usar tecnología de punta", aclara Roxana Girón. "Lo importante es tener un hábito diario de registrar y revisar. Ese es el verdadero cambio".

Errores comunes al llevar el flujo de caja (y cómo evitarlos)

Llevar el control del flujo de caja puede parecer sencillo, pero al comenzar, muchas MYPE cometen errores que terminan distorsionando su verdadera situación financiera.

– Mezclar los gastos personales con los del negocio
Sacar dinero de la caja para pagar la comida en casa, cargar gasolina o cubrir un gasto de salud, sin anotarlo correctamente, puede generar un falso balance.

Roxana Girón lo resume así: «Aunque uses la misma cuenta bancaria, es importante saber qué dinero corresponde al negocio y qué es personal. Si no puedes separarlas en la vida, al menos sepáralas en el cuaderno. Esa claridad evita que tomes decisiones equivocadas».

– Olvidar los pequeños gastos del día a día
El agua embotellada para el local, el almuerzo del equipo, las fotocopias o incluso los viáticos pueden parecer montos menores, pero cuando no se registran, se convierten en fugas silenciosas. Con el tiempo, suman más de lo que parece.

– No tener una planificación para el futuro
Muchos empresarios registran únicamente lo que ya sucedió, pero no anotan compromisos por venir como cuotas de préstamos, pagos de sueldos o compras programadas. Sin esa previsión, es fácil caer en baches de liquidez o sobregirar el presupuesto del mes.

Roxana recomienda: «No se trata solo de anotar lo que pasó, sino de planificar lo que viene. Un buen flujo de caja se construye sumando los detalles diarios y anticipando los pagos grandes. Eso te da el control real».

– Revisar solo «cuando hay tiempo»
Finalmente, uno de los errores más críticos es revisar el flujo de caja solo «cuando hay tiempo». La revisión debe convertirse en hábito diario o, al menos, semanal. Roxana comenta: 

"El flujo de caja no se improvisa, se anticipa". Agregando: "El desorden financiero no se nota… hasta que ya es demasiado tarde". Por eso, llevar bien el flujo de caja no solo evita errores, también construye confianza y visión para el futuro".
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Un paso a la vez, pero con control y consistencia

Llevar bien el flujo de caja no solo ayuda a sobrevivir. También te da la base para tomar decisiones: ¿Puedo contratar a alguien más? ¿Puedo invertir en una nueva herramienta? ¿Estoy vendiendo, pero gastando demasiado? Tener un control sobre esto es un paso crucial que permitirá tener una administración financiera sólida.

Es también un requisito si algún día quieres acceder a un crédito formal. Como lo explica el Informe del Observatorio MYPE, muchos empresarios quedan fuera de la banca no porque su negocio sea malo, sino porque no pueden demostrar su flujo de dinero.

No necesitas ser contador ni tener una app sofisticada para entender tus finanzas. Solo necesitas tomar el control con lo que tienes hoy, ser constante y usar esa información para decidir mejor.

Como lo resume Roxana Girón: «Una empresa que conoce su flujo de caja, es una empresa que puede resistir, crecer y soñar. Lo importante no es tener grandes ingresos, sino saber cómo se mueven y a dónde van».

María demostró que la economía circular no es solo para grandes empresas

María Esther Saldaña.

María demostró que la economía circular no es solo para grandes empresas

“Aquí nada se desperdicia”, dice María Esther Saldaña, mientras prepara el alimento para sus cerdos. Lo dice con orgullo y la certeza de quien ha aprendido que emprender no es solo producir: es cuidar, transformar y sembrar futuro en la tierra que la vio nacer.

María Esther vive en el cantón Loma Larga, en el distrito de Tacuba. A sus 59 años, lidera una microempresa que se ha convertido en un ecosistema de sostenibilidad, colaboración y resiliencia. Se dedica a la ganadería, con una crianza de 12 cerdos aproximadamente, cultiva hortalizas, produce café bajo su propia marca y sueña, junto a otras mujeres, con lanzar una segunda marca colectiva. Para María Esther, emprender no es solo una fuente de ingresos: es un compromiso con su entorno, con otras mujeres y con el futuro.

Emprender con propósito: una visión integral

Cada paso que ha dado María Esther ha sido consciente. Desde asistir a capacitaciones para fortalecer su gestión empresarial o para operar un biodigestor, todas sus decisiones reflejan un firme compromiso con la sostenibilidad y el bienestar colectivo. 

El biodigestor, un sistema que transforma desechos orgánicos, como heces o residuos vegetales en energía limpia, es una herramienta valiosa para promover la sostenibilidad y mejorar la calidad de vida en diversas comunidades.

“Ya tenía la materia prima, solo me faltaba la tecnología”
María Esther
Microempresaria

María Esther lo ve como una oportunidad para reducir la contaminación del suelo y como una forma de disminuir costos, pues disminuye el uso de gas propano. 

Ella accedió a un crédito a través del Programa Solidario Comunitario (PSC) de FUSAI, recibió acompañamiento técnico y validó una convicción personal: las soluciones sostenibles también pueden ser accesibles para las mujeres que viven en zonas rurales.

El corazón económico del país late en lo pequeño

Historias como la de María Esther dan rostro a una realidad muchas veces ignorada: las microempresas representan más el 99% del tejido económico nacional. En este universo, las mujeres lideran aproximadamente el 60% de empresas en el sector aunque en su mayoría se concentran los sectores económicos menos rentables, según datos del Observatorio MYPE.

Sin embargo, el crecimiento de estas empresas no depende únicamente del esfuerzo individual. Depende también de un entorno que elimine barreras estructurales y potencie su capacidad transformadora.

En El Salvador, solo un pequeño porcentaje de las microempresas lideradas por mujeres logra alcanzar niveles de acumulación ampliada (8.8%) o expansión (3.1%) que se caracterizan por generar mayores ingresos, empleos y mejores condiciones de vida. La mayoría, más del 88%, se mantiene en condiciones de subsistencia o acumulación simple, con ingresos mínimos, escasa capacidad de inversión y empleos de baja calidad.

Liderazgo femenino que transforma

A pesar de estos desafíos, María Esther ha construido mucho más que un negocio. Es una referencia en su comunidad y una promotora de redes entre mujeres. Cree en el poder de la colaboración y está aliándose con otras emprendedoras para lanzar una nueva marca de café que represente no solo su producto, sino sus valores.

Esta apuesta es significativa, especialmente cuando se considera que las mujeres propietarias suelen concentrarse en sectores como el comercio y los servicios, tradicionalmente menos rentables. Y, sin embargo, las microempresas femeninas en los estratos más avanzados logran cerrar las brechas salariales, e incluso, en algunos casos, ofrecen mejores condiciones laborales que las lideradas por hombres.

¿Qué puede marcar la diferencia en el crecimiento de una microempresa? El acceso a crédito, la capacitación adecuada, el acompañamiento empresarial y el tiempo.

Los retos invisibles que enfrentan las mujeres empresarias

El caso de María Esther también refleja los múltiples roles que asumen muchas microempresarias: proveedoras de ingresos, responsables del negocio, cuidadoras principales del hogar. El 35% de las mujeres en microempresas de expansión o acumulación ampliada asumen solas el trabajo doméstico y de cuidado, lo que reduce su tiempo disponible para crecer profesionalmente y cuidar de sí mismas.

Además, una parte importante de estas empresarias enfrenta dificultades estructurales para renovar créditos, ya sea por falta de historial crediticio, deudas previas o informalidad. Aunque muchas de ellas acceden a internet, un tercio aún no utiliza herramientas digitales para comercializar, y muchas carecen de cultura de ahorro o servicios financieros activos.

Estas realidades requieren una respuesta integral. Las políticas públicas y programas de apoyo alcanzan su mayor impacto cuando se enfocan en eliminar los obstáculos reales que enfrentan las mujeres con mayor potencial de crecimiento: educación financiera, tiempo propio, acceso a mercados, tecnología y redes de apoyo.

La revolución silenciosa. Cómo las MYPES salvadoreñas están descubriendo el poder de las redes sociales

La revolución silenciosa. Cómo las MYPES salvadoreñas están descubriendo el poder de las redes sociales

El despertar digital de los pequeños empresarios

Todos los días, María Esther Saldaña se despierta antes del amanecer en Tacuba, Ahuachapán. Mientras prepara los tamales que venderá ese día, toma su teléfono y publica una fotografía en sus historias de WhatsApp. Minutos más tarde, los pedidos comienzan a llegar. Lo que hace cinco años era impensable para esta criadora de cerdos y comerciante de productos cárnicos, hoy se ha convertido en  una importante herramienta de ventas.

«Cada vez que voy a tener venta de tamales, chicharrones o cualquier otro producto lo difundo en las historias, y la gente me escribe para hacer sus pedidos», cuenta María Esther, quien sin saberlo forma parte de una revolución silenciosa que está transformando el rostro empresarial de las micro y pequeñas empresas (MYPES) en El Salvador.

La realidad detrás de los números

Según datos del Observatorio MYPE 2023, el panorama digital de las pequeñas empresas salvadoreñas revela un proceso de adaptación constante a las nuevas herramientas tecnológicas: mientras el 40.8% utiliza WhatsApp como canal principal de comercialización, solo el 15.7% aprovecha Facebook, y apenas el 1.1% usa Instagram. Más revelador aún es que únicamente el 1.9% cuenta con página web propia.

Estos porcentajes no reflejan resistencia al cambio, sino una adaptación pragmática a las herramientas más accesibles. El 76.4% de las MYPES accede a internet principalmente a través del teléfono móvil, lo que explica por qué WhatsApp se ha convertido en el canal predilecto: es inmediato, directo y funciona perfectamente en los dispositivos que ya poseen.

Whatsapp canal principal de comercialización de las MYPES
40.8%

Más allá de la venta: construyendo relaciones

Para Gilberto Amador, experto en redes sociales con más de ocho años trabajando con marcas nacionales e internacionales, el potencial de las plataformas digitales va mucho más allá de las transacciones comerciales. «Las redes sociales no solo son para vender, sino para crear relaciones», enfatiza, señalando un cambio de paradigma que muchas MYPES aún no han descubierto.

Esta perspectiva cobra relevancia cuando se considera que el 40.4% de las MYPES todavía no utiliza ninguna plataforma digital para comercializar sus productos. «Una imagen sólida transmite confianza, y la confianza genera ventas», asegura Amador, quien ve en esta brecha una oportunidad extraordinaria para que los pequeños empresarios transformen no solo sus ventas, sino la percepción que los clientes tienen de sus negocios.

El factor emocional: la clave olvidada

María Catalina Canales conoce bien el poder de las emociones en los negocios. Esta empresaria, dedicada a la deshidratación de frutas que distribuye en ferias gastronómicas y exporta al extranjero, ha visto cómo sus clientes no solo compran productos, sino que muestran un interés en conocer el origen, la producción y el proceso de elaboración de estos alimentos..

«Quiero hacer mi página web, quiero hacer fotos, quiero hacer videos, pero necesito a alguien que me explique cómo hacerlo», reconoce Canales, articulando una necesidad que comparten miles de emprendedores salvadoreños: el deseo de profesionalizar su imagen digital sin perder la esencia humana que caracteriza a los negocios familiares.

Cinco estrategias para la transformación digital

Basándose en su experiencia trabajando con empresas de diferentes tamaños, Amador propone cinco estrategias específicas para que las MYPES construyan una presencia digital auténtica y efectiva.

Humanizar la marca a través de historias reales

Las MYPES tienen una ventaja competitiva que las grandes corporaciones envidian: autenticidad. Mostrar el rostro humano del negocio, desde los clientes satisfechos hasta la historia personal de los empresarios, crea conexiones emocionales que ningún presupuesto publicitario puede comprar.

Diseñar con propósito, no solo con estética

La consistencia visual no requiere grandes inversiones. Usar plantillas, colores y estilos que reflejen la esencia de la marca contribuye a crear una identidad reconocible. Herramientas gratuitas como Canva pueden marcar la diferencia entre parecer amateur o profesional.

Publicar con intención estratégica

Cada publicación debe comunicar algo significativo o responder a una necesidad específica de la audiencia. No se trata de publicar por publicar, sino de pensar qué mensaje se quiere transmitir con cada contenido.

Convertir cada interacción en una oportunidad

Cada comentario o mensaje privado es una oportunidad para fortalecer el vínculo con los clientes. La calidez en las respuestas puede ser el factor diferenciador que convierta a un cliente ocasional en un embajador de la marca.

Aprovechar la inteligencia artificial como aliada

Herramientas como ChatGPT pueden ayudar a generar ideas, escribir textos atractivos y optimizar el tiempo dedicado a la creación de contenido. Para empresarios con recursos limitados, la IA democratiza el acceso a herramientas de marketing que antes eran exclusivas de grandes empresas.

Los errores que pueden costar caro

La experiencia de Amador trabajando con diferentes tipos de empresas le ha permitido identificar patrones de errores comunes que las MYPES deben evitar. El principal: enfocarse únicamente en vender.

"Cuando una empresa solo habla de sus productos y precios, pierde la oportunidad de conectar emocionalmente con su audiencia"
Amador
Experto en RRSS

Otros errores frecuentes incluyen publicar sin estrategia definida, ignorar los comentarios de los usuarios, y no aprovechar herramientas gratuitas que podrían facilitar significativamente la gestión de redes sociales.

El futuro está en las manos de los emprendedores

La transformación digital de las MYPES salvadoreñas no es solo una cuestión tecnológica; es una evolución cultural que requiere cambiar la mentalidad sobre cómo se hacen negocios en el siglo XXI. Las herramientas están disponibles, muchas de ellas gratuitas o de bajo costo. Lo que falta es la capacitación y el acompañamiento para que emprendedores como María Esther y María Catalina puedan explotar todo el potencial de estas plataformas.

La historia de estas dos mujeres demuestra que la digitalización de las MYPES no es solo posible, sino inevitable. La pregunta no es si las pequeñas empresas salvadoreñas adoptarán las redes sociales, si no cuan rápido podrán hacerlo para no quedarse atrás en un mercado cada vez más competitivo.

Las redes sociales han demostrado ser más que un canal de venta: son el puente que conecta la tradición empresarial salvadoreña con las oportunidades del mundo digital. Para las MYPES que sepan aprovechar esta herramienta, el futuro promete ser no solo más rentable, sino también más humano y conectado con sus comunidades.

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

Segunda parte

En los últimos años, el Gobierno de El Salvador ha implementado importantes iniciativas dirigidas a facilitar la formalización empresarial y promover la integración comercial de las MYPES. La aprobación de las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), vigente desde febrero de 2024, permite que una sola persona constituya formalmente un negocio con un capital social mínimo de $1, eliminando una barrera histórica para muchos microempresarios.

Además, la reforma al artículo 20 de la Ley para Facilitar la Inclusión Financiera, vigente desde noviembre de 2023, permite abrir cuentas bancarias con solo presentar el DUI, sin monto mínimo. Esto ha sido clave para reducir la brecha de bancarización que afecta al sector.

Plataformas digitales como «Crea Empresa» y Simple.sv han simplificado trámites gubernamentales, integrando servicios de Múltiples instituciones en un solo portal. Por otro lado, el sistema Transfer365, lanzado por el Banco Central de Reserva en 2022, permite realizar transferencias interbancarias utilizando únicamente el número de celular, democratizando el acceso a servicios financieros básicos.

CONAMYPE también ha desarrollado programas específicos, como el Programa de Garantía para la Micro y Pequeña Empresa y el Fondo para el Emprendimiento y Capital de Trabajo, destinando $15 millones en total para apoyar al sector.

Sin embargo, según la última encuesta nacional de CONAMYPE (2017):

MYPES sin registro de IVA
74.78%
MYPES operando como personas naturales
93.7%

Esto indica que, aunque hay avances, aún queda mucho camino por recorrer para que estos instrumentos lleguen efectivamente a quienes más los necesitan.

La experiencia regional muestra caminos posibles. En Costa Rica, el sector de carne bovina ha sido un caso exitoso tras el TLC con China. El protocolo sanitario para ese producto se aprobó en octubre de 2012 y ya en 2015 se registró exportaciones por $10 millones. Para 2020, esa cifra ascendió a $59,7 millones, mostrando un crecimiento del 497% en cinco años. Este ejemplo demuestra que los tratados de libre comercio bien negociados pueden ser impulsores del desarrollo económico, siempre que vayan acompañados de políticas públicas que fortalezcan a los sectores más vulnerables.

En el Perú, la empresa FERVAL SAC inició sus actividades en 2011 ofreciendo productos orgánicos como harina de maca, quinua y cacao. En abril de 2018 comenzó a trabajar junto con Myperuglobal y su aliado estratégico en el país de destino, iniciando un proceso de preparación e internacionalización para la exportación de sus productos al mercado norteamericano. Este caso ilustra cómo el acompañamiento técnico y el acceso a redes comerciales internacionales pueden transformar una pequeña empresa local en un actor global.

Un comercio exterior incluido

Los modelos empresariales de franquicia están cobrando fuerza poco a poco en El Salvador. Desde 2019, al menos 37 franquicias han consolidado este mecanismo de negocio, según la Corporación de Exportadores de El Salvador (COEXPORT). Al menos dos de estas compañías han llevado sus franquicias fuera del país, en rubros como café y alimentos. Esto abre una nueva puerta para que las MYPES puedan escalar sus operaciones sin necesidad de invertir grandes capitales.

Los tratados de libre comercio bien negociados pueden ampliar oportunidades y robustecer la competitividad, pero no son multas en sí mismos. La política comercial de El Salvador exige tanto la firma de acuerdos como la creación de un entorno favorable que fomente la participación y el beneficio genuino de las empresas. Es crucial establecer condiciones efectivas y accesibles para garantizar que el tejido empresarial, sobre todas las Mypes, pueda sacar el máximo partido a las oportunidades que brinda el comercio internacional.

La apertura de mercados debe buscar la inclusión y el beneficio de quienes forman el núcleo productivo nacional. Como señala el Observatorio MYPE de FUSAI, un modelo de liberalización comercial sin inclusión corre el riesgo de debilitar la capacidad productiva de las micro y pequeñas empresas.

Rutas hacia la integración productiva

La historia de Emma Martínez, quien pasó de vender dulces en paradas de autobuses a consolidar ChocoExpress, podría replicarse miles de veces si existieran puentes más efectivos entre el talento microempresarial y las oportunidades que ofrecen los mercados internacionales.

Los avances institucionales recientes —desde las SAS hasta las plataformas digitales de formalización— representan herramientas que podrían facilitar este proceso, aunque su implementación efectiva requiere mayor difusión y adaptación a las realidades del microempresario.

La pregunta no es si el país debe abrirse a China u otros mercados, sino cómo hacerlo incluyendo al 99% del empresariado que, hasta ahora, ha permanecido al margen de los beneficios del comercio. La respuesta se encuentra en las voces, experiencias y propuestas de los propios microempresarios, quienes han demostrado repetidamente su capacidad de transformación cuando encuentran las condiciones adecuadas para prosperar.

Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera.

Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Una empresa puede crecer en tamaño pero carecer de propósito. Crecer en ingresos, pero estancarse en el sentido. Tener clientes, pero no comunidad. “El liderazgo no es brillar, es iluminar”, dice Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera, dirigido a gerentes y ejecutivos. 

Su frase rompe la idea dominante de que el éxito empresarial se mide solo en logros personales. Esa lógica de brillar por uno mismo, que ha sido promovida durante décadas, sigue presente en El Salvador y en países con grandes economías. En nuestro país —donde el 99 % del parque empresarial lo forman MYPE y casi la mitad son de subsistencia—, cada decisión cuenta. Los recursos son escasos. Es comprensible que muchos empresarios se enfoquen en el “yo”. ¿Pero qué pasaría si ese “yo” comenzara a pensar en el “nosotros”?

La ambición tradicional: más ventas, menos sentido

La frase de Santiago Martínez no solo cuestiona una idea instalada, también abre la puerta a otra manera de entender el liderazgo. ¿Y si la ambición no fuera solo escalar o vender más? ¿Y si también pudiera significar elevar a otros, hacer crecer al equipo y mejorar su entorno? En el universo MYPE, donde las presiones son intensas y el éxito suele vivirse en solitario, esta visión puede sonar disruptiva. 

Para muchos empresarios de micro y pequeñas empresas, el éxito significa vender más y crecer rápido. Y no es difícil entender por qué.  La mayoría enfrenta una batalla diaria contra la falta de recursos, la incertidumbre del mercado y la presión de sostener su negocio y su familia. En ese entorno, la lógica de “salvarme yo primero” parece inevitable.

Esta lógica, sin embargo, cuando se vuelve permanente, puede encerrar al empresario en una rutina agotadora: perseguir metas sin preguntarse para qué, o a costa de quién. Es ahí donde la ambición enfocada solo en resultados personales tiende a dejar fuera lo más valioso: el equipo humano, la confianza del entorno, la posibilidad de construir algo que perdure.

“La ambición se vuelve la búsqueda de la gloria por la gloria misma, el beneficio individual está por encima de todo”. Así, el negocio puede crecer en cifras, pero quedarse vacío de propósito, advierte Santiago Martínez.

Liderar con propósito: cuando el éxito es colectivo

Frente a la ambición centrada en el logro personal, Martínez propone una forma distinta de liderar: poner el talento y los recursos al servicio de otros. No se trata de dejar de crecer, sino de redefinir para qué se crece. Esta visión propone una ambición más profunda y transformadora: buscar grandes metas no solo por su rentabilidad, sino por el impacto que pueden tener en la vida de otros. En las MYPE, donde los equipos son pequeños, liderar con propósito puede contribuir a generar más compromiso, más sentido de pertenencia y mejores resultados a largo plazo.

Martínez lo resume con claridad: “la magnanimidad es la búsqueda de grandes cosas por la grandeza que tienen, por el servicio que puedo ofrecer a otras personas a través de esas grandes cosas”. Bajo esta lógica, el éxito no se mide solo en números, sino en cuánto bien se puede generar desde el rol empresarial.

Liderar con propósito no es solo una apuesta ética; también tiene un efecto práctico.  Cuando un empresario cambia el “yo” por el “nosotros”, el impacto se nota en la forma en que las personas trabajan, se relacionan y rinden. Una empresa donde se sirve y se escucha no solo es más humana, también es más fuerte.

Martínez lo explica así: “las virtudes no solo cambian nuestro comportamiento, sino también nuestra forma de pensar […] y por eso quieres elevar al otro hacia su excelencia personal”. Este liderazgo basado en virtudes genera equipos más comprometidos, ambientes de mayor confianza y empresas más resilientes.

Esta experiencia se refleja también en los datos. Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID —una escuela que ha graduado a más de 2,000 empresarios con una metodología orientada al liderazgo con propósito—, coincide:

“cuando un empresario comienza a mirar más allá de sus propias metas y empieza a trabajar en su interior, el cambio se nota en toda la empresa. Las personas se involucran más, y el ambiente mejora porque hay un propósito común”.
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Según el Observatorio MYPE de la Escuela LID de FUSAI, el 27.9 % de los empresarios salvadoreños encuentra en el trabajo y la estabilidad económica una de sus principales fuentes de felicidad. Además, un 13.6 % considera que una mayor empatía con su entorno haría su vida más satisfactoria. Esto revela algo clave: el bienestar empresarial no se construye solo con ingresos, sino también con relaciones sanas y sentido compartido.

Cuando se lidera para servir, los colaboradores se sienten parte de algo más grande, los clientes lo perciben y la empresa gana no solo en resultados, sino en reputación y sostenibilidad. Como afirma Martínez: “El servicio no es una estrategia. El servicio es un llamado”.

Los efectos positivos del liderazgo con propósito abren una nueva posibilidad para las MYPE. En estos negocios, donde el camino nunca es fácil y cada logro se conquista con esfuerzo, es natural querer asegurar primero lo propio. Pero como lo demuestra la experiencia de quienes lideran con sentido, también es posible crecer haciendo crecer a los demás.

“No eres solo un gerente, eres un líder que quiere lo mejor de todos en la empresa que lideras”, dice Martínez. Y esa convicción es la que transforma un negocio común en una comunidad con propósito. Servir no significa renunciar al éxito, sino redefinirlo.

Así que, si hoy diriges una MYPE, detente un momento y pregúntate: ¿estoy liderando para ganar solo yo, o para que ganemos todos? La respuesta puede ser el inicio de una nueva forma de crecer: más humana, más sostenible, más verdadera.

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

Primera parte

En un momento en que El Salvador se encuentra negociando la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, surge una realidad ineludible: el país necesita exportar. Sin embargo, detrás de esta necesidad económica subyace un desafío estructural y social profundo: el 76% de las micro y pequeñas empresas (MYPES) ​​del país operan bajo la informalidad, según revela el informe El Estado de la MYPE 2024 del Observatorio MYPE de FUSAI.

Esta cifra no solo es un número estadístico; representa a cientos de millas de salvadoreños cuyo talento empresarial permanece sin explotar para aprovechar las oportunidades del comercio global. La historia de Emma Martínez, quien comenzó a vender dulces en paradas de autobuses y hoy lidera ChocoExpress, refleja la trayectoria de millas de emprendedoras salvadoreñas. Su éxito, documentado por el Observatorio MYPE, es el testimonio de cómo el talento y la dedicación pueden dar lugar a empresas exitosas, siempre y cuando existen las condiciones adecuadas.

Pero ¿qué sucede con los demás? ¿Cómo pueden estas MYPES integrarse al mercado internacional si más del 99% del tejido empresarial nacional enfrenta barreras insalvables para aprovechar las nuevas oportunidades comerciales?

La paradoja de una economía fragmentada

Aunque el libre comercio suele presentarse como sinónimo de modernización y crecimiento, en economías donde predominan unidades productivas informales y desarticuladas, la apertura comercial puede convertirse en una paradoja. Se expanden los flujos comerciales, pero los beneficios no llegan a quienes realmente mueven la economía cotidiana.

Costa Rica ofrece una lección valiosa. Tras firmar su TLC con China en 2011, los sectores tradicionales fueron desplazados por importaciones de bajo costo. La falta de una estrategia de adaptación resultó en cierres de negocios y pérdida de empleos. Por otro lado, países como Chile y Ecuador han demostrado que es posible negociar acuerdos más inclusivos, incorporando cláusulas de cooperación técnica o priorizando sectores donde ya existían ventajas competitivas.

Esta cifra no debe leerse como un fracaso, sino como una señal del potencial inexplorado que existe en el país.

Formación y acceso al conocimiento

Otra dimensión del problema es educativa. Según el Observatorio MYPE de FUSAI, seis de cada diez empresarios MYPE solo cursaron hasta noveno grado o menos. Pero esto no significa falta de inteligencia o capacidad, sino la necesidad de estrategias de formación adaptadas a sus realidades específicas.

Claudia Vázquez, alumna de la Escuela LID de FUSAI, logró transformar su negocio gracias al acceso a conocimientos técnicos y herramientas prácticas. Su experiencia demuestra que incluso una empresa artesanal puede encontrar oportunidades en mercados más amplios si se le brinda acompañamiento adecuado.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, también encontró una forma innovadora de proteger su cultivo de café mediante trampas fabricadas con botellas plásticas y alcohol. A partir de las capacitaciones recibidas, no solo mejoró su cosecha, sino que pudo acceder a compradores directos. Este tipo de iniciativas ilustra cómo el conocimiento aplicado puede transformar realidades.

Integración estratégica, sin aislamiento

La solución no radica en proteger a las MYPES mediante el aislamiento, sino en integrarlas estratégicamente al ecosistema productivo nacional. Para ello, se requieren herramientas concretas: plataformas digitales simplificadas para comercialización, programas de formación técnica vinculados a cadenas productivas dinámicas, financiamiento orientado a mejorar procesos básicos de calidad, y esquemas de asociatividad que permitan sumar volúmenes.

Un ejemplo exitoso es el de la cooperativa ACOPAJ, que en 2020 alcanzó ventas por más de $450,000 en exportaciones, duplicando lo obtenido en 2019. Esto demuestra que, cuando se establecen las condiciones adecuadas, las MYPES pueden competir en mercados internacionales.

Historias de transformación posible

Las cooperativas de mujeres productoras de café en las montañas de Ahuachapán han encontrado formas innovadoras de asociarse para alcanzar volúmenes exportables, según documenta el Instituto Salvadoreño del Café. Estas iniciativas no solo generan ingresos, sino también empoderamiento femenino y sostenibilidad ambiental.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, señala las trampas que ha instalado en su finca de café y sonríe mientras explica que esos artefactos, hechos con botellas de plástico y alcohol, atrapan plagas de manera efectiva. Desde que recibió la capacitación en 2019, no solo mejoró su cosecha, sino que logró vender directamente a compradores internacionales.

Estas historias demuestran que el talento existe, la voluntad está presente. Como veremos en la segunda parte de este artículo, el Estado tiene un papel central para que ese potencial pueda florecer plenamente.

(Continúa la próxima semana)

MBA ACELERA de ESCUELA LID de Fusai desafía el modelo tradicional de apoyo a las MYPES

Margarita Galdámez, empresaria graduada MBA Acelera.

MBA ACELERA de ESCUELA LID de Fusai desafía el modelo tradicional de apoyo a las MYPES

Félix Ventura comenzó con nada. Literalmente. Ni un centavo en la cuenta bancaria, sin contabilidad, sin estrategia y con más desacuerdos que acuerdos con su hermano, con quien compartía la gestión de su pequeña empresa. “Yo no sabía qué era un plan de negocios, ni cómo delegar. Hacía todo a ojo”, recuerda. Sus decisiones eran intuitivas, muchas veces impulsivas, y los errores operativos se acumulaban. No había estructura, ni visión de crecimiento.

Hoy, Félix lidera su empresa Grupo Orgánica con siete empleados, ha incorporado inteligencia artificial en algunos procesos operativos, segmenta a sus clientes con precisión y ha lanzado productos innovadores. “El programa MBA Acelera me abrió la mente”, dice. “Ahora tengo claridad, sé a dónde quiero llegar y cómo organizarme para lograrlo”.

Un sector vital, pero profundamente fragmentado

El sector de la micro y pequeña empresa (MYPE) representa uno de los pilares de la economía salvadoreña. Sin embargo, su contribución al desarrollo sigue limitada por brechas persistentes. Según datos del Observatorio MYPE 2024, el 66% de los empresarios se encuentra en el segmento de subsistencia, operando en condiciones precarias y con escasa capacidad de acumulación o innovación.

Esta cifra revela una verdad incómoda: la mayoría de las MYPE no logran evolucionar hacia etapas de crecimiento sostenido. Pero más allá del estancamiento general, el estudio resalta un hecho muchas veces ignorado en el diseño de políticas públicas: la heterogeneidad del sector. Existen al menos cinco segmentos empresariales con realidades y necesidades distintas, desde la subsistencia hasta el alto impacto, lo que exige enfoques diferenciados y no recetas genéricas.

“A menudo se aplican soluciones iguales para todos los sectores, cuando en realidad los perfiles son muy diversos”, señala Luis Castillo, director del Observatorio MYPE. “No es lo mismo intervenir en una empresa de subsistencia que carece de capacidad de inversión, que en una pequeña empresa que se encuentra en una etapa de consolidación con una visión exportadora”.

Distribución de la MYPE en El Salvador

MYPES de subsistencia
67%
MYPES de acumulación simple
13%
MYPES de acumulación ampliada
7%
MYPES en expansión
7%
Pequeña empresa
5%

Brechas y obstáculos que pasan desapercibidos

El desarrollo empresarial depende en buena medida de tres factores críticos: formación, formalización y adopción tecnológica. En estos tres frentes, el sector MYPE enfrenta serios desafíos.

De acuerdo con el informe «El Estado Actual de la MYPE 2023», solo el 26.4% de los empresarios ha cursado estudios de bachillerato, y apenas el 14% ha accedido a educación técnica o superior. Esto significa que la mayoría de los emprendedores, alrededor del 60%, operan sus negocios sin tener un conocimiento sólido de las herramientas básicas para gestionar una empresa adecuadamente. 

Por otra parte, la informalidad alcanza al 76% del sector de las MYPE. Esto significa que solo dos de cada diez empresarios estarían en condiciones mínimas para integrarse a cadenas de valor dinámicas, como las del turismo o la construcción, donde se requiere cumplir con estándares formales para poder contratar servicios o adquirir productos.

Además, en este segmento existe una importante brecha digital. Según el estudio sobre medios electrónicos y digitales en la MYPE (2023), publicado por el Observatorio MYPE, cuatro de cada diez empresarios no utilizan ningún recurso digital en sus operaciones. Esta cifra se eleva al 50% en el segmento de subsistencia.

Hacia un nuevo paradigma: buscar los diamantes del sector y pulirlos para que brillen y crezcan

En este contexto, la aparición de enfoques alternativos como el programa MBA Acelera marca una sólida alternativa  por replantear el modo en que se apoya a la MYPE. El programa administrado por la Fundación de Apoyo Integral (FUSAI), a través de LID, propone una ruptura metodológica con el enfoque tradicional de apoyo a las MYPE.

De acuerdo con Roxana Girón, coordinadora de la Escuela LID, explica que este modelo innovador se construye sobre la idea de que el empresario no es un beneficiario pasivo, sino un actor transformador. “Trabajamos desde su realidad, pero apostamos por desarrollar habilidades que le permitan crecer como persona y como líder empresarial”, agrega.

MBA Acelera no ofrece capacitaciones genéricas ni paquetes cerrados de asistencia. Su diseño contempla rutas diferenciadas según el perfil del empresario, con una combinación de contenidos técnicos y de liderazgo. El enfoque humanista y antropológico es central: se ve al empresario como un sujeto integral, con incidencia en su entorno familiar y comunitario.

Daniel Turiel, director de la ONG ACTEC —organización con presencia en Asia, África y América Latina— señala:

“esta metodología parte de la realidad concreta del empresario MYPE. Lo que la hace diferente es su capacidad transformadora: combina un enfoque disruptivo con herramientas prácticas que el empresario aplica desde el primer día”
Daniel Turiel
Director de ACTEC ONG

El programa MBA Acelera fue lanzado oficialmente el pasado 3 de junio en un evento que contó con la participación de actores clave de la cooperación internacional, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ONU Mujeres, UNICEF, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), la Delegación de la Unión Europea en El Salvador y la Fundación del Valle El Salvador. El programa también cuenta con el respaldo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)

Un enfoque fresco y con potencial

“El gran reto es cómo acompañamos al empresario desde donde están, sin imponer modelos académicos inaccesibles ni limitarnos a repartir conocimientos teóricos”, sostiene Castillo. “Programas como este abren esa posibilidad”.

Lo interesante es que, al introducir criterios de segmentación consciente y redes de apoyo sostenibles, se favorece una lógica de evolución empresarial. No se trata de “graduar” a todos hacia el éxito inmediato, si no de trazar caminos realistas que permitan avanzar hacia una mejor calidad de vida para sus empleados, familias y el mismo empresario.

De la anécdota al cambio estructural

Félix, quien hace apenas dos años discutía con su hermano por cómo dividir las tareas en una empresa sin rumbo, ahora lidera equipos, delega con confianza y trabaja bajo una hoja de ruta clara. Lo que antes era improvisación, hoy es estrategia. “Ahora sé que no estoy solo. Y que, si me organizo, puedo crecer”, afirma.

El verdadero desafío para el desarrollo de la MYPE salvadoreña no radica únicamente en expandir la cobertura de programas, sino en cambiar el lente con el que se observa y se actúa sobre el sector. Reconocer su diversidad interna y responder con estrategias adaptativas puede ser la clave para romper décadas de fragmentación.

La aparición de enfoques como MBA Acelera no debe verse como una fórmula mágica, sino como una invitación a repensar, y a dejar de concebir a los empresarios como cifras agregadas y comenzar a verlos como sujetos con historias, capacidades y aspiraciones. En esa transformación, quizá, se encuentre el impulso que el sector ha estado esperando.

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Paul Steiner, presidente de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de El Salvador. Foto: CONAMYPE

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Resultados prometedores, con importantes desafíos por delante

La Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) presentó un informe detallado sobre el uso de los fondos provenientes de FANTEL. Los datos son reveladores: en los pasados cinco años más de 37,000 micro y pequeñas empresas (MYPE) se han beneficiado de este esfuerzo institucional. Las iniciativas se han enfocado en tres áreas clave: formalización empresarial, acceso a financiamiento y fortalecimiento de la competitividad.

El impacto financiero directo ha sido significativo. Durante el quinquenio, la institución canalizó cerca de 1.5 millones de dólares en concepto de capital semilla, fortaleciendo directamente la capacidad productiva de aproximadamente 840 empresas. Paralelamente, destinó 77,000 dólares en fondos no reembolsables destinados a emprendimientos turísticos, un reconocimiento a la relevancia estratégica y al dinamismo que ha experimentado este sector en los últimos años.

Estos logros adquieren una dimensión especial cuando se analiza la función económica y social que desempeñan las MYPE en el tejido productivo nacional. Con más de dos millones de salvadoreños que encuentran en estas empresas su principal fuente de sustento, este sector representa un pilar para el desarrollo nacional.

Resultados e impactos

Las acciones ejecutadas por CONAMYPE con fondos FANTEL demuestran que la entidad tiene un enfoque preciso hacia las problemáticas más críticas que aquejan al sector MYPE, con especial atención en la superación de la informalidad empresarial. En el periodo mencionado, la institución implementó más de 17,000 procesos de asistencia técnica y formalización, proporcionando respuestas puntuales y necesarias frente a uno de los obstáculos más persistentes del sector. Recientes datos del Observatorio MYPE revelan que el 76% de estas empresas continúa operando bajo condiciones informales, evidenciando la magnitud del desafío estructural.

Procesos de asistencia técnica por CONAMYPE

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La informalidad empresarial genera un círculo vicioso que limita drásticamente las posibilidades de acceso a servicios financieros formales, programas gubernamentales especializados y mercados más amplios y competitivos, perpetuando así la vulnerabilidad económica y laboral de miles de emprendedores. 

En este contexto desafiante, el capital semilla proporcionado por CONAMYPE representa una ventana de oportunidad invaluable para aquellos emprendedores tradicionalmente excluidos de los servicios financieros convencionales. Durante el período analizado, la asignación focalizada de 1.5 millones de dólares en capital semilla logró apoyar 840 MYPE, con resultados reportados como significativos.

Por otra parte, el apoyo financiero dirigido específicamente al sector turístico ha llegado en un momento oportuno, considerando la importancia económica creciente que ha adquirido esta actividad. Aunque este sector ha demostrado un dinamismo excepcional en tiempos recientes, numerosas MYPE aún no logran capitalizar plenamente las oportunidades emergentes. Según datos del Observatorio MYPE, el 87% de las empresas ubicadas en zonas con potencial turístico continúan enfrentando secuelas económicas importantes, manifestadas principalmente en endeudamiento persistente y dificultades significativas para acceder a mercados estables y rentables.

Logros de CONAMYPE con fondos FANTEL en este quinquenio

Las MYPES establecidas en zonas turísticas consideran fundamental complementar el apoyo financiero actual con otras iniciativas estatales adicionales de carácter integral. Entre estas destacan la organización y promoción sistemática de eventos turísticos, identificada como prioridad por el 60.9% de los empresarios consultados, así como las inversiones en infraestructura turística, reconocidas como fundamentales por el 46.1% de los encuestados. 

Como lo ha advertido el Observatorio MYPE, para explotar plenamente el potencial económico transformador de las micro y pequeñas empresas, se requiere de un apoyo integral, coordinado y sostenido en el tiempo.

Un objetivo que demanda mayores recursos

Si bien las cifras de empresas beneficiadas por los programas de FANTEL resultan genuinamente alentadoras en términos absolutos, la realidad es que continúan siendo limitado cuando se analizan en términos relativos y proporcionales. Las más de 37,000 empresas alcanzadas hasta este momento representan apenas el 5% del universo total nacional del sector MYPE, lo que evidencia que la cobertura actual aún se encuentra lejos de satisfacer las necesidades del de este sector. De manera similar, las asistencias técnicas, aunque oportunas y valiosas, alcanzan solamente al 2% de las empresas que operan en condiciones informales, revelando la magnitud del reto que se tiene por delante.

En síntesis, los avances obtenidos a través del aprovechamiento estratégico de los recursos FANTEL por parte de CONAMYPE durante estos cinco años de gestión son claros y positivos, reflejando fielmente el compromiso institucional con el fortalecimiento integral del sector MYPE. 

Durante este período, según cifras publicadas, CONAMYPE operó con aproximadamente 80 millones de dólares, que incluye alrededor de 35.51 millones provenientes de fuentes adicionales diversificadas. Las cifras son significativas, pero existe un amplio consenso técnico y político sobre la necesidad de asignar recursos sustanciales a un sector tan diverso e importante para la generación masiva de empleos en el país.

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