Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera.

Replantear la ambición: del “yo” al “nosotros”, una nueva visión para liderar una MYPE con propósito

Una empresa puede crecer en tamaño pero carecer de propósito. Crecer en ingresos, pero estancarse en el sentido. Tener clientes, pero no comunidad. “El liderazgo no es brillar, es iluminar”, dice Santiago Martínez, empresario, catedrático y formador del programa MBA Acelera, dirigido a gerentes y ejecutivos. 

Su frase rompe la idea dominante de que el éxito empresarial se mide solo en logros personales. Esa lógica de brillar por uno mismo, que ha sido promovida durante décadas, sigue presente en El Salvador y en países con grandes economías. En nuestro país —donde el 99 % del parque empresarial lo forman MYPE y casi la mitad son de subsistencia—, cada decisión cuenta. Los recursos son escasos. Es comprensible que muchos empresarios se enfoquen en el “yo”. ¿Pero qué pasaría si ese “yo” comenzara a pensar en el “nosotros”?

La ambición tradicional: más ventas, menos sentido

La frase de Santiago Martínez no solo cuestiona una idea instalada, también abre la puerta a otra manera de entender el liderazgo. ¿Y si la ambición no fuera solo escalar o vender más? ¿Y si también pudiera significar elevar a otros, hacer crecer al equipo y mejorar su entorno? En el universo MYPE, donde las presiones son intensas y el éxito suele vivirse en solitario, esta visión puede sonar disruptiva. 

Para muchos empresarios de micro y pequeñas empresas, el éxito significa vender más y crecer rápido. Y no es difícil entender por qué.  La mayoría enfrenta una batalla diaria contra la falta de recursos, la incertidumbre del mercado y la presión de sostener su negocio y su familia. En ese entorno, la lógica de “salvarme yo primero” parece inevitable.

Esta lógica, sin embargo, cuando se vuelve permanente, puede encerrar al empresario en una rutina agotadora: perseguir metas sin preguntarse para qué, o a costa de quién. Es ahí donde la ambición enfocada solo en resultados personales tiende a dejar fuera lo más valioso: el equipo humano, la confianza del entorno, la posibilidad de construir algo que perdure.

“La ambición se vuelve la búsqueda de la gloria por la gloria misma, el beneficio individual está por encima de todo”. Así, el negocio puede crecer en cifras, pero quedarse vacío de propósito, advierte Santiago Martínez.

Liderar con propósito: cuando el éxito es colectivo

Frente a la ambición centrada en el logro personal, Martínez propone una forma distinta de liderar: poner el talento y los recursos al servicio de otros. No se trata de dejar de crecer, sino de redefinir para qué se crece. Esta visión propone una ambición más profunda y transformadora: buscar grandes metas no solo por su rentabilidad, sino por el impacto que pueden tener en la vida de otros. En las MYPE, donde los equipos son pequeños, liderar con propósito puede contribuir a generar más compromiso, más sentido de pertenencia y mejores resultados a largo plazo.

Martínez lo resume con claridad: “la magnanimidad es la búsqueda de grandes cosas por la grandeza que tienen, por el servicio que puedo ofrecer a otras personas a través de esas grandes cosas”. Bajo esta lógica, el éxito no se mide solo en números, sino en cuánto bien se puede generar desde el rol empresarial.

Liderar con propósito no es solo una apuesta ética; también tiene un efecto práctico.  Cuando un empresario cambia el “yo” por el “nosotros”, el impacto se nota en la forma en que las personas trabajan, se relacionan y rinden. Una empresa donde se sirve y se escucha no solo es más humana, también es más fuerte.

Martínez lo explica así: “las virtudes no solo cambian nuestro comportamiento, sino también nuestra forma de pensar […] y por eso quieres elevar al otro hacia su excelencia personal”. Este liderazgo basado en virtudes genera equipos más comprometidos, ambientes de mayor confianza y empresas más resilientes.

Esta experiencia se refleja también en los datos. Roxana Girón, coordinadora de programas de la Escuela LID —una escuela que ha graduado a más de 2,000 empresarios con una metodología orientada al liderazgo con propósito—, coincide:

“cuando un empresario comienza a mirar más allá de sus propias metas y empieza a trabajar en su interior, el cambio se nota en toda la empresa. Las personas se involucran más, y el ambiente mejora porque hay un propósito común”.
Roxana Girón
Coordinadora de programas Escuela LID

Según el Observatorio MYPE de la Escuela LID de FUSAI, el 27.9 % de los empresarios salvadoreños encuentra en el trabajo y la estabilidad económica una de sus principales fuentes de felicidad. Además, un 13.6 % considera que una mayor empatía con su entorno haría su vida más satisfactoria. Esto revela algo clave: el bienestar empresarial no se construye solo con ingresos, sino también con relaciones sanas y sentido compartido.

Cuando se lidera para servir, los colaboradores se sienten parte de algo más grande, los clientes lo perciben y la empresa gana no solo en resultados, sino en reputación y sostenibilidad. Como afirma Martínez: “El servicio no es una estrategia. El servicio es un llamado”.

Los efectos positivos del liderazgo con propósito abren una nueva posibilidad para las MYPE. En estos negocios, donde el camino nunca es fácil y cada logro se conquista con esfuerzo, es natural querer asegurar primero lo propio. Pero como lo demuestra la experiencia de quienes lideran con sentido, también es posible crecer haciendo crecer a los demás.

“No eres solo un gerente, eres un líder que quiere lo mejor de todos en la empresa que lideras”, dice Martínez. Y esa convicción es la que transforma un negocio común en una comunidad con propósito. Servir no significa renunciar al éxito, sino redefinirlo.

Así que, si hoy diriges una MYPE, detente un momento y pregúntate: ¿estoy liderando para ganar solo yo, o para que ganemos todos? La respuesta puede ser el inicio de una nueva forma de crecer: más humana, más sostenible, más verdadera.

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

El Salvador necesita exportar… pero las MYPES aún no están preparadas

Primera parte

En un momento en que El Salvador se encuentra negociando la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, surge una realidad ineludible: el país necesita exportar. Sin embargo, detrás de esta necesidad económica subyace un desafío estructural y social profundo: el 76% de las micro y pequeñas empresas (MYPES) ​​del país operan bajo la informalidad, según revela el informe El Estado de la MYPE 2024 del Observatorio MYPE de FUSAI.

Esta cifra no solo es un número estadístico; representa a cientos de millas de salvadoreños cuyo talento empresarial permanece sin explotar para aprovechar las oportunidades del comercio global. La historia de Emma Martínez, quien comenzó a vender dulces en paradas de autobuses y hoy lidera ChocoExpress, refleja la trayectoria de millas de emprendedoras salvadoreñas. Su éxito, documentado por el Observatorio MYPE, es el testimonio de cómo el talento y la dedicación pueden dar lugar a empresas exitosas, siempre y cuando existen las condiciones adecuadas.

Pero ¿qué sucede con los demás? ¿Cómo pueden estas MYPES integrarse al mercado internacional si más del 99% del tejido empresarial nacional enfrenta barreras insalvables para aprovechar las nuevas oportunidades comerciales?

La paradoja de una economía fragmentada

Aunque el libre comercio suele presentarse como sinónimo de modernización y crecimiento, en economías donde predominan unidades productivas informales y desarticuladas, la apertura comercial puede convertirse en una paradoja. Se expanden los flujos comerciales, pero los beneficios no llegan a quienes realmente mueven la economía cotidiana.

Costa Rica ofrece una lección valiosa. Tras firmar su TLC con China en 2011, los sectores tradicionales fueron desplazados por importaciones de bajo costo. La falta de una estrategia de adaptación resultó en cierres de negocios y pérdida de empleos. Por otro lado, países como Chile y Ecuador han demostrado que es posible negociar acuerdos más inclusivos, incorporando cláusulas de cooperación técnica o priorizando sectores donde ya existían ventajas competitivas.

Esta cifra no debe leerse como un fracaso, sino como una señal del potencial inexplorado que existe en el país.

Formación y acceso al conocimiento

Otra dimensión del problema es educativa. Según el Observatorio MYPE de FUSAI, seis de cada diez empresarios MYPE solo cursaron hasta noveno grado o menos. Pero esto no significa falta de inteligencia o capacidad, sino la necesidad de estrategias de formación adaptadas a sus realidades específicas.

Claudia Vázquez, alumna de la Escuela LID de FUSAI, logró transformar su negocio gracias al acceso a conocimientos técnicos y herramientas prácticas. Su experiencia demuestra que incluso una empresa artesanal puede encontrar oportunidades en mercados más amplios si se le brinda acompañamiento adecuado.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, también encontró una forma innovadora de proteger su cultivo de café mediante trampas fabricadas con botellas plásticas y alcohol. A partir de las capacitaciones recibidas, no solo mejoró su cosecha, sino que pudo acceder a compradores directos. Este tipo de iniciativas ilustra cómo el conocimiento aplicado puede transformar realidades.

Integración estratégica, sin aislamiento

La solución no radica en proteger a las MYPES mediante el aislamiento, sino en integrarlas estratégicamente al ecosistema productivo nacional. Para ello, se requieren herramientas concretas: plataformas digitales simplificadas para comercialización, programas de formación técnica vinculados a cadenas productivas dinámicas, financiamiento orientado a mejorar procesos básicos de calidad, y esquemas de asociatividad que permitan sumar volúmenes.

Un ejemplo exitoso es el de la cooperativa ACOPAJ, que en 2020 alcanzó ventas por más de $450,000 en exportaciones, duplicando lo obtenido en 2019. Esto demuestra que, cuando se establecen las condiciones adecuadas, las MYPES pueden competir en mercados internacionales.

Historias de transformación posible

Las cooperativas de mujeres productoras de café en las montañas de Ahuachapán han encontrado formas innovadoras de asociarse para alcanzar volúmenes exportables, según documenta el Instituto Salvadoreño del Café. Estas iniciativas no solo generan ingresos, sino también empoderamiento femenino y sostenibilidad ambiental.

Mercedes Molina, participante de un proyecto financiado por FIAES, señala las trampas que ha instalado en su finca de café y sonríe mientras explica que esos artefactos, hechos con botellas de plástico y alcohol, atrapan plagas de manera efectiva. Desde que recibió la capacitación en 2019, no solo mejoró su cosecha, sino que logró vender directamente a compradores internacionales.

Estas historias demuestran que el talento existe, la voluntad está presente. Como veremos en la segunda parte de este artículo, el Estado tiene un papel central para que ese potencial pueda florecer plenamente.

(Continúa la próxima semana)

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Paul Steiner, presidente de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de El Salvador. Foto: CONAMYPE

CONAMYPE rinde cuentas de los resultados de los fondos FANTEL para las MYPES

Resultados prometedores, con importantes desafíos por delante

La Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) presentó un informe detallado sobre el uso de los fondos provenientes de FANTEL. Los datos son reveladores: en los pasados cinco años más de 37,000 micro y pequeñas empresas (MYPE) se han beneficiado de este esfuerzo institucional. Las iniciativas se han enfocado en tres áreas clave: formalización empresarial, acceso a financiamiento y fortalecimiento de la competitividad.

El impacto financiero directo ha sido significativo. Durante el quinquenio, la institución canalizó cerca de 1.5 millones de dólares en concepto de capital semilla, fortaleciendo directamente la capacidad productiva de aproximadamente 840 empresas. Paralelamente, destinó 77,000 dólares en fondos no reembolsables destinados a emprendimientos turísticos, un reconocimiento a la relevancia estratégica y al dinamismo que ha experimentado este sector en los últimos años.

Estos logros adquieren una dimensión especial cuando se analiza la función económica y social que desempeñan las MYPE en el tejido productivo nacional. Con más de dos millones de salvadoreños que encuentran en estas empresas su principal fuente de sustento, este sector representa un pilar para el desarrollo nacional.

Resultados e impactos

Las acciones ejecutadas por CONAMYPE con fondos FANTEL demuestran que la entidad tiene un enfoque preciso hacia las problemáticas más críticas que aquejan al sector MYPE, con especial atención en la superación de la informalidad empresarial. En el periodo mencionado, la institución implementó más de 17,000 procesos de asistencia técnica y formalización, proporcionando respuestas puntuales y necesarias frente a uno de los obstáculos más persistentes del sector. Recientes datos del Observatorio MYPE revelan que el 76% de estas empresas continúa operando bajo condiciones informales, evidenciando la magnitud del desafío estructural.

Procesos de asistencia técnica por CONAMYPE

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La informalidad empresarial genera un círculo vicioso que limita drásticamente las posibilidades de acceso a servicios financieros formales, programas gubernamentales especializados y mercados más amplios y competitivos, perpetuando así la vulnerabilidad económica y laboral de miles de emprendedores. 

En este contexto desafiante, el capital semilla proporcionado por CONAMYPE representa una ventana de oportunidad invaluable para aquellos emprendedores tradicionalmente excluidos de los servicios financieros convencionales. Durante el período analizado, la asignación focalizada de 1.5 millones de dólares en capital semilla logró apoyar 840 MYPE, con resultados reportados como significativos.

Por otra parte, el apoyo financiero dirigido específicamente al sector turístico ha llegado en un momento oportuno, considerando la importancia económica creciente que ha adquirido esta actividad. Aunque este sector ha demostrado un dinamismo excepcional en tiempos recientes, numerosas MYPE aún no logran capitalizar plenamente las oportunidades emergentes. Según datos del Observatorio MYPE, el 87% de las empresas ubicadas en zonas con potencial turístico continúan enfrentando secuelas económicas importantes, manifestadas principalmente en endeudamiento persistente y dificultades significativas para acceder a mercados estables y rentables.

Logros de CONAMYPE con fondos FANTEL en este quinquenio

Las MYPES establecidas en zonas turísticas consideran fundamental complementar el apoyo financiero actual con otras iniciativas estatales adicionales de carácter integral. Entre estas destacan la organización y promoción sistemática de eventos turísticos, identificada como prioridad por el 60.9% de los empresarios consultados, así como las inversiones en infraestructura turística, reconocidas como fundamentales por el 46.1% de los encuestados. 

Como lo ha advertido el Observatorio MYPE, para explotar plenamente el potencial económico transformador de las micro y pequeñas empresas, se requiere de un apoyo integral, coordinado y sostenido en el tiempo.

Un objetivo que demanda mayores recursos

Si bien las cifras de empresas beneficiadas por los programas de FANTEL resultan genuinamente alentadoras en términos absolutos, la realidad es que continúan siendo limitado cuando se analizan en términos relativos y proporcionales. Las más de 37,000 empresas alcanzadas hasta este momento representan apenas el 5% del universo total nacional del sector MYPE, lo que evidencia que la cobertura actual aún se encuentra lejos de satisfacer las necesidades del de este sector. De manera similar, las asistencias técnicas, aunque oportunas y valiosas, alcanzan solamente al 2% de las empresas que operan en condiciones informales, revelando la magnitud del reto que se tiene por delante.

En síntesis, los avances obtenidos a través del aprovechamiento estratégico de los recursos FANTEL por parte de CONAMYPE durante estos cinco años de gestión son claros y positivos, reflejando fielmente el compromiso institucional con el fortalecimiento integral del sector MYPE. 

Durante este período, según cifras publicadas, CONAMYPE operó con aproximadamente 80 millones de dólares, que incluye alrededor de 35.51 millones provenientes de fuentes adicionales diversificadas. Las cifras son significativas, pero existe un amplio consenso técnico y político sobre la necesidad de asignar recursos sustanciales a un sector tan diverso e importante para la generación masiva de empleos en el país.

Participantes del evento

Mercados en transformación: una mirada desde las MYPES salvadoreñas

Mercados en transformación: una mirada desde las MYPES salvadoreñas

La nueva gestión de mercados: oportunidad para repensar el comercio local

La reciente propuesta del Ejecutivo a la Asamblea Legislativa para crear la Dirección Nacional de Mercados plantea una transformación profunda en la administración de los espacios públicos destinados al comercio. Esta iniciativa, que busca centralizar la gestión de los mercados municipales, tradicionalmente bajo control de las autoridades locales,  representa un cambio estructural significativo.

A partir del reconocimiento de que una política y estrategia de ordenamiento para los mercados es necesaria, a continuación se presenta un análisis preliminar que considera las perspectivas de quienes día a día sostienen sus negocios en estos espacios. Este análisis evalúa tanto las oportunidades como los desafíos que traería consigo esta transformación.

Mercados municipales: puerta de entrada para el emprendimiento

Los mercados municipales han funcionado históricamente como puntos de encuentro económico a pequeña escala, y para muchos emprendedores representan el primer paso hacia la generación de ingresos independientes. El sector MYPE, que concentra el 76% de su actividad en la economía informal, encuentra en estos espacios una oportunidad para operar sin las barreras que impone el mercado formal.

"Para la mayoría de microempresarios, los mercados son su única puerta de entrada al comercio. Son puntos de subsistencia y sostenibilidad económica para muchas familias".
Francisco Góchez
Especialista del Observatorio MYPE

La relevancia de esta observación pone en evidencia la necesidad de que cualquier reforma en la gestión de espacios comerciales públicos tome en cuenta las características particulares de este segmento empresarial. A diferencia de las empresas más grandes, las MYPE suelen funcionar como unidades familiares, con ingresos variables y limitados. Además, enfrentan importantes obstáculos para acceder a servicios financieros formales y a mecanismos de protección social.

Estas características tienen implicaciones directas en relación con los requisitos de registro sistemático y los pagos periódicos que implica un régimen formal de administración de mercados.. La naturaleza cíclica de muchos negocios -con temporadas altas y bajas claramente marcadas según el calendario comercial, agrícola o escolar- puede dificultar el cumplimiento de obligaciones financieras fijas que no contemplen estas fluctuaciones. Un sistema que exija pagos uniformes durante todo el año sin considerar estas variaciones, se volvería insostenible para muchos microempresarios durante los períodos de menor actividad comercial.

Asimismo, la estrecha vinculación entre economía familiar y empresarial hace que las emergencias domésticas (enfermedades, gastos educativos inesperados, reparaciones en vivienda, accidentes) impacten directamente en la capacidad de cumplimiento de obligaciones fijas de largo plazo. Cuando los ingresos del negocio apenas cubren las necesidades básicas del hogar, cualquier imprevisto familiar puede comprometer seriamente la viabilidad económica del emprendimiento y su capacidad para mantenerse al día con pagos regulares.

Por ello, un modelo efectivo de formalización de mercados debería contemplar mecanismos de flexibilidad como: sistemas de pago diferenciados según temporadas comerciales, fondos de contingencia para situaciones de emergencia, períodos de gracia ante dificultades justificadas, o esquemas escalonados de formalización que permitan una adaptación gradual a las nuevas responsabilidades. Estas consideraciones no constituyen privilegios injustificados, sino reconocimiento de realidades operativas que, si son ignoradas, podrían convertir una iniciativa de ordenamiento en un factor de exclusión económica.

El desafío tributario: entre la formalización y la capacidad económica real

Un componente central de la propuesta del órgano ejecutivo es su vinculación con el sistema tributario y de seguridad social. La Dirección Nacional de Mercados buscaría integrar a los comerciantes informales en registros oficiales, estableciendo sus derechos y sus responsabilidades fiscales.

El estudio «El Estado de la MYPE 2024» revela una realidad contundente: apenas el 17% de este sector declara IVA. La principal razón que mencionan los empresarios para no tributar es que sus ingresos no son suficientes para afrontar las cargas impositivas, lo que evidencia una brecha entre las aspiraciones normativas de formalización y la capacidad económica real del sector.

Declaración de IVA en el sector MYPE
17%

Este dato,sin embargo, no debe interpretarse como una resistencia al cumplimiento tributario. El mismo estudio señala que el 42.2% de los empresarios encuestados reconoce que quienes utilizan espacios comunes y servicios públicos deben contribuir fiscalmente, siempre que dicha contribución sea proporcional a su capacidad económica.

«Existe disposición a contribuir por parte de las MYPE, pero esa voluntad debe ser entendida desde su realidad: ingresos inestables, falta de protección social y escaso margen de maniobra», enfatiza Góchez.

El especialista complementa esta visión: «Las cargas tributarias deben diseñarse considerando no solo la capacidad de pago actual, sino también las características del comportamiento empresarial  futuro que estas medidas podrían generar o inhibir».

Más allá del tributo: ¿qué valoran las MYPE del sistema público?

Una reciente investigación del Observatorio MYPE, aunque no indaga específicamente sobre la disponibilidad de pago por obtener puestos en mercados nacionales, sí examinó las percepciones de los empresarios sobre los servicios que más valoran a cambio de posibles pagos impositivos. Este enfoque nos permite entender mejor las prioridades del sector en materia de beneficios estatales y posibles contraprestaciones.

Los estudios del Observatorio MYPE ofrecen una perspectiva reveladora sobre las prioridades del sector en materia de protección social a cambio de potenciales pagos impositivos o tasas:

Estos resultados muestran que las preocupaciones del sector trascienden lo puramente comercial y se conectan con la seguridad y estabilidad del entorno familiar.

Como señala Góchez, «el bienestar del entorno familiar es un factor determinante en la realidad de la MYPE. Muchas son unidades administradas entre familiares que no solo buscan ingresos, también miran a largo plazo por su retiro y velan por oportunidades para sus hijos. Las políticas públicas deben recoger esta aspiración».

En cuanto a la contribución económica, los estudios del Observatorio MYPE indican que el sector considera que un aporte promedio del 5.7% de sus ganancias mensuales sería un porcentaje justo para acceder a estos servicios. Este porcentaje varía según el tamaño de la empresa, según el siguiente desglose:

  • MYPE de subsistencia: 8.2%
  • MYPE de acumulación simple: 4.0%
  • MYPE de acumulación ampliada: 3.5%
  • MYPE en expansión: 3.4%

Paradójicamente, son las empresas más pequeñas las que muestran mayor disposición a contribuir con un porcentaje más alto de sus ganancias.

Hacia una formalización gradual, proporcional e incentivada

La creación de la Dirección Nacional de Mercados debe servir como una oportunidad para realizar una discusión más amplia sobre el modelo de formalización empresarial que El Salvador necesita. La evidencia muestra que las MYPE no se oponen por principio a contribuir al sistema; lo que demandan es que dicha contribución sea viable, se adecue a la naturaleza variable de sus ingresos, sea proporcional y esté acompañada de beneficios tangibles. No queda claro que el pago por un puesto en el mercado, al que antes accedían sin costos, sea una propuesta suficientemente atractiva.

En todo caso, cualquier reforma que busque integrar al sector al sistema tributario debe implementarse considerando:

  1. Incentivos adecuados que hagan atractiva la formalización
  2. Periodos de transición razonables que permitan la adaptación gradual
  3. Inversión significativa en asistencia técnica y acompañamiento
  4. Transparencia en la gestión de los recursos recaudados

La confianza institucional y la claridad en los beneficios serán factores determinantes para lograr una adhesión genuina del sector a la propuesta de modernización.

Conclusión: las MYPE como parte de la solución tributaria y el reordenamiento local

En última instancia, las micro y pequeñas empresas no deben ser vistas como obstáculos para el ordenamiento del comercio público, sino como aliadas fundamentales para lograr un desarrollo económico equitativo. Su capacidad de generación de empleo, su arraigo en las comunidades y su potencial de crecimiento las convierten en actores clave de cualquier estrategia de desarrollo económico local.

Escuchar la voz de estos emprendedores, entender las condiciones en las que operan y reconocer sus aportes son pasos esenciales para construir políticas públicas que respondan a su realidad económica. La modernización de los mercados representa una oportunidad valiosa para repensar la relación entre el Estado y las MYPE, siempre que se aborde desde una perspectiva integral y sensible a las realidades del sector.

DINAMICA II impulsa la innovación y el desarrollo sostenible de la MYPE en El Salvador

Representantes de las entidades participantes en la iniciativa

DINAMICA II impulsa la innovación y el desarrollo sostenible de la MYPE en El Salvador

El pasado 6 de mayo se llevó a cabo en San Salvador una jornada que brindó un impulso significativo a la innovación tecnológica, la transición digital y el desarrollo sostenible en El Salvador.

El evento, que reunió a más de 300 personas, incluyó emprendedores, líderes empresariales, autoridades gubernamentales y expertos. Marcó además el primer evento nacional del Programa Regional de Capital Semilla, una iniciativa que reafirma el compromiso de diversas entidades con el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) en Centroamérica.

Esta actividad no fue solo una entrega de fondos; se transformó en una vitrina de ideas, testimonios de resiliencia y de la visión transformadora de los emprendedores salvadoreños.. En total, 259 iniciativas —199 de emprendedores y 60 de MIPYMES— recibieron apoyo financiero no reembolsable, por un monto de 2.8 millones de dólares destinados exclusivamente a El Salvador, como parte de una bolsa de 5.2 millones para la región centroamericana.

El objetivo de esta iniciativa es fomentar negocios que no solo prosperen económicamente, sino que además impulsen una transición verde y digital. Por ello, se seleccionaron proyectos de los sectores de agricultura, servicios e industria, destacando aquellos con propuestas innovadoras, viables y sostenibles.

En ese contexto, siete empresarios formados en los programas de la Escuela LID recibieron un reconocimiento por su enfoque en la innovación y la sostenibilidad, que los posiciona como casos ejemplares de liderazgo emprendedor. Para Claudia Dueñas, gerente de la Escuela, el evento representó un hito significativo:

“Este evento es una muestra clara de lo que sucede cuando el acompañamiento formativo se encuentra con una oportunidad real. Ver a siete de nuestros empresarios reconocidos por su visión y compromiso nos confirma que estamos en el camino correcto”.
Claudia Dueñas
Gerente Escuela LID de FUSAI

Una de las empresarias destacadas por la iniciativa es Bessy Zepeda, fundadora de Clean Clever, empresa dedicada a la fabricación de productos de limpieza concentrados, que promueven el ahorro de agua y plástico, y apuestan por la economía circular. Con el respaldo del capital semilla, Bessy podrá emprender una transformación digital que fortalecerá el vínculo con sus clientes e impulsará la sostenibilidad de su operación

Con este fondo podremos mostrar de forma clara cómo cada compra contribuye a la sostenibilidad. Nuestro sueño siempre ha sido que el cliente comprenda que, al elegirnos, también está cuidando el planeta”, explicó la empresaria quien proyecta incorporar una plataforma de pago para agilizar el proceso de compra y expandir su mercado.

Por su parte, Marcelo Coreas, otro de los beneficiarios, lidera un taller automotriz con enfoque ecológico. Gracias al capital recibido, Marcelo digitalizará todo el proceso de atención al cliente: desde la recepción del vehículo hasta la entrega, incluyendo notificaciones en tiempo real, pagos digitales y sistemas de ahorro para servicios futuros.

Esto va a revolucionar la experiencia de nuestros clientes. Queremos transparencia, cercanía y eficiencia. El capital semilla nos está permitiendo materializar una idea que parecía inalcanzable”, expresó Marcelo. Y agregó: “Solo con intentarlo ya sentí que había ganado. Romper con el miedo fue mi primer paso hacia este logro”.

Fotografía 1.  Bessy Zepeda, fundadora de Clean Clever.

Fotografía 2. Marcelo Coreas, fundador de Taller PIts.

Como lo reflejan estos testimonios,el verdadero impacto de esta iniciativa  no se limita a la entrega de fondos, sino que también abre las posibilidades para un crecimiento empresarial, generación de más empleos, con un compromiso ambiental y de confianza en el talento salvadoreño.

Seguiremos acompañando a nuestros líderes en cada etapa, porque creemos firmemente que el desarrollo económico también puede ser ético, sostenible y humano”, concluyó Claudia Dueñas.

La próxima cita de DINAMICA II será en San Miguel y luego en Ilobasco, donde más emprendedores tendrán la oportunidad de compartir sus sueños, recibir respaldo y, sobre todo, empezar a construir el futuro que imaginan.

Ser mujer empresaria en El Salvador, es difícil pero se logra

Yuri Olivar, empresaria MYPE. Propietaria del salón Beauty Supply A&C.

Ser mujer empresaria en El Salvador, es difícil pero se logra

Un buen liderazgo puede marcar la diferencia entre una empresa que apenas sobrevive y otra que logra consolidarse y crecer. Un líder no solo gestiona recursos: toma decisiones difíciles, enfrenta riesgos y guía a su equipo con propósito y visión. En este rol, cada decisión cuenta, y los desafíos no dan tregua. En El Salvador, este desafío se profundiza cuando hablamos de mujeres al frente de micro y pequeñas empresas.

Seis de cada diez negocios en El Salvador están en manos de mujeres empresarias, y más de la mitad de ellos (55%) están atrapados en un ciclo de ingresos bajos y oportunidades limitadas. Esta situación podría llevar a que muchas empresarias cuestionen su capacidad de liderazgo, cuando en realidad se enfrentan a importantes barreras estructurales.

La brecha educativa es una de estas barreras – el 60% de las mujeres empresarias tiene un nivel educativo menor a noveno grado. Además, el 35% de las que están a cargo de negocios más grandes también asumen solas las tareas del hogar, lo que representa una doble carga. Estos datos revelan que el éxito de las mujeres empresarias en El Salvador no se ve limitado por falta de talento, sino por las desigualdades y obstáculos a los que se enfrentan.

Mujeres líderes de MYPES con nivel educativo menor a noveno grado 60%

En el contexto salvadoreño, las mujeres tienen el camino más empinado. Esta situación podría explicar por qué muchas se concentran en los segmentos más pequeños y vulnerables de la MYPE, a pesar de liderar con compromiso y esfuerzo.

Existen, sin embargo, casos que desafían las estadísticas y demuestran el potencial de las mujeres cuando se les abren oportunidades. Algunas logran romper barreras y alcanzar mejores resultados que sus pares masculinos. De hecho, según el estudio “El Estado de la MYPE 2024” publicado por el Observatorio MYPE de FUSAI, revela que los negocios liderados por mujeres que crecen tienden a generar mejores condiciones laborales y a pagar salarios más altos —en promedio USD 349.6, superando en USD 18 a los salarios pagados por hombres—.

Una de las historias que va a contracorriente de  los estigmas es la de Yuri Olivar, una mujer con raíces humildes que ha transformado su pasión en una empresa con posibilidades  de expandirse. Actualmente, dirige su salón Beauty Supply A&C, ubicado en Chirilagua, San Miguel, que también funciona como spa e instituto de formación para aspirantes a estilistas. Conozcamos su historia. 

Salón Beauty Supply A&C

Luchar contra todo pronóstico

Desde niña, Yuri Olivar tuvo claro lo que quería. Sin necesidad de decirlo en voz alta—porque en los pueblos, muchas veces, los sueños de las mujeres se consideran una aspiración inalcanzable—, ya imaginaba su futuro entre tijeras, esmaltes y espejos. “Siempre estaba maquillando, peinando, cortando el cabello de mis muñecas… yo decía: cuando sea grande, voy a ser estilista.”

Aunque el sueño era firme, el camino no estaba despejado. Convertirse en estilista profesional era costoso y su familia no podía apoyarla económicamente. Fue en esa etapa donde comenzó su verdadero aprendizaje: un amigo  le enseñó los fundamentos del oficio y le  brindó su primer empleo en lo que realmente le gustaba.

“En esos momentos comencé a aprender mucho, pero sabía que no podía quedarme ahí si quería lograr tener mi empresa. Comencé a estudiar y sacar mi carrera universitaria.” Mientras muchas mujeres en su situación no acceden a niveles educativos superiores —solo cuatro de cada diez empresarias en El Salvador han cursado bachillerato o estudios superiores—, Yuri decidió formarse en dos frentes a la vez: lo técnico y lo administrativo.

Después de adquirir conocimientos fundamentales, Yuri tomó la decisión de buscar nuevas oportunidades. Dejó el salón y se empleó en una oficina.  Al terminar su jornada laboral atendía clientes en casa o a domicilio, lo que le permitió ampliar su clientela y su experiencia.

“Fue de poquito en poquito… con lo que yo ganaba iba comprando otro esmalte, otra cosita… pero nunca dejé de hacerlo”, menciona. Incluso cuando pasó a trabajar en la alcaldía de su localidad por cinco años, no abandonó su vocación.

“En las noches seguía atendiendo en un pequeño cuarto, que fue mi primer espacio personal para poder atender a mis clientes, y siempre volvía al día siguiente a mi jornada completa”
Yuri
Microempresaria

Emprender no es lo mismo que liderar una empresa

Emprender no es lo mismo que liderar una empresa: esta fue una de las lecciones más importantes que aprendió. Después de años de esfuerzo, Yuri decidió abrir su propio espacio. Con ayuda de su esposo, quien construyó los muebles del salón, y el apoyo de amistades que colaboraron en la adecuación del local, abrió sus puertas el 11 de febrero de 2024. Sin grandes inauguraciones, solo con fe y planificación.

“Iniciamos directamente con el salón y el instituto a la vez”, recuerda. Sin embargo, fue en ese momento cuando enfrentó el desafío de liderar un equipo. “Nadie nace aprendido… Me di cuenta de que yo hacía todo y me ahogaba entre tantas tareas.”

Con el tiempo, tuvo que asumir que debía dedicar su energía a las funciones principales. “Tuve que pensar más gerencialmente, velar porque las operaciones de mi negocio se mantuvieran en marcha y encargarme de las decisiones estratégicas.”

Esta experiencia marcó un antes y un después. Yuri inició una etapa de crecimiento personal en la que aprendió a escuchar, a confiar y a crear un ambiente donde equivocarse no fuera motivo de castigo, sino de aprendizaje. En ese proceso, se unió a la Escuela LID, una iniciativa que brinda formación y acompañamiento a empresarios MYPE. “Ya tenía mis metas fijas, pero no sabía qué era ser un líder”, reconoce.

Aprendió a armar un buen equipo, planificar con claridad, delegar responsabilidades, construir una cultura organizacional y hacerlo con un propósito. “Fueron las lecciones más grandes que me quedaron y que aún aplico en mi día a día. Nunca dejo de aplicar lo aprendido en la Escuela LID”, comenta. El proceso no fue fácil, pero la paciencia y el esmero dieron frutos.

Yuri (al centro) y sus colaboradores de Salón Beauty Supply A&C

La visión del líder

Yuri ha demostrado que en El Salvador liderar una MYPE siendo mujer no es fácil, pero sí es posible si se combina esfuerzo, formación y visión. Sus logros no son solo materiales; son también humanos. Ha formalizado su empresa, ha creado empleo, ha enseñado a otras mujeres y ha demostrado que sí se puede.“Todo lo hago con amor por mis hijos”, expresa. 

Su próxima meta es expandirse. “Estamos haciendo pruebas piloto… queremos abrir una sub sede en Intipucá o en la playa El Coco, en La Unión”, comenta.

Yuri resume su camino con una frase: “Esto es una lucha continua… si uno tiene un plan, un sueño, un objetivo, que no se desanime. Todos podemos”.

Las MYPES en 2025. Optimismo con reservas tras un arranque lento

Sabrina Montoya (al centro) y sus colaboradores de La Posada.

Las MYPES en 2025. Optimismo con reservas tras un arranque lento

Obtén acceso al informe completo aquí

El primer trimestre de 2025 cerró con un Índice de Confianza Empresarial (ICE) de 105 puntos para las MYPES salvadoreñas, una leve caída de 3.5 puntos respecto al cuarto trimestre de 2024, pero alineado con los niveles históricos del sector. Esta baja responde a un patrón recurrente: el impulso estacional de fin de año da paso a una desaceleración natural al iniciar el nuevo periodo fiscal.

En paralelo, el Índice de Situación Empresarial cayó a 20.8 puntos, una contracción pronunciada de 18.8 puntos en comparación al trimestre anterior. Esta cifra confirma que el entorno operativo comenzó el año con mayor complejidad.

Uno de los testimonios recogidos por el Observatorio MYPE evidencia esta percepción:

«Este año comenzamos con ventas bajas y más competencia. Hay muchas nuevas tiendas y eso ha reducido nuestra clientela habitual.»Sandra Velásquez, comerciante de Ilopango.

Para comprender  este comportamiento es imprescindible considerar  dos componentes fundamentales del índice: la percepción actual de la situación empresarial y las expectativas a corto plazo. La interacción entre estos factores refleja una ligera decepción con el inicio del año, pero que, a la vez, proyecta una perspectiva optimista para los meses venideros

Un arranque lento

El año 2025 ha tenido un comienzo más lento de lo esperado. El Índice de Situación Empresarial —que mide la percepción sobre el desempeño económico reciente de los negocios— cayó a 20.8 puntos en el primer trimestre de 2025. Esto representa una fuerte disminución de 18.8 puntos respecto al trimestre anterior (39.6). 

Uno de los factores que pudo haber influido en este comportamiento es la intensificación de la competencia, entendida como el surgimiento de un mayor número de empresas MYPE. Aunque su impacto se ha reducido ligeramente respecto al trimestre anterior, sigue siendo el principal inhibidor para el 46% de los empresarios encuestados. Esta cifra refleja un entorno desafiante en el que muchas unidades productivas enfrentan dificultades para mantener su posicionamiento en el mercado.

Índice de Situación Empresarial
39.6

A esta presión  se suma otro factor relevante: las dificultades en la gestión financiera. El 29% de los empresarios reportó problemas para mantener un manejo adecuado de ingresos y egresos, lo que representa un aumento de un punto porcentual respecto al trimestre anterior. Esta tendencia revela las tensiones que enfrenta el sector para garantizar liquidez operativa y cumplir sus obligaciones con proveedores y otros actores clave.

Además, se ha detectado un aumento en la preocupación por la escasez de mercadería e insumos. Este problema fue señalado por 22 de cada 100 empresarios, 5 puntos más que en el trimestre anterior. La falta de productos en el mercado afecta directamente la capacidad de operación y la continuidad de los negocios, generando impactos en productividad, ventas y cumplimiento de compromisos con los clientes.

La situación del inicio de año se describe muy bien por un empresario entrevistado: «Tuvimos que suspender pedidos porque el proveedor nos aumentó precios y no hay suficiente stock. Eso nos retrasa todo.»José Aguilar, pequeño fabricante en San Miguel.

Expectativas de recuperación: leve repunte hacia el segundo trimestre

A pesar de los obstáculos, el Índice de Expectativas Empresariales se ubicó en 56.4 puntos, cifra que supera ligeramente al cierre de 2024 y denota un optimismo contenido respecto al futuro inmediato. Las campañas comerciales de verano, el retorno del consumo y las adaptaciones fiscales post-cierre de año son factores que podrían contribuir a esta mejoría esperada.

2025: resiliencia con cautela

Los resultados del primer trimestre de 2025 transmiten un mensaje mixto: por un lado, las MYPES enfrentan un entorno con desafíos importantes, como el aumento de la competencia, la escasez de insumos y las dificultades para mantener una gestión financiera equilibrada. Por otro, persiste una actitud optimista hacia el corto plazo, reflejada en el indicador de expectativas que se mantiene en niveles favorables. 

Esta dualidad se materializa en el puntaje obtenido en la Confianza Empresarial, que se ubicó en 37.8 puntos, muestra una leve contracción respecto al año anterior. Aunque esta disminución podría interpretarse como una señal de alerta, también puede considerarse un indicio de cautela de los empresarios ante el entorno complejo que enfrentan. Los próximos meses exigirán a las MYPES una mayor preparación y capacidad de adaptación.

La clave para el resto de 2025 para el sector consiste en combinar esta actitud optimista con acciones concretas que fortalezcan su capacidad de adaptación.El reto consiste en transformarse para adaptarse a un entorno que puede cambiar significativamente en los próximos meses.

Del efectivo a lo digital: el reto cultural de las MYPE en pagos digitales

Claudia Vásquez, fundadora de Barrero Negro Variedades.

Del efectivo a lo digital: el reto cultural de las MYPE en pagos digitales

Según el estudio “Estado Actual de la MYPE 2023”, el 76.4% de los empresarios ya tiene acceso a teléfonos con acceso a internet. Sin embargo, los pagos digitales aún no son una norma en el sector: el 59.6% de los negocios sigue optando por el efectivo, mientras que solo el 6.6% realiza sus transacciones exclusivamente a través de medios electrónicos.

Este contraste indica que el principal obstáculo no es técnico, sino cultural y educativo. Según Roxana Girón, coach de la Escuela LID, enfrentamos “una barrera cultural y de confianza” que impide la adopción de tecnologías digitales. Más del 59 % de los empresarios encuestados solo ha alcanzado el noveno grado de estudios, lo cual limita tanto su apropiación tecnológica como su percepción de seguridad frente a herramientas financieras digitales.

La confianza, una moneda en disputa

El estudio también revela los motivos por los cuales seis de cada diez empresarios prefieren el efectivo por encima de los medios electrónicos. Las principales causas: preferencia por tener el dinero en mano (24.8%), percepción de que sus clientes no utilizan estos métodos (23%) y desconfianza hacia la tecnología (15.2%).

En medio de este panorama, algunos rompen el molde. Claudia Vásquez, fundadora de Barrero Negro Variedades, comparte su experiencia con realismo: “Uno quiere vender. Si el cliente paga con tarjeta, hay que estar preparado. Pero al principio nadie me lo enseñó. Aprendí sola, con miedo, pero lo hice”.

Gracias a su iniciativa y al acompañamiento de programas como la Escuela LID, Claudia logró incorporar distintos medios de pago en su negocio: transferencias, POS móvil, Bitcoin y códigos QR respaldados por el banco. Esta decisión le permitió cerrar un contrato por US$500 con un hotel, una venta que —según dice— no habría sido posible de manejar en efectivo. 

Digitalizar con sentido y estrategia

Su experiencia demuestra que la digitalización, cuando se combina con la formación adecuada, no solo es viable, sino también rentable. Claudia aprendió que no todos los medios de pago resultan igual de útiles para cada cliente o entorno. En su caso, prefiere las transferencias bancarias, que no generan comisiones.

Aun así, valora disponer de otras opciones.

“Uno va aprendiendo qué le conviene según el cliente y el lugar. Yo sé que en algunas ferias nadie paga con efectivo, así que tengo que estar lista con todas las opciones si quiero vender”.
Claudia Vásquez
Empresaria

Esta adaptación estratégica le permite tener un control más claro de sus ventas y elegir los métodos más eficaces según el contexto.

Casos como el suyo aún no son representativos en el sector, lo que plantea un desafío mayor. Según la Estrategia país 2023-2027, del Banco Mundial, modernizar el sector privado —especialmente las MYPE— es esencial para lograr un crecimiento más inclusivo y sostenible.

Barrero Negro Variedades.

Un ecosistema que fomente la confianza

Para que la transición hacia una economía digital sea efectiva, se requiere de una visión de país que integre formación técnica y acceso a infraestructura, así como políticas públicas que eliminen trabas regulatorias, como lo recomienda la Superintendencia de Competencia.

En este contexto, la educación emerge como el factor determinante. “Yo no sabía ni qué era una pasarela de pago”, confiesa Claudia. Pero luego de capacitarse en comercio electrónico, no solo implementó soluciones digitales, sino que hoy también forma a otros emprendedores.

Su historia ilustra una tendencia posible: cuando se eliminan las barreras de aprendizaje, las MYPE responden con innovación. Esta es otra de las conclusiones contenidas en el mencionado estudio del Observatorio MYPE, que plantea la profesionalización financiera y digital como una necesidad estructural para la sostenibilidad del sector.

¿Qué necesita el sector para avanzar?

Aunque los dispositivos móviles ya están presentes en buena parte del ecosistema MYPE, los pagos digitales continúan siendo poco frecuentes. Este desfase evidencia que, además de infraestructura, es urgente ofrecer formación, confianza y acompañamiento. 

Claudia Vásquez proyecta su negocio en aeropuertos y centros comerciales, consciente de que sin medios digitales “no hay venta segura”. Su recomendación es clara: “Hay que perder el miedo, capacitarse y arriesgar. Si no, no se vende lo suficiente y el negocio no crece”.

El verdadero reto de El Salvador no está solo en acercar la tecnología, sino en construir un entorno donde se aprenda a usarla —y a confiar en ella— forme parte del ADN empresarial del país.

Digitalización: una herramienta versátil, accesible y diferenciadora

Opinión

Digitalización: una herramienta versátil, accesible y diferenciadora

Lito Ibarra – Presidente & Executive Director – SVNet

Es difícil concebir que las empresas actuales, de cualquier tamaño, no hagan uso, en alguna medida, de elementos, dispositivos, sistemas y aplicaciones de tecnología, particularmente de las asociadas con la administración y procesamiento de la información y las comunicaciones.

El último cuarto del siglo pasado, y sobre todo los primeros lustros del presente, están mostrando un impresionante avance y desarrollo, en varios sentidos, de la ciencia y la tecnología que busca utilizar la información y los datos, así como la electrónica y las comunicaciones a distancia, para facilitar el uso y mejorar la productividad de la mayor parte de las actividades humanas.

Existen muchas herramientas digitales para facilitar la operación, administración, servicio, mercadeo, producción y comunicación con los consumidores, proveedores y demás actores del ecosistema empresarial de las MYPES salvadoreñas, que pueden abrir las puertas para que estas empresas crezcan, se desarrollen, alcancen mercados más amplios y distantes, y por tanto, incrementen su generación de ingresos.

Una oportunidad que aún no aprovechamos

Por distintas razones, que van desde desconocimiento, cierta timidez o aprehensión ante las tecnologías, hasta relativa falta de recursos financieros, no todas nuestras MYPES se encuentran en fases similares en el uso y aprovechamiento de herramientas, dispositivos y sistemas tecnológicos para apoyar el crecimiento y mejora de dichas empresas.

Por ejemplo, de acuerdo al estudio El Estado Actual de la MYPE 2023: La Otra Cara de la Economía, publicado en 2023, solamente el 1.9% utiliza una página web, y aunque el 15.7% utiliza Facebook, el 40.4% no hace uso de ninguna herramienta tecnológica. En este sector el dispositivo electrónico más utilizado es el teléfono con acceso a Internet (76.4%), aunque con seguridad este uso combina el aprovechamiento para actividades personales, familiares y del negocio.

Cada vez más, las excusas que nuestros empresarios pueden argumentar para diferir el aprovechamiento de estas herramientas van siendo menores y menos válidas: hay muchas formas de aprender sobre tecnologías, incluso en Internet; la facilidad de uso es cada vez mayor; y los precios son cada vez más accesibles.

Considerando esta evolución, algunas oportunidades que nuestras MYPE están dejando pasar al no integrar las tecnologías en sus negocios son las siguientes:

Nombre de dominio propio: contar con un nombre de dominio propio en Internet es el equivalente actual de tener una marca registrada, con la que se pueda identificar nuestros productos y servicios.

Sitio web estable: una página web que muestre 24/7 los datos sobre la empresa, formas de acceso y comunicación, así como información actualizada sobre nuestra oferta, es una vitrina permanente.

Servicios en la nube: ya no es necesario contar con servidores propios y una instalación acondicionada para alojarlos. Los servicios de alojamiento que ofrecen compañías en muchas regiones del mundo son cada vez más accesibles, seguros y confiables.

Aplicaciones y sistemas administrativos informatizados: sistemas tradicionales como contabilidad, planilla, inventarios, facturación, y muchos más, dependiendo del rubro al que se dediquen las empresas, son accesibles y relativamente sencillos de utilizar.

Red de computadoras: a medida las empresas crecen, pueden contar con varias computadoras, conectadas en redes locales, y a Internet, para mantener la integridad de la información y mejorar la eficiencia y productividad.

Mercadeo digital: la difusión y publicidad de la oferta de la empresa, así como las posibles promociones y otras formas de difundir las ventajas de nuestros servicios y productos pueden ser potenciados por medios digitales.

Negocios y transacciones: desde las ofertas y cotizaciones, hasta la negociación, venta y facturación, así como la recepción y el manejo de fondos, para el cobro a acreedores y clientes, y el pago a proveedores e instancias de carácter legal, es más eficiente, cómodo y ágil utilizando tecnologías, evitando una parte de los viajes y visitas a bancos, clientes, proveedores e instituciones gubernamentales. Por ahora, de acuerdo al estudio citado, el medio preferido para realizar compras y hacer o recibir pagos principalmente son pagos en efectivo (59.6%) seguido por medios electrónicos y digitales (6.6%).

Conclusión: cultura digital y tecnologías emergentes

La familiaridad, confianza y seguridad con la que nuestros empresarios hagan uso de las tecnologías digitales es un indicador del nivel y el estado de la cultura digital en ese sector de la economía. A medida pasa el tiempo, la existencia y fortalecimiento de esta cultura digital en las MYPE es un factor imprescindible para competir en una economía que se globaliza cada vez más.

Si a esto agregamos que las tecnologías evolucionan sin descanso, y nuevas herramientas y formas emergen, tales como la Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Ciencia de los Datos, Blockchain, y varias más, es importante que nuestros empresarios se mantengan al tanto y con deseos de aprender y, mejor aún, integrar estas tecnologías a sus negocios.

Perspectivas para las MYPES salvadoreñas en 2025: resiliencia, transformación digital y desafíos estructurales

Perspectivas para las MYPES salvadoreñas en 2025: resiliencia, transformación digital y desafíos estructurales

Por el equipo editorial del Observatorio Mype de FUSAI

1. Un 2025 decisivo: de la recuperación a la transformación

Las Micro y Pequeñas Empresas (MYPE) de El Salvador podrían enfrentar en 2025 un punto de inflexión significativo: si bien muchas han demostrado una notable capacidad de adaptación tras la pandemia, se vislumbra que dicha resiliencia por sí sola podría no ser suficiente para garantizar su competitividad futura. Transformarse estructuralmente se vuelve cada vez más necesario en un entorno económico crecientemente digital y exigente. Así lo sugiere el último informe del Observatorio MYPE de FUSAI, que destaca que “la resiliencia no basta si no se acompaña de innovación, formalización e inclusión financiera efectiva”.

Unidades económicas operando en la informalidad 75%

En 2023, más del 75% de las unidades económicas del país operaban en la informalidad. El reto para 2025 consiste en comenzar a integrar esta mayoría silenciosa al circuito productivo formal, promoviendo no solo su bancarización, sino también el acceso efectivo a servicios no financieros: capacitación, redes de apoyo, y tecnologías accesibles.

2. Cinco tendencias clave que marcarán el rumbo de las MYPE en 2025

a. Digitalización como motor de competitividad

Las empresas que adoptaron herramientas digitales entre 2022 y 2023 reportaron un aumento de hasta 20% en ventas comparadas con aquellas que permanecieron offline. Esta tendencia se acelerará en 2025. La expansión del comercio electrónico, el uso de billeteras digitales y plataformas como Tigo Money ya no serán una opción, sino una condición mínima de competitividad.

b. Inclusión financiera: acceso aún limitado

Aunque el financiamiento a MYPE representa al menos 13% de la cartera total del sistema financiero (Superintendencia de Competencia, 2022), aún persisten barreras estructurales. Las microempresas de subsistencia enfrentan condiciones de acceso inequitativas, altos costos de intermediación y regulaciones inadecuadas. El uso de instrumentos de garantía y la consolidación de créditos con enfoque territorial serán claves para ampliar la cobertura.

c. El desafío de la formalización

La economía subterránea en El Salvador aún representa alrededor del 30% del PIB, según estimaciones de la Universidad Centroamericana (UCA). Este dato evidencia el profundo arraigo de la informalidad en la estructura económica del país. En este contexto, la política de integración económica diseñada por CONAMYPE representa un intento ambicioso por adaptar el marco regulatorio a la realidad diversa y segmentada del sector. Esta política propone condiciones diferenciadas para facilitar el tránsito progresivo hacia la formalidad, tomando en cuenta el nivel de acumulación, el tipo de actividad y el entorno territorial.

Para 2025, su implementación efectiva no solo será crucial para elevar la productividad y el acceso a programas estatales, sino que también podría sentar las bases para una mayor equidad económica y fiscal. Como concluye el Observatorio MYPE de FUSAI en su informe 2023: “Sin una estrategia de formalización viable y segmentada, el país continuará operando con una economía paralela que limita la efectividad de cualquier política de desarrollo”.

d. Empuje desde el exterior: migración e inversión familiar

El 25.6% de los hogares salvadoreños recibe remesas, según datos del BCR. Estas no solo son un amortiguador social que ayuda a sostener el consumo en tiempos de crisis, sino que, cada vez más, se convierten en una fuente significativa de capital semilla para microemprendimientos familiares, especialmente en zonas rurales. Esta dinámica sugiere que las remesas están comenzando a jugar un rol estructural en la configuración del tejido productivo nacional.

Para 2025, se espera que la canalización estratégica de estas remesas hacia inversión productiva sea una de las grandes apuestas del desarrollo local. En palabras del Observatorio MYPE: «Donde no llega el crédito, muchas veces llega el giro familiar. Transformar ese flujo en capital transformador es el desafío más urgente y más prometedor para las MYPE salvadoreñas.»

e. Transición generacional y liderazgo femenino

Más del 50% de las empresas están lideradas por mujeres, muchas de ellas en el sector informal, lo cual revela una realidad doblemente compleja: alta participación, pero también alta vulnerabilidad. ONU Mujeres ha destacado que las mujeres emprendedoras en América Latina enfrentan barreras estructurales significativas, incluyendo limitado acceso a financiamiento, menor propiedad de activos y cargas desproporcionadas de trabajo no remunerado. En El Salvador, estos desafíos son especialmente evidentes en los segmentos informales.

Además, una nueva generación de jóvenes empresarios está emergiendo con una mentalidad más digital, colaborativa y orientada al mercado. El desafío será generar políticas públicas con enfoque interseccional que reconozcan esta diversidad y fortalezcan las capacidades emprendedoras de mujeres y jóvenes. Como afirma ONU Mujeres (2022): «Empoderar económicamente a las mujeres no es solo una cuestión de justicia, sino de eficiencia: es liberar el potencial económico más grande e ignorado de nuestra región.»

Conclusión: ¿qué esperar en 2025?

El 2025 será un año de consolidación o estancamiento para el ecosistema MYPE. La oportunidad está en aprovechar el nuevo entorno digital, el rediseño de políticas públicas y el rol clave que las MYPE juegan en la generación de empleo (alrededor del 70% según la EHPM y el Observatorio MYPE).

La transformación no será espontánea: requiere de políticas diferenciadas, financiamiento justo y un enfoque centrado en las personas empresarias reales. Solo así las MYPE podrán dejar de ser “la otra cara de la economía” para convertirse en su rostro más dinámico y resiliente.

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